En las últimas décadas, desde 1981 hasta la actualidad, este esquema básico de desigualdades territoriales no se ha alterado en lo fundamental. Hay que entender que la inercia de las estructuras territoriales es muy elevada y que los cambios solo se producen de forma muy progresiva y lenta. Sin embargo, existen procesos de cambio subyacentes que están modificando este modelo territorial.
El mapa 2.1presenta, junto a la densidad de población municipal en 2016, el centro medio ponderado de la población regional, así como la elipse de desviación estándar de la distribución espacial de la población en torno a dicho centro para los años 1981 y 2016. El centro medio ponderado de la población valenciana se sitúa en la comarca de la Ribera Alta, en concreto entre Alzira y Carcaixent, muy condicionado por la presencia de la gran aglomeración urbana de la región metropolitana de Valencia, que atrae hacia sí su localización. Sin embargo, en este lapso de tiempo de treinta y cinco años, el centro medio ponderado de la población regional se ha desplazado aproximadamente unos siete kilómetros hacia el sureste desde su posición original en el casco urbano de Alzira. 1Asimismo, la elipse de desviación estándar que muestra la dispersión espacial de la población ha crecido hacia el sur, al tiempo que su eje principal ha basculado en el sentido contrario a las agujas del reloj (levógiro). Estos dos cambios en los indicadores de síntesis de la distribución de la po bla ción –tendencia central (centro medio ponderado) y dispersión espacial de la po bla ción en torno a este centro (elipse de desviación estándar)– son fruto de los dos procesos fundamentales en curso durante el periodo 1981-2016: i ) profundización del proceso de concentración de la población en el litoral, y ii ) superior crecimiento demográfico en las comarcas alicantinas.
En efecto, los crecimientos más espectaculares de población residente entre 1981 y 2016 se producen en el litoral alicantino. En este periodo los municipios litorales de la Marina Alta y Baixa han multiplicado espectacularmente su población residente por un factor de 2,5 (de 200.000 a 500.000 habitantes), pasando de representar el 5,6 al 10,1 % de la población total regional. Junto con el desarrollo de la actividad turística, el atractivo residencial del área, particularmente para población jubilada de países europeos, y la atracción de población inmigrante para trabajar en servicios, turismo y construcción, explican este enorme crecimiento que provoca el basculamiento observado en la elipse de distribución de la población regional. Asimismo, al desplazamiento hacia el sur del centro medio ponderado contribuye también el notable dinamismo de las áreas urbanas de Alicante, Elx y la comarca de la Vega Baja, que en conjunto ven cómo su población se multiplica por un factor de 1,3, pasando de 630.000 a 830.000 residentes, e incrementando su peso en el total regional del 17,3 al 19,7 %.
La dinámica del resto de espacios regionales muestra cambios no tan espectacu-lares pero no por ello menos relevantes:
• La gran región metropolitana de Valencia, que incluye no solo el área metropolitana de Valencia estricta, sino también las áreas conectadas funcionalmente de la segunda corona metropolitana, experimenta un crecimiento moderado, de 1,7 a 2,1 millones de habitantes (factor de 1,2), perdiendo peso en el conjunto (del 45,9 al 42,2 %).
• También reducen su peso los espacios industriales interiores del sur de la provincia de Valencia y de la provincia de Alicante que, como hemos dicho, cuentan con una interesante presencia de ciudades pequeñas y medias sustentadas en torno a distritos industriales; este conjunto de espacios crece muy lentamente, de 470.000 a 530.000 habitantes (factor de 1,1), pasando del 12,9 al 10,8 % del total regional, y reflejando las fuertes presiones competitivas a que está siendo sometido su modelo de desarrollo.
• Por el contrario, el área urbana de la Plana en torno a Vila-Real y Castellón, aunque también basada en actividades industriales –la cerámica en este caso–, ha experimentado una evolución mucho más positiva, de 330.000 a 470.000 habitantes (factor de 1,4), y sí que ha incrementado su peso en el total regional (del 9,2 al 9,4 %).
• Finalmente, el conjunto de los espacios marginales del interior ha profundizado su proceso de despoblamiento, pasando de 155.000 a 143.000 residentes, con lo que se ha reducido su peso en el total regional a un porcentaje casi ya residual: del 4,3 al 2,9 %.
La distribución espacial del empleo ( mapa 2.2) muestra en lo fundamental, como no podía ser de otra manera, una gran similitud con la distribución del empleo. No obstante, cabe destacar que la menor extensión hacia el sur de la elipse de dispersión indica que el desplazamiento hacia el sur de la población no ha tenido un correlato significativo en términos de empleo y actividad económica. Así, la distribución del empleo muestra algunas pequeñas pero interesantes diferencias con la de la población residente que merecen algún comentario:
• En algunos territorios la presencia de empleos es menor, principalmente como consecuencia de contar con amplias capas de población residente no activa. Se da la paradoja de que esta es la situación en la que se encuentran los dos espacios regionales con tendencias de crecimiento poblacional más divergentes: i ) los espacios marginales del interior, donde el proceso de envejecimiento demográfico ha reducido enormemente las tasas de actividad y donde se encuentra el 2,3 % de los empleos (frente al 2,9 % de la población), y ii ) el litoral alicantino de la Marina, donde la inmigración de nuevos residentes jubilados ha generado una situación similar (8,3 % de los empleos frente al 10,1 % de la población).
• En cambio, los principales espacios metropolitanos, con pirámides de población más jóvenes y superiores tasas de actividad, son núcleos de concentración de la actividad económica y el empleo. Este es el caso del área metropolitana de Valencia estricta (41,4 % de los empleos y 37,6 % de la población), del área urbana de Alicante (11,8 y 9,8 %) o del área urbana de Castellón (10,4 y 9,4 %).
• Por el contrario, los espacios interiores de especialización industrial del sur de la provincia de Valencia y de la provincia de Alicante, que cumplen una función de equilibrio territorial muy importante, presentan en su conjunto un claro déficit de empleos (7,8 % de los empleos y un 10,8 % de la población). Este déficit, que comparten con el área urbana de Elx (5,4 % de empleo y 5,8 % de población), perteneciente también al distrito de especialización en calzado, es fruto de las bajas tasas de actividad y elevadas tasas de paro que están padeciendo estos espacios de especialización industrial de la región, y pone de manifiesto las dificultades de supervivencia y adaptación que están atravesando.
Mapa 2.1 Densidad de población en 2016 y cambios en la distribución de la población entre 1981 y 2016 (centro medio y elipse de desviación estándar)
Fuente : Elaboración propia a partir de la población municipal de derecho del Censo de Población de 1981 y del Padrón de Habitantes de 2016.
Mapa 2.2 Densidad de empleo en 2016 y cambios en la distribución de los empleos entre 2003 y 2016 (centro medio y elipse de desviación estándar)
Fuente : Elaboración propia a partir de la información sobre trabajadores afiliados a la Seguridad Social del Ministerio de Trabajo.
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