Josep Torró Universitat de València
Enric Guinot Universitat de València
1. Editado por Publicacions de la Universitat de València en 2007. Se trata de la versión en castellano, ampliamente corregida y modificada, de From Muslims fortress to Christian castle. Social and cultural Change in medieval Spain , Manchester, Manchester University Press, 1995.
2. Financiados por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
1. ESPACIOS AGRARIOS EN EL BAJO EBRO EN ÉPOCA ANDALUSÍ Y DESPUÉS DE LA CONQUISTA CATALANA (SIGLOS XI-XIII) *
Helena Kirchner Universitat Autònoma de Barcelona
Antoni Virgili Universitat Autònoma de Barcelona
La ciudad andalusí de Madîna Ṭurṭûša capituló ante las huestes del conde de Barcelona, el Común de Génova y otras fuerzas aliadas en diciembre de 1148, tras seis meses de asedio. La conquista supuso la puesta en marcha de un proceso de colonización de la región que generó la redacción de centenares de documentos. 1La mayor parte de estas escrituras reflejan alienaciones de inmuebles y contienen información relevante sobre la ciudad, los asentamientos rurales y el espacio agrario que encontraron los conquistadores (ubicación de parcelas, cultivos, lugares de residencia, caminos, acequias, molinos, pozos, norias, etc.), y también sobre las modificaciones introducidas por ellos a lo largo de las décadas siguientes. 2La abundante información de los textos, conjuntamente con la prospección arqueológica, la toponimia y la arqueología hidráulica ha permitido establecer con precisión el mapa de los asentamientos, distribuidos a ambos márgenes del Ebro. Concretamente, la investigación realizada para identificar los espacios de cultivo, mediante los métodos de la arqueología hidráulica (Barceló, Kirchner y Navarro, 1995; Glick y Kirchner, 2000), la confección de mapas detallados de los parcelarios y la interpretación de estos mediante la contrastación con la información documental, los análisis derivados de los métodos de la geoarqueología, la carpología y las dataciones radiocarbónicas ha permitido una reconstrucción bastante ajustada del paisaje agrícola de la región (Kirchner, Virgili y Antolín, 2014; Alonso, Antolín y Kirchner, 2014; Puy et al ., 2014; Kirchner, Virgili y Puy, en prensa; Kirchner et al. , 2016). Así mismo, se ha realizado un estudio detallado de la trama urbana de la ciudad andalusí y las modificaciones realizadas a raíz de la conquista a partir de los restos arqueológicos, arquitectónicos, de la morfología de la trama urbana actual y la documentación escrita (Kirchner y Virgili, 2015).
1. LOS ASENTAMIENTOS RURALES
1.1 Las referencias documentales y la toponimia
La mayor parte de los asentamientos y topónimos documentados se alineaban a ambas orillas del Ebro. En algunos casos, es difícil de determinar su entidad puesto que la documentación apenas los describe. La terminología utilizada para definirlos es «lugar» (Som, Tivenys, Bítem, Arram, Aldover, Labar, Bercat, Vila-roja, Palomera, Raval, Castellnou, Algezira Mascor, Alcántera, Beniguerau, Fazalfori, Vinallop, Mianes), «villa» (Benifallet, Aldovesta, Som, Tivenys, Bítem, Xerta, Aldover) o «almunia» (la Aldea y el Antic). Sin embargo, la mayoría de documentos no califican el topónimo; sencillamente se localiza el inmueble objeto de transacción con la fórmula in o apud seguida del topónimo. A menudo se califica indistintamente de «lugar» y de «villa» el mismo topónimo. El uso del vocablo «villa» suele ser tardío en relación a los prime-ros documentos, ya de finales del siglo XII o principios del XIII. Ambos, lugar y villa, podrían designar formas de poblamiento concentrado, a pesar de ser, en algunos casos, muy pequeños. Así puede interpretarse a partir de referencias a casas, mezquitas o necrópolis y sepulturas. 3Se mencionan también «términos» en relación a lugares que en algún momento son calificados de castrum o castellum (Quart, la Aldea, Xalamera, Som, Castellnou, Amposta). Algunos asentamientos han permanecido como núcleos habitados y han mantenido el topónimo (Benifallet, Tivenys, Bítem, Quint, Aldover, Xerta, Vinallop, Amposta). Otros pueblos de formación más moderna podrían haber ocupado espacios de habitación abandonados, de los cuales no ha perdurado el topónimo (Jesús, Roquetes, Raval de Cristo que sustituyen probablemente Palomera, Vila-roja y Raval), puesto que están situados en puntos elevados de la terraza fluvial y muy cercanos a los espacios de cultivo identificados. Otros topónimos han perdurado en masías que son mencionadas como mansi en la documentación de los siglos XII y XIII (Arram, Xalamera, Mianes), o se ha perdido el topónimo pero han podido ser situados con precisión (Labar, o Llaver, en la torre de Corder y el yacimiento de Casa Blanca, Bercat en la torre del Prior, Aquilen o Aguilen en Campredó), o de manera más aproximada (Algezira Mascor, Alcántera, Beniguerau, Fazalfori, Quart). Estos últimos están situados alrededor de la desembocadura del barranco de Sant Antoni y en la confluencia del antiguo camino de Valencia.
Buena parte de esta toponimia se ha identificado con topónimos árabes descriptivos o bien, alguno de ellos, como topónimos de origen clánico. Algunos hacen referencia a las estructuras hidráulicas. Labar sería la forma plural, al-âbâr (pl. de bi’r , «pozo»); Bercat proviene de birka («balsa» o «safareig», 4en la documentación latina); Burjasénia és claramente burj as-sâniya ; burj se traduce habitualmente como torre, pero también puede tener el significado de «casa de campo», por lo que el significado podría ser «torre o casa de la noria». 5Otros hacen referencia a las riberas fluviales: las algeziras ( al-jazîra , «isla») son islas fluviales, no necesariamente rodeadas de agua completamente; Xerta podría derivar de šarṭa («meandro»); Aldover podría provenir de al-duwwar («lugarejo»), pero también se puede relacionar con al-dawwâra («meandro») que da Aldovara (Cáceres), y también podría estar vinculado a la ganadería, como Zocodover (Toledo) ( sûq al-dawâb , «mercado de animales») (Corriente, 1977: 26, 33, 67); Tivenys podría ser tibbin («serpiente, cono de agua») o tib («río o riachuelo»). Algunos topónimos se pueden relacionar con reduplicaciones de nombres: el río Baytâm (Tobna, Algeria), daría Bítem, y Mayâniš (al-Mahdiyya, Túnez), sería el origen de Mianes. La Aldea se relaciona habitualmente con ḍay‘a («lugarejo, pueblo», «granja, finca»). No obstante, no se puede descartar dayah , que en Marruecos designa «lago, estanque», «agua estancada entre canales o acequias», significado que, en el contexto donde se encuentra la Aldea, rodeada de aguazales, sería coherente. Fazalfori vendría de faḥṣ al-hurî («campo del granero»). Como topónimos clánicos tenemos Vinallop (Banû Lubb), probablement bereber, Beniguerau y Benifallet, no identificados (Barceló, 1987; Barceló coord., 1999). Quart (o Quarto) y Quint (o Quinto y Chint) podrían tener relación con la vía romana, indicando miliarios (Pallí, 1981: 358; Arrayás, 2005: 387-397).
La red de caminos se menciona a menudo en la documentación. Todos los asentamientos de ribera estaban comunicados por sendas vías públicas de recorrido paralelo al río. Se documentan pasos de barca para atravesar el Ebro en Tortosa, Benifallet, y probablemente, Amposta. La vía pública del margen izquierdo del río era conocida, a partir de Tortosa dirección norte, como vía de Benifallet, y dirección sur, como camino de Camarles o de la Aldea. En el margen derecho, la vía hacia el sur era llamada camino de Valencia, que a la altura de Vinallop se bifurcaba: un ramal seguía el curso del río hasta Amposta, mientras el otro ascendía hacia el altiplano para seguir en dirección a Ulldecona. La antigua vía Augusta procedente de Tarragona se dividía en el Perelló. Un ramal se dirigía hacia Tortosa por el Coll de l’Alba, mientras el otro iba paralelo a la línea de costa enlazando los núcleos litorales hasta llegar al Ebro (Morote, 1979: 150-151). Los asentamientos y la toponimia documentada, así como los escasos yacimientos arqueológicos localizados se alinean a lo largo de estas vías o a poca distancia de ellas.
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