1 ...6 7 8 10 11 12 ...15 31 Véase Sonia García López, «Robert Capa y Henri Cartier-Bresson: A la captura del azar en el instante decisivo», en Rafael R. Tranche (coord.), De la foto al fotograma . Fotografía y documental : dos miradas sobre la realidad , Madrid, Ocho y Medio, 2006, pp. 97-98.
32 No-Do . El tiempo y la memoria , Madrid, Cátedra / Filmoteca Española, 2000, p. 248.
33 Martin Quigley, «The exhibitor’s screen. How shall it be used», Motion Picture Herald , 5 de febrero de 1938, citado por Geoff Pingree: «La política en voz pasiva: los noticiarios de Hearst Metrotone de la guerra civil española», en Alfonso del Amo y María Luisa Ibáñez: Catálogo general del cine de la guerra civil , Madrid, Cátedra / Filmoteca Española, 1996, p. 111.
34 Art. cit., p. 109.
35 En este sentido, resulta sintomático que el primer relato cinematográfico de la contienda que llegó a Estados Unidos (con imágenes exclusivas filmadas por Pierre Luck para Fox Movietone News ) lo hiciera en el barco alemán SS Bremen, ante el que los izquierdistas de Nueva York organizaron numerosas manifestaciones en contra de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la Alemania nazi.
36 Op . cit .
37 Por lo demás, en la mayoría de los casos, la presencia de integrantes de las vanguardias en las películas del Popular Front era habitual, cuando no eran ellos mismos sus artífices (es el caso de Joris Ivens, Paul Strand o Leo Hurwitz).
38 Las consignas del Frente Popular fueron lanzadas en el congreso de la Internacional Comunista celebrado en Moscú en 1935 y finalizó en 1939 con el ominoso pacto Molotov-Ribbentrop.
39 «Pro-Franco Sentiment and Activity in New York City», en Peter N. Carroll y James D. Fernandez, Facing Fascism . New York and the Spanish Civil War , New York University Press, 2007.
40 «New York and the World: The global context», en Peter N. Carroll y James D. Fernandez, op . cit .
41 Cary Nelson (ed.), Madrid 1937 . Letters of the Abraham Lincoln Brigade from the Spanish Civil War , New York, Hardcover, 1996.
42 En abril de 1937, Salaria Kee dejó su trabajo en el hospital de Harlem, Nueva York, para ir a España como voluntaria en los servicios sanitarios del MB & NACASD. Pronto se hizo popular como «la primera enfermera negra que trabajó en España». Podemos verla cuidando de los heridos convalecientes en Heart of Spain y en Return to Life .
43 A negro nurse in Republican Spain , New York, The Negro Committee to Aid Spain / Medical Bureau and North American Committee to Aid Spanish Democracy, 1938. Edición facsímil editada por Veterans of the Abraham Lincoln Brigade, Palo Alto, California, 1977.
44 Op . cit ., p. 3.
PARTE I
1. LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y EL POPULAR 1 . FRONT
EL CONTEXTO DEL SEGUNDO NEW DEAL Y EL POPULAR FRONT ESTADOUNIDENSE
La guerra civil española irrumpió en la sociedad norteamericana en un momento de enorme convulsión social, cultural y política. En 1936 los Estados Unidos se hallaban inmersos en pleno proceso de recuperación de la Gran Depresión, originada por el Crack del 29 y agravada por el posterior azote de la Bola de Polvo sobre las grandes regiones del país con economía de base agraria. 1 Tan solo un año antes (1935), la administración Roosevelt había implementado una segunda fase del New Deal en virtud de la cual las diferencias de clase pasaban a formar parte de los criterios establecidos para adjudicar ayudas a la recuperación económica del país.
El New Deal seguía un triple lema animado por la denominada consigna de “las tres R”: Relief , Recovery and Reform . Relief (auxilio) se refería a los esfuerzos dedicados a ayudar a recuperarse a un tercio de la población que había sido duramente golpeada por la crisis; bajo la idea de Recovery (recuperación) se agrupaban los proyectos destinados a restablecer la salud económica del país y, estrechamente ligada a esta, la idea de Reform (a) partía de la asunción de que la crisis había sido causada por la inestabilidad del mercado y, por tanto, la intervención del gobierno resultaba necesaria para racionalizar y estabilizar la economía y para equilibrar los intereses de granjeros, empresarios y trabajadores. 2
Dos agencias del gobierno jugaron, en este sentido, un papel fundamental: la Work Progress Administration (WPA), creada en 1935, y la Resettlement Administration (RA, creada en 1935 y reconvertida en la Farm Security Administration en 1937). La WPA era la agencia más importante del New Deal y estaba destinada a la creación de puestos de trabajo para la ingente masa de desempleados que vivían en condiciones precarias, abarcando todos los sectores de la producción, desde la agricultura hasta las artes. La WPA no solo fue durante muchos años la mayor agencia de empleo del país sino que imprimió un sello particular en la cultura estadounidense de toda la década. Desde esta institución la Administración Roosevelt puso en marcha cinco programas 3 destinados a revitalizar el arte y la cultura del país al frente de los cuales se situaron algunas de las figuras más sobresalientes del campo cultural estadounidense. La RA fue la agencia del US Department of Agriculture destinada a realojar a familias de desempleados, procedentes tanto de las ciudades como del campo, y darles tierras en las que poder trabajar con el objetivo de revitalizar la agricultura en las zonas rurales sacudidas por la Bola de Polvo. En este sentido, uno de los programas de mayor envergadura fue el proyecto fotográfico de la FSA dirigido por Roy Emerson Stryker. Este proyecto tenía por objeto documentar, por una parte, el estado de las tierras y la vida de los aparceros en la América rural y, por otra, los proyectos de rehabilitación de las zonas agrarias emprendidos por la RA. Al igual que los programas Federales de la WPA anteriormente citados, el proyecto dirigido por Stryker habría de marcar una época en la que, como veremos, la fotografía pasó a constituirse como el medio documental más importante del momento y, como tal, influyó de manera decisiva en los discursos públicos oficiales y no oficiales.
Lo cierto es que para muchos estadounidenses, la Gran Depresión había quebrado la confianza en los viejos lemas políticos, en las viejas ilusiones de un futuro mejor y había abocado, en definitiva, a un descrédito de los discursos sobre el progreso. Sin embargo, como afirma Alan Trachtenberg, 4 esa pérdida de confianza funcionó para algunos como pun- to de partida para la búsqueda de otros ideales sobre los que se asentaba una nueva esperanza. Los programas del New Deal a los que nos hemos referido cimentaron, sin duda alguna, la apertura de esos nuevos horizontes. Pero tan importante como la labor desplegada, en este sentido, por las instituciones fue la de las organizaciones y partidos de izquierdas, los movimientos sociales y, sobre todo, los movimientos obreros, que durante la década de 1930 adquirieron una proyección sin precedentes en la historia del país. 5
Desde 1935, todos esos sectores se agruparon bajo la consigna política del frentepopulismo. En su importante estudio sobre la cultura proletaria en los Estados Unidos de los treinta, Michael Denning afirma que el Popular estadounidense fue un movimiento social insurgente que se forjó en la militancia sindical del naciente CIO (Congress of Industrial Organizations), la solidaridad antifascista con Etiopía, China y, como veremos, España, con los refugiados de Hitler y con las luchas políticas emprendidas por el ala izquierdista del New Deal . Nacido de las agita-ciones políticas de 1934, y coincidiendo con el periodo de mayor influencia del Partido Comunista (CPUSA) en Estados Unidos, el Popular Front se convirtió en un bloque histórico radical que agrupaba a sindicalistas industriales, comunistas, socialistas independientes, activistas sociales y emigrados antifascistas en torno a la democracia social obrera, el antifascismo y el anti-lynching , es decir, los actos de violencia organizada contra negros y trabajadores en general. 6
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