78. Ibidem .
79. Ibidem , p. 628.
80. Ibidem , p. 616.
81. Ibidem , p. 630.
82. Ibidem .
83. Ibidem . Véase, por ejemplo, Der Blaue Engel , de Josef von Sternberg, donde la bailarina de cabaret interpretada por Marlene Dietrich seduce al viejo prefesor (Emil Jennings) antes de llevarlo a la decadencia.
84. G. Cabrera Infante: La Habana para un Infante difunto , op. cit ., p. 652.
85. Ibidem , p. 655.
86. Ibidem , p. 661.
87. Ibidem , p. 668.
88. Ibidem , p. 661. Esas palabras ¿las pronunció realmente el narrador de la novela? ¿No sería el autor quien las colocó en sus labios después de largos años de exilio? El tiempo de la acción y el tiempo de la narración se acaban por confundir.
89. Entrevista con el autor. Anexos, p. 232.
90. Entrevista con el autor. Anexos, p. 224.
91. G. Cabrera Infante: La Habana para un Infante difunto , op. cit ., pp. 689-711.
92. Ibidem , p. 689.
93. Ibidem , p. 705.
94. Ibidem .
95. Xavier Moret: «Guillermo Cabrera Infante: «Admito que estoy deformado por el cine», El País , Madrid, 11 de septiembre de 1997, p. 25.
96. G. Cabrera Infante: «Orígenes», en Julio Ortega, Julio Matas, Luis Gregorich, Emir Rodríguez Monegal y David Gallagher: Guillermo Cabrera Infante , Madrid, Fundamentos, 1974, p. 5.
97. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 181.
98. Ibidem , p. 17.
99. Ibidem , p. 176.
100. Ibidem , p. 183.
101. Ibidem , p. 190.
102. Ibidem .
103. Ernest Hemingway: Green hills of Africa , Nueva York, Scribner, 1935 (edición consultada: Londres, Arrow Books, 1994, pp. 108-109).
104. G. Cabrera Infante: Vista del amanecer en el trópico , Barcelona, Seix Barral, 1974, p. 233.
105. Citado por Suzanne Jill Levine: The subversive scribe. Translating Latin American fiction , Saint Paul, Graywolf Press, 1991, p. 109.
106. Ibidem .
107. Citado también por Suzanne Jill Levine: Ibidem , p. 108.
108. Cristóbal Colón: «Diario del primer viaje», en Textos y documentos completos , Madrid, Alianza, 1982, p. 46.
109. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 173.
110. Ibidem , pp. 171-204.
111. Ibidem , p. 181.
112. Ibidem .
113. Véanse al respecto las críticas cinematográficas de G. Caín en Un oficio del siglo XX , La Habana, R, 1963.
114. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 181.
115. Ibidem , pp. 173-184. Ese relato será publicado en forma independiente en varias ocasiones, la última en una recopilación titulada Todo está hecho con espejos (Cuentos casi completos) , Madrid, Alfaguara, 1999, pp. 129-140, lo que permite leer Tres tristes tigres a la vez como una novela y como un collage de fragmentos. Ocurre lo mismo con «Ella cantaba boleros», cuyas distintas partes constituyen, de alguna manera, el leitmotiv de Tres tristes tigres . El texto fue nuevamente publicado en su integralidad, junto con «La Amazona», el capítulo final de La Habana para un Infante difunto , en un volumen publicado en Madrid por Alfaguara en 1996. Esa repetición ad infinitum responde también, sin duda, a razones de oportunidad editorial criticadas, con razón, por el crítico cubano exiliado Ernesto Hernández Busto en un artículo publicado en el número 237 de agosto de 1996 de la revista mexicana Vuelta , quien escribe, p. 39, a propósito de otra recopilación anterior, Delito por bailar el chachachá (Madrid, Alfaguara, 1995): «Hace algunos años que Guillermo Cabrera Infante practica el mismo deporte editorial: el reciclaje de sus libros, la recomposición en nuevos fragmentos y disposiciones. [...] Es decir, desde 1985 Cabrera Infante se ha antologado, ha escrito un cuento y ahora desempolva un final olvidado. [...] Estrategia equivocada, a mi entender...»
116. Ibidem , pp. 185-203.
117. Ibidem , pp. 291-447.
118. Ibidem , p. 293.
119. Ibidem .
120. A la interpretación siguiente: «... me parece que esos dos libros tienen connotaciones políticas bastante evidentes», contesta Cabrera Infante: «Yo no estaría dispuesto a admitirlo. La política por ausencia, sí. Es decir, no hay libro más apolítico que Tres tristes tigres .» (Entrevista con el autor. Anexos, p. 228).
121. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 207.
122. Ibidem , pp. 205-224.
123. Ibidem , pp. 225-258.
124. Ibidem , p. 270.
125. Ibidem , p. 169.
126. Raymond D. Souza: Two islands , many worlds . Austin, University of Texas Press, 1996.
127. G. Cabrera Infante: La Habana para un Infante difunto , op. cit ., pp. 235-250.
128. Julio Cortázar: Rayuela , Buenos Aires, Sudamericana, 1963, capítulo 95.
129. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 258.
130. Ibidem , p. 257.
131. Ibidem , p. 9.
132. «Lo que me interesa realmente es lo que se pueda contar en términos de palabras intercambiables, palabras con las que se pueda jugar, palabras que puedan conducir a otro terreno que no sea el de la mera narrración lineal» («Una pelea cubana contra el demonio», en Jacobo Machover: El heraldo de las malas noticias: Guillermo Cabrera Infante (Ensayo a dos voces) , op. cit . p. 128).
133. Cabrera Infante usa a menudo el término inglés pun para designar el juego de palabras o la paronomasia: «Para mí el pun es como para los militares el pundonor: se lleva debajo del uniforme» («El muro del Malecón», en Ibidem , p. 147).
134. «Una entrevista con Rita Guibert», en Julio Ortega, Julio Matas, Luis Gregorich, Emir Rodríguez Monegal y David Gallagher: Guillermo Cabrera Infante , op. cit ., p. 147.
135. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 254.
136. Malcolm Lowry: Under the volcano , Londres, Jonathan Cape, 1947.
137. Raymond D. Souza: Two islands , many worlds , op. cit ., p. 145.
138. «El muro del Malecón», en Jacobo Machover: El heraldo de las malas noticias: Guillermo Cabrera Infante (Ensayo a dos voces) , op. cit ., p. 145.
139. Citado por Suzanne Jill Levine: The subversive scribe. Translating Latin American fiction , op. cit ., p. 172.
140. G. Cabrera Infante: La Habana para un Infante difunto , op. cit ., p. 239.
141. G. Cabrera Infante: Tres tristes tigres , op. cit ., p. 339.
142. Ibidem , p. 222.
143. Ibidem .
144. Ibidem .
145. Marcel Proust: Pastiches et mélanges , París, Gallimard, 1919. Basándose en el affaire Lemoine , un escándalo provocado por un ingeniero francés que había estafado la empresa De Beers, al pretender que podía fabricar diamantes, Proust redactó nueve versiones de ese acontecimiento a la manera de nueve autores diferentes.
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Читать дальше