1 ...7 8 9 11 12 13 ...18 anteño, -ña. adj.-n. Del cantón Antonio Ante (provincia de Imbabura). «Es una iniciativa para fomentar el turismo en el cantón anteño», Fábrica Imbabura, el origen textilero anteño/El Norte, 19/08/2019. «Los anteños apoyan la gestión de sus legisladores y dicen sentirse orgullosos de lo que son y pueden hacer», Anteños le hacen frente a la crisis/La Hora, 15/02/2004.
añas. m. Mofeta. ¶ (Conepatus semistriatus) «Sollozan esos vientos quedamente en las espesuras perfumadas donde viven la nutria gigante y el añas», Eliécer Cárdenas, Que te perdone el viento, 1993. «O, tal vez, hambriento como lo tenían siempre, con las raciones escasas que el can había de completar cogiendo añas o ratas, se habría escapado por las hondonadas, de cacería», José de la Cuadra, Horno y repisas, 1932-1931.
apachita. f. Sitio sagrado en el borde de un camino constituido por un cúmulo de piedras. «Se encontraron con una gran cantidad de piedras amontonadas junto al camino; era una apachita, otro lugar sagrado donde habitaban espíritus de las montañas», Edna Iturralde, Caminantes del sol, 2002. «Por esta razón los cúmulos de piedras de las apachitas con cruces encima, siguieron creciendo», Manuel Espinosa Apolo, Los mestizos ecuatorianos, 2000.
apercollar. tr. Atrapar. (pop) «La prensa narra con lujo de detalles cómo los socialcristianos se han dado modos para apercollar al Tribunal Supremo Electoral para hacer del país lo que nos viene en gana: tumban a un vocal para suplantarlo con otro de un partido político extinguido; cuando ya no les sirve se “acuerdan” de la extinción y ponen otro comodín», Buzón de lectores/Hoy, 10.01.2006. «Habremos llegado al punto de quien se sabe apercollado, a merced del Imperio, ¡para poder alimentarse!» Rodrigo Fierro Benítez, De miedos y terrores/El Comercio, 04.13.2006.
apertrechar. tr.-prnl. Pertrechar, aprovisionar. «Las huestes realistas se apertrecharon a la entrada de Cruz Loma y se formaron para recibir el parte de batalla», La batalla por Pichincha/Hoy, 26.05.1996. «Abascal siempre creyó más peligrosa a Guayaquil que a Cuenca y por eso prefería apertrecharla en armas y dinero», Rodolfo Pérez Pimentel, El Ecuador profundo – Tomo I, 1988.
aplazado, -da. adj.-n. [Persona] a la que el sistema educativo ha declarado sin la suficiente preparación para superar un nivel formativo. «Aunque las Monografías no eran de obligación en aquellas épocas, le sirvió para exonerarse en el examen final con la nota máxima. Lamentablemente lo prestó a un compañero aplazado, quien debió extraviarlo por que nunca le devolvió a su autor», Rodolfo Pérez Pimentel, Diccionario biográfico del Ecuador – I, 1987. «Tenía notas bajas y estaba desde medio año aplazado por conducta», Antonio Jaramillo Terán, Memorial del infiernillo, 1986.
arandela. f. Adorno femenino en forma circular. «Estaban todos, […] codo a codo con los señores que vestían de negro, tenían sombreros mocora, […] acompañando a elegantes señoras con severos vestidos alargados, negros y entallados, pecheras altas cubiertas de encajes y arandelas sobre las cuales reposaban discretas joyas», Alicia Yánez Cossío, Esclavos de Chatham, 2006. «Ahora los trapos rojos se marchitan, bajan sus hilachas hasta la tierra seca de la plaza, como si lamentaran no ser más las arandelas, pecheras, vuelos del hermoso vestido de alguna muchacha rica que lo olvidó en un juego de carnaval, lo desdeñó al polvo y la ceniza», Eliécer Cárdenas, Polvo y ceniza, 1979.
ardido, -da. adj. Enojado, irritado, resentido [con alguien]. «Creí que volver a la Universidad, a Eugenia y al matrimonio, a leerles a mis amigos algo de Rulfo, ese verdugo de la palabrería, tendría un efecto catártico, sin saber que la noche me negaba sus escondites y Eugenia, los suyos, ardida con una rival comparable al boxeador que, en su round de sombra, pelea contra nadie», Stalin Alvear, El reino de los vencidos, 2006. «Estaba, como dije ya, un poco ardido con don Vicente y con otros de allí, y pocas ganas me quedaban para meter el pico en, sus comadreos estúpidos», Ángel Felicísimo Rojas, El éxodo de Yangana, 1949.
arenillense. adj.-n. Del cantón de Arenillas (provincia de El Oro). «La militancia, simpatizantes y seguidores de Movimiento País, esperan que su respaldo masivo al Presidente electo, Lenin Moreno Garcés, sea en beneficio de toda la ciudadanía arenillense», Movimiento Alianza PAIS Dirigentes agradecieron a arenillenses/Correo, 08.04.2017. «Actualmente con Medina, están por salir 12 libros de diferentes autores, entre ellos el poeta portovelense Roy Sigüenza y el Arenillense, Raúl Serrano Sánchez, dos escritores que actualmente sobresalen en el ámbito nacional, con sus obras», Poco interés por la lectura/El Telégrafo, 30.03.2014.
argolla. f. Arete en forma de aro. «Debajo estaba el cuadro de un pirata joven y guapo con una argolla de oro en la oreja y las manos sobre un timón», Edna Iturralde, Las islas donde nace la luna, 2007. «Para el baile, las mujeres usan polleras amplias, adornan sus orejas con grandes argollas y agitan pañoletas de colores», Claudio Mena, Aquí, Ecuador, 1990. ♦ 2. Grupo de personas que trabaja, dentro de una organización, para su propio beneficio. (desp) «La única explicación posible es que Cordero no tenía en realidad mucho poder político; que estaba prisionero de las influencias de “la argolla”; y que no tuvo la entereza para imponerse o renunciar a tiempo», Alfredo Pareja Diezcanseco, Ecuador: historia de la república II, 1986. «Sólo Roberto defendió al gobierno por un sentimiento de lealtad y todos los demás lo acribillaron a insultos y burlas. Que el Gobierno de Cordero era una argolla insufrible; que no salía de Caamaños y Flores, que eran los que de veras mandaban haciendo lo que se les daba la gana», José Rafael Bustamante, Para matar el gusano, 1915.
arrarray. (Del quichua araray, ‘interjección con que se expresa dolor’). interj. (Sie) Expresa dolor. (coloq) «Grita, volviéndose, la frase aprendida: -”¡Arrarray! ¡arrarray...! ¡Oh! ¡Qué dolor!”», Alfonso Cuesta y Cuesta, Los Hijos, 1962. «Si se quemó usted la mano con lacre o agua hirviendo, ¿qué más hubo sino decir arrarray?», Juan Montalvo, Las Catilinarias, 1880.
arrecharse. prnl. Enojarse. (vulg) «¡No, bróder, eso sí que nones y nones!, inventando humillaciones del putas y todo para joderme, a cual mejor y arrecharme de una vez y me le fuera a chalacazo limpio», Carlos Carrión, El amante sonámbulo, 2005. «Tenía su estilo para convencernos, con su chistecito aquí, su palabrota por allá, y a veces se arrechaba y nos tocaba adentro, nos recontracagaba y nos dejaba pensando», Miguel Donoso Pareja, Nunca más el mar, 1981. ♦ 2. Excitarse. «hubiera querido tener su enamorada, su chiquilla, algo de ternura, ir a pasear por ahí, cogido de la mano, a arrecharse en el cine, hacer un serruchito, pero nada, adú», Miguel Donoso Pareja, Nunca más el mar, 1981. «esta calientabraguetas que tarda demasiado en llorar lavarse pintarse vestirse largarse demasiado en devolverme a mi soledad que no es tan mala al fin de cuentas por lo menos se está más tranquilo sin arrecharse», Jorge Enrique Adoum, Entre Marx y una mujer desnuda, 1976.
arrechera. f. Excitación sexual. (pop) «Sin que nadie se lo pidiera, ayudó a bajar papayas duras, apezonadas.... Dicen que tos montubios las usan para hacer el amor. ¡Buena arrechera se manejan!», Juan Manuel Rodríguez, El mar y la muralla, 1992. «¿Te acuerdas cómo me odiaba la vieja de la madre? Claro que me acordaba, la próxima vez que los encuentre en la esquina les saco vetas del trasero y a vos guambra coqueta te voy a calmar la arrechera metiéndote una paliza, sentenciaba, halándole las trenzas rubias», Edwin Ulloa, El mejor número (Eugenia Viteri, Antología del cuento ecuatoriano, 1988).
Читать дальше