En 1486, año anterior a la huida de la ciudad de Gil y Martí, la situación había cambiado completamente. En aquel año, los libros de la clavaría del mercader Antoni Rull solo recogen dos pensiones censalistas y, curiosamente, asignadas a Gonçal, el hermano mayor que debido a su enfermedad no podría huir de la Inquisición. De hecho, Rull anota en los dos asientos a Gonçal como fallecido ( quondam ). Había muerto el 23 de julio de 1487, como confirma su testamento. Dado que los clavarios eran designados por los jurados entrantes, elegidos en junio, y que su actividad comenzaba desde el mes de agosto de la nueva Juradería hasta el mes de julio siguiente (en este caso, entre agosto de 1486 y julio de 1487) y que el procedimiento contable seguido consistía en presentar un libro-diario al final del período para que fuera fiscalizado por la oficina del racional de la ciudad, Rull debió actualizar la información, el fallecimiento de Gonçal, cuando pasó a limpio los albaranes recogidos durante todo su ejercicio. En aquel año ya no figuraban los tres hermanos como propietarios de esos dos censales, que ascendían a una cantidad de 1.233 sueldos de pensión anual, es decir, unos 18.500 sueldos de capital. De ambos censales solo se conservaba uno, por valor de 1.000 sueldos de pensión, desde los inicios de la actividad empresarial de los hermanos, aunque ahora a nombre solo de Gonçal. Los Roís habían descapitalizado el negocio ante los peligros que se avecinaban. 81
El municipio no era la única institución pública cuya venta de rentas interesaba a la compañía Roís. 82Al igual que la ciudad, la Diputación del General, la organización política que articulaba las relaciones de poder en el ámbito del reino, se había acogido desde finales del siglo XIV a la emisión de deuda pública a través de la venta de las rentas, recurriendo también al sistema censalista. 83Aunque no existe estudio exhaustivo alguno sobre este mecanismo de obtención de recursos financieros por parte de esta institución para el período más tardío, el análisis aquí realizado aventura que el General requirió en menor medida de la venta de censales, quizá porque sus gastos no se incrementaron en la misma medida que los de la capital y fueron suficientemente cubiertos con los impuestos indirectos y, eventualmente, con el compartiment , quizá porque el respaldo patrimonial era menor. La sensación general es que, desde mediados de la centuria, la venta de nueva deuda exigía de la amortización de la antigua, limitándose el ritmo de endeudamiento de la Diputación. Por otra parte, la tipología social de los compradores de las rentas de esta institución no varía sustancialmente de la característica del municipio: aristocracia, más advenediza que territorial, ciudadanos y alguna que otra institución social, desde conventos hasta hospitales.
También los Roís adquirieron deuda de esta institución para ampliar sus negocios. En 1460, siendo clavario Galeàs Joan, los tres hermanos poseían dos censales por una pensión global de 733 sueldos y 4 dineros a cobrar en una única paga. 84Una inversión modesta, de unos 11.000 sueldos, muy lejos de los casi 54.000 que invertían en ese mismo año en la deuda municipal, explicable quizá porque la canalización de capitales hacia las rentas vendidas por la Diputación del General era más reciente, o al menos no había sido sustancial en vida del padre. En 1470, la inversión había crecido. 85Por un lado, los tres hermanos mantenían los dos censales adquiridos hacia 1460. Además, Gil compró otro por una pensión de 1.000 sueldos y Martí dos por un total de 1.300 sueldos. 86En total, las pensiones ascendían a 3.033 sueldos y el capital invertido a cerca de 50.000 sueldos. En ese momento, la inversión en la deuda del General se acercaba a la realizada en el municipio, 58.833 sueldos.
Diez años más tarde, la colocación de capitales por miembros de la empresa había crecido, al igual que sucedía con la compra de deuda municipal. Los clavarios Francesc Miró Valleriola y mossèn Bernat Català apuntaron tres pensiones a la sociedad integrada por los hermanos. A los dos censales mantenidos desde décadas anteriores se añadía un tercero de 800 sueldos. 87En total, cobraban rentas por valor de 1.533 sueldos y 4 dineros. Además, Martí Roís había acumulado personalmente otros seis censales, cuyas pensiones ascendían a 2.961 sueldos; por tanto, un capital de 44.863 sueldos, unas 2.243 libras. 88Si se tiene en cuenta la inversión conjunta en ambas instituciones, la del municipio y la del General, el capital colocado en deuda pública por los tres hermanos en 1480 ascendía a 170.863 sueldos, unas 8.543 libras, y los 24 censales adquiridos en ese momento les producían unos ingresos de 11.393 sueldos anuales.
El año 1485 es el último en que puede seguirse la estrategia inversora de los Roís en la compra de rentas de la Generalitat. 89Junto a los tres censales comprados hasta entonces, que seguían manteniendo, los tres hermanos cobraban otra pensión de 229 sueldos y 7 dineros. En total, las pensiones cobradas en ese año ascendían a 1.762 sueldos. Martí seguía siendo el hermano que más censales compraba: mantenía dos de 1480, a los que se unía un tercero de 466 sueldos y 8 dineros. Gil adquiría un único censal por una pensión de 500 sueldos. En total, las rentas ascendían a 3.695 sueldos, una cantidad algo más elevada que la de 1480.
Al igual que en el caso de la deuda municipal, se observa cómo los Roís abandonan prácticamente el negocio de la compra de renta de la Generalitat en 1486. Los tres hermanos no conservaban ninguno de los títulos adquiridos en años anteriores. Solo percibieron pensiones adeudadas de años precedentes que no habían sido abonadas en su momento. También lo hizo Martí Roís, de pensiones de 1484, si bien este aún mantenía la pensión de 466 sueldos y 8 dineros que había cobrado en 1480, más una nueva de 233 sueldos y 4 dineros a reembolsar el 5 de febrero. 90
Resulta evidente que los acontecimientos políticos y religiosos precipitaron unas decisiones que pasaban por el abandono de los negocios en la ciudad, y en particular por la desinversión en el mercado de crédito, público y privado. Ya en 1484, los Roís comenzaban a deshacerse de violarios que habían comprado en la década de 1450. 91Al margen de estas decisiones obligadas, se trata ahora de evaluar la capacidad financiera de la empresa en este sector financiero y, para ello, sirve de referencia el año 1480. Si a la colocación de capitales en la compra de rentas a las instituciones públicas (veinticuatro censales por un total de 170.863 sueldos) se añade su actividad, que solo podemos evaluar de manera fragmentaria, en el mercado privado de crédito, donde hemos podido demostrar una inversión de capitales mínima de 51.260 sueldos (en catorce censales o violarios), la colocación de capitales en el mercado crediticio ascendía, como mínimo repetimos, a 222.123 sueldos, más de 11.100 libras que les reportaban unos ingentes beneficios de 17.507 sueldos anuales. Por otra parte, el análisis de la actividad en ambos mercados, privado y público, así como en las distintas instituciones públicas, desvela una dedicación especializada, quizá calculada, entre los tres hermanos: mientras en esas fechas Gonçal adquiría sobre todo crédito privado, Gil se centraba en la deuda municipal y Martí en la del General. Sin embargo, estas cuentas son aproximadas y, especialmente en el caso del mercado de crédito privado, se quedan por debajo de la realidad. Los Roís adquirían también, aunque probablemente ni con la misma frecuencia ni constancia que en el caso de la capital, deuda de otros municipios valencianos y extranjeros. Ya se ha mencionado algún caso. Por otra parte, el censal y el violario, a pesar de haberse convertido en mecanismos crediticios dominantes de la sociedad valenciana, no eran las únicas vías de obtención de créditos, y menos a corto plazo.
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