Además, la corporación era tratada por los tribunales como un “ser inmortal”, en cuanto que podía sobrevivir a sus inversores originales. Esto significaba, a su vez, que podía trazar planes a muy largo plazo y emprender proyectosde envergadura mucho mayores que nunca.
En 1901 apareció en escena la primera corporación de mil millones de dólares –la United States Steel–, una concentración de fondos inimaginable en ningún período anterior. Para 1919 había media docena de estos monstruos. De hecho, las grandes corporaciones se convirtieron en una característica intrínseca de la vida económica en todas las naciones industriales, incluyendo las sociedades socialistas y comunistas, donde la forma variaba, pero la sustancia (en términos de organización) seguía siendo muy semejante. Estas tres juntas –la familia nuclear, escuela de corte fabril y la corporación gigante– se convirtieron en las instituciones sociales definidoras de todas las sociedades de la segunda ola.
Y, a todo lo largo del mundo de la segunda ola –tanto en Japón como en Suiza, Gran Bretaña, Polonia, los Estados Unidos y la Unión Soviética–, la mayoría de las personas seguían una trayectoria vital estereotipada: criadas en una familia nuclear, pasaban en masa por escuelas de tipo fabril y entraban luego al serviciode una gran corporación, privada o pública. Una institución clave de la segunda ola dominaba cada fase del estilo vital.”[15]
¿En qué consistió la revolución industrial?
Antes ya señalamos que la disponibilidad de más alimento resultante, también disparó la cuestión demográfica, temática que marcó toda la historia económica humana antigua y respecto de la cual Malthus había sostenido que dado que la población crecía en progresión geométrica y los recursos en progresión aritmética cabía esperar un dramático final.
Pero nuevamente la innovación trajo la respuesta: se trató del proceso que hoy se conoce como revolución industrial.
Esa revolución más que un proceso del que surgieron fábricas, máquinas y barcos, constituyó en su esencia un sistema que elevó dramáticamente el nivel y la calidad de vida de los hombres y mujeres occidentales.
Era un sistema rico y multilateral con profunda incidencia en todos los aspectos de la vida humana y contrapuesto en sus características al pasado agrícola.
Un griego de la época clásica que hubiera llegado a Inglaterra en 1750 se hubiese encontrado con un panorama más o menos conocido, dos siglos después para el mismo viajero del tiempo, lo que vería constituiría para él un espectáculo irreal e incomprensible.
En la revolución industrial, por ejemplo, los medicamentos elevaron la expectativa de vida y la introducción de máquinas y otros elementos trajeron enormes beneficios.
Si bien la revolución industrial trajo consigo también para muchas personas y en muchas situaciones consecuencias muy desagradables, las benéficas sobrepasaron en gran medida a las primeras.
Aunque, como acabamos de señalar, tuvo muchas y diversas consecuencias a corto y largo plazo, la mayor fue que salvó al menos a una parte de la raza humana de las espantosas consecuencias de la explosión demográfica que tanto había preocupado a Malthus.
De hecho salvaron a la población en las sociedades industriales de la catástrofe anunciada por Malthus.
La respuesta de la creatividad
El problema demográfico tuvo respuesta no en la tierra, sino en la creatividad: un telar mecánico primitivo producía 20 veces lo que un obrero manual y la máquina de hilar intermitente tenía 200 veces la capacidad de una rueca.
En el siglo XIX en Inglaterra la población se multiplicó por cuatro y el producto nacional creció 42 veces.
Los problemas que creó la revolución industrial, palidecen frente a las respuestas que proveyó.
La importancia de los derechos de propiedad
¿Por qué se produjo la revolución industrial?: según enseña el Premio Nobel Douglas C. North en su libro “Estructura y Cambio en la Historia Económica”, (Capítulo 12 “Una re-interpretación de la revolución industrial”), la misma, básicamente consistió en una aceleración de la tasa de innovaciones y dicha aceleración fue provocada por una mejor especificación de los derechos de propiedad sobre las mencionadas innovaciones.
En ese sentido North sostiene que las instituciones son más importantes que la tecnología a la hora de explicar el desarrollo económico, dado que son las instituciones las que proporcionan la infraestructura para tal desarrollo.[16]
Regreso a la concepción subjetiva: el derecho comercial como el derecho de la empresa
Nos hemos referido a los sistemas o métodos para determinar qué se debe considerar como materia mercantil: un método subjetivo y un método objetivo.
Dichos sistemas marcan asimismo las dos primeras etapas de la evolución del derecho comercial conforme acabamos de explicar.
Al objetivarse, el derecho comercial se extiende hasta límites imprevistos (por ejemplo el código comercio de Alemania en 1861 incluye, igual que el nuestro luego de la reforma en 1881 en su artículo séptimo, una norma de extrema amplitud: estableciendo que cuando un no comerciante contrata con un comerciante sobre un acto de comercio, queda sometido por ello a la legislación y en su caso a la jurisdicción mercantil).
Un ejemplo concreto de esa amplitud la encontramos en el código de comercio italiano de 1882 respecto del cual Vivante dijo: “nos gobierna desde el nacimiento hasta la tumba”.[17]
Durante el transcurso del siglo XX la concepción objetiva será progresivamente dejada de lado en aras de un nuevo enfoque subjetivo.
El derecho comparado nos muestra que muchas legislaciones nacionales entraron en una nueva etapa predominantemente subjetiva, en la cual el derecho comercial pasó a ser concebido como derecho de la empresa.
Esta concepción es la que adopta el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación que respecto de la actividad mercantil y aplicación de las normas a la misma, tiene como eje a la empresa.
Derecho Comercial |
Etapas: 3) Regreso a la concepción subjetiva: derecho comercial como derecho de la empresa. |
El derecho comercial como derecho de la actividad económica
Sin embargo, explica Vítolo que, con el comienzo del siglo XXI esta idea sufre que un cambio fundamental, en la medida en que la propia dinámica de los negocios y las reconversiones por la que ha tenido que pasar el mercado, han hecho que ya no se tienda a una identificación de la materia mercantil con los sujetos sino más bien con la actividad.
Según el punto de vista del mencionado autor, el moderno concepto del derecho comercial o mercantil puede esbozarse como: el conjunto de normas y principios específicos que regulan la actividad económica en el mercado y el tráfico de bienes y servicios en el mismo.
En ese sentido entiende que cabe hablar de una cuarta etapa en la que se retorna a una concepción predominantemente objetiva, entendiendo el derecho comercial como el Derecho de la Actividad Económica, que –sostiene el mencionado autor– es el que rige en nuestros días.[18]
Derecho Comercial |
Etapas: 4) Retorno a la concepción objetiva: derecho comercial como derecho de la actividad económica (Vítolo). |
La innovación, su impacto sobre el comercio y el derecho comercial
Las normas jurídicas y los ordenamientos legales deben ser analizados –a fin de su adecuada interpretación– tomando en consideración el marco general en el cual se originan y se encuentran vigentes y a esa realidad no es ajeno el derecho comercial.
Ese marco general se conforma –por ejemplo– por las circunstancias históricas, económicas, políticas, sociológicas, etc. que imperan en un momento determinado, verificándose una mutua interacción de las referidas circunstancias con el derecho.
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