El análisis continúa con Alice Walker que aporta una mirada femenina y feminista en The Color Purple , novela en la que la institución acusada es, sobre todo, la familia. En esta novela (epistolar, como el libro de Jackson), el centro es la mujer negra, obligada a ser lo que no es no solo por los blancos sino también por los hombres de su propio grupo, los hombres negros. Esa doble dominación es insoportable y Walker cuenta como, desde la “muerte en vida” de su matrimonio, la protagonista, Célie, reconstruye una identidad propia y se auto define en lugar de permitir que la definan desde fuera los modelos de familia de los hombres.
La sección sobre neoesclavitud analiza también dos autores contemporáneos que se ocupan sobre todo de colonización y neocolonización. Y ese tema une a esta sección con la siguiente, I. b, y causa otro problema clasificatorio. El colonialismo y sus nuevas formas están ligados profundamente a la esclavitud y la neoesclavitud. Es difícil separar un tema de otro. Pero los tiempos de la neoesclavitud también tocaron las relaciones de los WASP con otros grupos raciales, étnicos y culturales, como los amerindios.
En el primero de estos análisis, Lorraine Hansberry, la gran dramaturga negra de mediados del siglo XX, toma como tema el colonialismo europeo en África en una obra impresionante, Les Blancs 25, titulada así porque está pensada como respuesta a la obra teatral de Jean Genet, Les Negres 26. Nuevamente, como pedía Hughes en su poema, Hansberry recupera la voz negra para contar la historia del continente de origen de su comunidad y reescribir la interpretación francesa. Es un intento importante porque África es el centro del mundo para los africano estadounidenses, es la mitad de su identidad doble y la esclavización fue parte de la colonización. El mismo tema toma Bárbara Kingsolver en The Poisonwood Bible ( La Biblia envenenada ) 27, que aquí se coloca en la sección de instituciones educativas porque se refiere al adoctrinamiento religioso, a las “misiones” en África.
El último capítulo de esta sección, estudia la representación del neocolonialismo y la neoesclavitud dentro del género de la llamada “ciencia ficción” (sería mejor llamarla “ficción de la ciencia” pero la mala traducción se impuso hace muchos años y es difícil de rechazar); específicamente, se analizan nuevas formas posibles de instituciones totales en las obras de Ursula K. Le Guin y Lois McMasters Bujold, dos autoras que trasladan este tema a un supuesto futuro de viajes intergalácticos.
Neocolonialismo e instituciones educativas
La sección I.b, está dedicada a las instituciones educativas como la escuela y la universidad, tomadas como armas de colonización cultural. Por las razones históricas que se han descripto más arriba, dentro de los Estados Unidos, los grupos amerindios son los que sufrieron con mayor crudeza el intento de totalización de estas instituciones en particular. La sección empieza con un análisis de la novela The Plague of Doves de Louise Erdrich 28, dedicada al colonialismo en general, más que a la escuela. Aquí es necesario aclarar que los representantes de las comunidades amerindias suelen afirmar que para ellos, no hay “neocolonialismo” o “poscolonialismo”, porque para ellos, el colonialismo no terminó nunca, nunca hubo una verdadera independencia: la tierra sigue ocupada 29
En la novela de Erdrich, el colonialismo se aplica a través de instituciones totales como la justicia y la policía; y de costumbres como el linchamiento (aunque ya no el linchamiento sureño antinegro sino otro tipo de rito, más semejante al linchamiento del Oeste). En esta novela en particular, se toca particularmente la temática del colonialismo blanco cuando se describe el viaje de varios colonos blancos hacia el Oeste como parte del Destino Manifiesto estadounidense, es decir llevar la frontera de un océano a otro. Erdrich intenta contar una historia –la de la “conquista del Oeste”– desde un punto de vista amerindio: nuevamente, la literatura aparece como parte del deseo de contarse a uno mismo y rechazar las definiciones de otros..
El segundo capítulo de esta sección toma la cuestión de la “escuela” en poemas de Simon Ortiz, Louise Erdrich, Jo Whitehorse Cochrane y Janet Campbell Hale, autores amerindios de diferentes tribus. Estos textos tocan la “escuela” desde distintas perspectivas: en los poemas se puede encontrar desde una crítica a la implantación del secuestro organizado de los hijos de las tribus para depositarlos en escuelas de pupilos diseñadas para alejar de ellos toda “indianidad” hasta la forma en que esa “indianidad” robada vuelve siempre desde la sangre en gestos de identidad y actos de resistencia, de los cuales forma parte la creación literaria.
El análisis de la escuela como institución total es particularmente importante para la formación de futuros docentes o profesores, que suelen no tener en cuenta 30con la visión positiva de Susan Power, que cuenta la resistencia en instituciones terciarias en los cuentos de Roofwalker 31.
En Evil Corn , la “universidad” es otro lugar de “muertos en vida”, zombies destructivos; un mundo en el que el protagonista de los poemas en prosa que componen el libro ve morir a todos los suyos, incluida la Madre Tierra a la que la universidad destruye con agroquímicos y semillas transgénicas. En Roofwalker , en cambio, se relatan los actos de resistencia de individuos amerindios que terminan colonizando a la institución colonizadora universitaria en una serie de actos de apropiación inversa que son pura vida y que muestran el camino a seguir frente a la totalización: un camino en el que la literatura, el arte y la apropiación del “lenguaje del enemigo” (ya que la escuela ha eliminado o borrado el propio) son parte de la lucha.
La sección termina con el análisis de una novela que trata el tema de las misiones europeas (religiosas) en África y que, como ya se dijo, también podría ubicarse en la sección de colonialismo . Decidí colocarla aquí porque lo que me interesa destacar de The Poisonwood Bible es la idea del sermón como institución total 32. La novela de Bárbara Kingsolver toma una cuestión de género (el dominio del padre pastor sobre su esposa y sus cuatro hijas, a quienes arrastra a África) pero en realidad, en el centro de su poder como “maestro”, está el neocolonialismo europeo del cual él es y quier ser instrumento. La relación que las hermanas y la madre tienen con África las marca para siempre y les da un lugar en la estructura de la novela. Esa relación va cambiando con el tiempo. En cambio, el padre, el pastor, permanece incólumne. Vino a enseñar, no a aprender. En un contexto del siglo xx, Kingsolver relata la forma en que las naciones europeas trasladan su cultura a todas las geografías del mundo y pretenden que los habitantes originarios de esos lugares las adopten sin cambiarlas, de buen grado, y abandonen las propias. Ese aspecto inamovible y absurdo de la colonización es el que tratan de imponer todas las instituciones totales cuyo objetivo es “enseñar”.
Cine
En los siglos XX y XXI, el cine ha sido uno de los instrumentos de neocolonización cultural de los Estados Unidos y el país es perfectamente consciente de eso. Por eso, el Estado hace lobby para imponerlo en el mundo, pone dinero para que la bandera aparezca en las películas y apoya la industria de Hollywood: porque así se van imponiendo en el resto del mundo las culturas estadounidenses, sobre todo la cultura mainstream, la WASP, que es también la más poderosa. El cine de Hollywood defiende constantemente las instituciones totales de esa cultura y las presenta como necesarias y positivas. En la vereda opuesta, el cine independiente estudia la forma en que esas instituciones formatean, destruyen y cambian a los individuos, y cuenta los actos de resistencia que esos individuos se atreven a llevar a cabo contra ellas.
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