La foto es a la vez el punto de partida y de llegada de un ciclo. A pesar de la desaparición de la ciudad, la vida anterior se abre camino en el recuerdo. Los personajes se animan, vuelven a vivir la época en que aún no eran objeto de memoria y, luego, pasan la página hasta cerrar definitivamente el libro y entrar en la muerte.
La muerte, más allá de las apariencias, está omnipresente en la obra de Cabrera Infante. Muerte de La Estrella. Muerte de Bustrófedon, cuya ausencia sigue pesando sobre las errancias nocturnas de los personajes de Tres tristes tigres . Muerte presente hasta en el título de una novela, con ese «difunto» que no es sólo un juego alrededor de la Pavane pour une infante défunte de Maurice Ravel. Es necesario exorcisar esa muerte en vida que es el exilio gracias a la plena explosión de los sentidos. Hay que relegarla a un segundo plano con la utilización permanente del humor y de la paronomasia. Frente a un exilio a primera vista asumido, frente a una nostalgia en apariencia rechazada, la memoria es el refugio de la vida.
La Habana del pasado, la de la foto, el mismo fotógrafo fotografiado: la imagen anuncia la muerte del viejo y, al mismo tiempo, permite entrever al escritor en búsqueda de su propio tiempo perdido. Son esos los elementos constitutivos de la visión primordial, la de una ciudad demasiado viva, destruida por obra de una Historia odiada que no pudieron borrar ni la foto fija ni la imagen en movimiento, que el escritor logró llevarse consigo al exilio.
2. EL DECORADO: LA HABANA DE TRES TRISTES TIGRES
La Habana para un Infante difunto es la historia de una iniciación. El libro relata los primeros pasos de un adolescente que descubre la gran ciudad y que, poco a poco, logra cogerle el pulso, escuchar sus latidos, hacerla suya después de todas las peripecias que tiene que enfrentar como si fueran ritos individuales y necesarios. La Habana Vieja y luego el Vedado son lugares de paso obligatorios para poder apropiarse de la ciudad en su conjunto. A medida que va transcurriendo el tiempo, la memoria selecciona lo que le interesa al narrador. Las visiones que éste da de La Habana son fragmentarias. Pero son las más significativas, las más esenciales.
Analepsis en la escritura o, si se prefiere, flash-back cinematográfico. Tres tristes tigres , escrito mucho antes que La Habana para un Infante difunto , se sitúa en una época posterior a la de la última novela de Cabrera Infante: el final de los años 50, en los momentos que preceden la revolución y que prefiguran el final de un mundo, junto con cierta idea de la decadencia. La ciudad forma parte ya del universo propio del adolescente. No hace falta descubrirla, paso a paso, en un recorrido preciso, de una mujer a otra, de un solar a otro. El decorado ya está puesto. A partir de entonces, sólo hará falta sugerirlo, insinuarlo.
La Habana es el tema principal de Tres tristes tigres , el punto de unión entre todos los relatos incluidos en la novela. Está presente en cada momento, en su vida nocturna, en su lenguaje particular, en su música y en sus olores. Es la razón de ser de sus personajes, una necesidad vital para todos ellos. No puede ser descrita desde dentro porque es parte intrínseca de ellos, confundiéndose con su forma de ser y de hablar. La mirada sólo puede venir desde una focalización externa, desde fuera, sin las implicaciones de los personajes que forman un solo cuerpo con el decorado en el que evolucionan.
La descripción, una descripción de conjunto pero parcial e incompleta, será obra de los esposos Campbell, turistas americanos bastante especiales, que tienen la ventaja de poder ofrecer una visión a la vez exterior y contradictoria. Una doble visión relatada con humor, ironía y cierta distancia. Dualidad característica de los personajes y, también, del autor: La Habana vista desde dentro y desde fuera.
Visión contradictoria, nunca estática: La Habana siempre está en movimiento, ya sea en el transcurso del acercamiento inicial del barco en el que viajan los turistas, ya sea durante el paseo final de Silvestre y Arsenio Cué por los lugares más recónditos de la ciudad. El ritmo es diferente según los casos: lento en el primer movimiento, trepidante en el segundo, con visiones y pulsaciones perfectamente complementarias.
2.1 Primer contacto
La primera descripción de La Habana corre a cargo de Mr Campbell. Pero ¿quién es realmente Mr Campbell? Un turista americano primero, y también un «escritor profesional». 97
El personaje es ambiguo, por voluntad deliberada del autor. Hay que cuidarse en no ofrecer una interpretación demasiado simplista de un retrato lleno de alusiones. Desde la introducción del libro, el presentador de Tropicana dirige al lector hacia senderos extraviados. El personaje en cuestión aparece como propietario de las sopas Campbell, pintadas en sus múltiples repeticiones y variantes por Andy Warhol.
Less beautiful but as rich and as famous is our very good friend and frequent guest of Tropicana, the wealthy and healthy (he is an early-riser) Mr William Campbell the notorious soup-fortune heir and World champion of indoor golf and indoor tennis (and other not so mentionnable indoor sports-Jojojojó), William Campbell, our favorite play-boy! Lights (Thankyou, Mr Campbell). Lights, Lights! Thank so much, Mr Campbell, Thank-you very much! (Amable y paciente público cubano es Míster Campbell el famoso millonario heredero de una fortuna en sopas). 98
La presentación es enredada en extremo: Mr Campbell es a la vez play-boy, campeón de golf y de tenis, y también heredero de las sopas Campbell. El enredo será todavía mayor en el relato de Mr Campbell y, luego, en las correcciones de su mujer, así como en las distintas traducciones de los textos «originales». Mr Campbell, en su relato, precisa: «No solamente me confundió con la gente de las sopas, que es un error frecuente y pasajero, también me presentó como un playboy internacional». 99
A lo que contesta Mrs Campbell:
Le encantó, como siempre, que lo confundieran con los Campbell millonarios, que él insiste todavía que son sus parientes. No me reí por lo de playboy internacional, sino por su falso disgusto al oír que lo llamaban «el millonario de las sopas». 100
En la traducción del relato inicial, ya es «el Playboy del Mundo Occidental». 101
¿Por qué tantas incertidumbres, por qué esa voluntad de extraviar por falsos caminos a un personaje que, en Tres tristes tigres , resulta aparentemente secundario? Tal vez tenga más importancia de lo que parece. Después de todo, es él quien, antes que los «tigres», Silvestre, Arsenio Cué, Códac o Eribó, brinda la primera visión de La Habana que surge en la novela. Además, según su mujer, se trata de un «escritor profesional» y, además, americano. La alusión a Ernest Hemingway es transparente, cosa que subraya Mrs Campbell en la traducción que se hace de su propia versión: «El exagerado y a veces falsificado hábito de beber que él despliega y muchas otras características literarias las copió todas de Hemingway, Fitzgerald et al ». 102
La influencia de Hemingway está presente en el personaje de Mr Campbell pero también en su creador, Cabrera Infante. La frase de Mrs Campbell no alude a una mera inspiración. Precisa: «las copió todas de Hemingway». Si consideramos que Mr Campbell es una de las múltiples máscaras que usa GCI, entonces se trata de algo parecido a una confesión.
La intertextualidad con ciertos textos de Hemingway se asemeja por momentos a un simple plagio. Una de las descripciones que Cabrera Infante hace de Cuba está copiada del escritor americano. Suzanne Jill Levine, la traductora al inglés de Tres tristes tigres , compara uno de los fragmentos de Green hills of Africa 103con la última de las viñetas de Vista del amanecer en el trópico .
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