1 ...8 9 10 12 13 14 ...20 «The Crimes of Franco», en Looking Back at the Spanish Civil War: The International Brigade Memorial Trust’s Len Crome Memorial Lectures, 2002-2010 , editado por Jim Jump (Londres, Lawrence & Wishart).
«Theorists of Extermination», en Unearthing Franco’s Legacy: Mass Graves and the Recuperation of Historical Memory in Spain , editado por Samuel Amago y Carlos Jérez Ferrán (Notre Dame, University of Notre Dame Press).
«Franco, a vingança do Justiceiro», en O Fim das Ditaduras ibéricas (1974-1978) , coordinado por Encarnación Lemus, Fernando Rosas y Raquel Varela (Lisboa. Edições Pluma).
2012 «Juan Tusquets: A Catalan Contribution to the Myth of the Jewish-Bolshevik-Masonic», en Right-Wing Spain in the Civil War Era . Soldiers of God and Apostles of the Fatherland , editado por Alejandro Quiroga y Miguel Ángel del Arco (Londres, Continuum).
«Esperanzas e ilusiones en un nuevo régimen: la República reformista», en En el combate por la historia. La República, la guerra civil, el Franquismo , editado por Ángel Viñas (Barcelona, Pasado y Presente).
«Bajo el signo de las derechas: las reformas paralizadas», en En el combate por la historia. La República, la guerra civil, el Franquismo , editado por Ángel Viñas (Barcelona, Pasado y Presente).
«Manuel Azaña», en En el combate por la historia. La República, la guerra civil, el Franquismo , editado por Ángel Viñas (Barcelona, Pasado y Presente).
«Francisco Franco», en En el combate por la historia. La República, la guerra civil, el Franquismo editado por Ángel Viñas (Barcelona, Pasado y Presente).
«Ramón Serrano Suñer», en En el combate por la historia. La República, la guerra civil, el Franquismo , editado por Ángel Viñas (Barcelona, Pasado y Presente).
2014 «The Psycopathology of an Assassin: General Gonzalo Queipo de Llano», en Mass Killings and Violence in Spain, 1936-1952 , editado por Peter Anderson y Miguel Ángel del Arco Blanco (Londres y Nueva York, Routledge).
NOTA. No se incluyen en esta relación prólogos, prefacios, entradas de diccionarios y enciclopedias ni colaboraciones en revistas culturales, periódicos o televisivas.
ESCRITOS
SELECCIONADOS
1. EL ASALTO MONÁRQUICO CONTRA LA SEGUNDA REPÚBLICA *
Durante la Segunda República en España, se registraba un proceso de radicalización obrera, para hacer frente al cual las clases conservadoras se encontraban mal preparadas. No era nueva esta radicalización; sí lo era, en cambio, la falta de una adecuada postura conservadora de respuesta. Cuando el normal funcionamiento de las instituciones se había mostrado incapaz de dar cauce al descontento social en 1917, hizo falta la intervención del Ejército. Así, el sistema en crisis solamente pudo encontrar solución temporal mediante la Dictadura de Primo de Rivera, que aplicó siete años de anestesia a la situación. Cuando cayó Primo, las fuerzas conservadoras no tuvieron más remedio que volver a los agotados partidos «históricos». Pero ahora, privados de los mecanismos del caciquismo y resentidos por el tratamiento recibido del Dictador, los políticos tradicionales carecían tanto del vigor como de la voluntad para desempeñar sus antiguos papeles. 1
Dentro de la confusión de las fuerzas monárquicas, aparecieron unos grupos pequeños, de mínima importancia política considerados en sí mismos pero precursores de un nuevo monarquismo agresivo, más alerta ante la amenaza proletaria de lo que los viejos partidos habían estado. Formando al principio simplemente una vanguardia intelectual, estos grupos contestaban e incluso se anticipaban a la militancia obrera, con un cuerpo de doctrina autoritaria, antimarxista y antidemocrática. En la polarización posterior de la política republicana, proporcionaban a la extrema derecha una racionalización para la resistencia a la agitación proletaria. De este modo, proporcionaban simultáneamente una previa justificación al alzamiento militar de 1936, y gran cantidad de su fundamento ideológico al Estado nacionalsindicalista que surgió de aquél. 2
Así pues, ya en 1930, estos grupos estaban llevando a cabo una acción de retaguardia, en balde, contra la futura República. En Burgos, un excéntrico neurólogo, el doctor Albiñana, formó el Partido Nacional Español para suministrar fuerzas de choque contra la revolución. En Madrid, un joven intelectual, Eugenio Vegas Latapié, fundó la Juventud Monárquica. A escala nacional, los exministros del Dictador organizaron la Unión Monárquica Nacional, cuyo manifiesto declaraba adhesión a la obra de Primo de Rivera, devoción a su memoria, y sumisión a su doctrina. La UMN llevó a cabo una amplia campaña de propaganda en provincias, abogando por una monarquía autoritaria que continuara la obra de la Dictadura. Su máximo exponente fue Ramiro de Maeztu, embajador en Argentina en tiempos de Primo.
Durante los dos o tres años siguientes, Vegas y Maeztu fueron los teóricos de la reformulación del pensamiento monárquico. Vegas, empapado de los escritos españoles decimonónicos más reaccionarios e impresionado profundamente por Action Française , deseaba a finales de los años veinte fundar una revista que diera fundamento intelectual al monarquismo español. Simultáneamente, pero por su cuenta, el marqués Quintanar, presidente del consejo de redacción de La Nación , órgano oficial del Dictador, proponía a Primo la idea de crear tal revista. Su deseo por resucitar el monarquismo provenía de la admiración que sentía hacia los intelectuales portugueses del integralismo lusitano. En 1930, de regreso de un viaje a Portugal, obtuvo de Primo una promesa de ayuda. Antes de que ésta se pudiera realizar, el régimen cayó. 3
La caída de la Dictadura convenció a Vegas, a Maeztu y a Quintanar de la necesidad de crear un movimiento intelectual autoritario para combatir el auge del liberalismo y del republicanismo. Vegas pregonaba su idea entre los intelectuales tradicionalistas, como Víctor Pradera y el teólogo seglar Marcial Solana, pero no tuvo éxito hasta octubre de 1930, mes en que fue presentado a Maeztu, quien le puso en contacto con Quintanar. Aunque estaban de acuerdo en la necesidad de publicar una revista –que se llamaría Contrarrevolución – no podían ponerla en marcha por falta de fondos. Era entonces cuando sus objetivos de galvanizar el monarquismo coincidían con los de los dirigentes de la UMN. Los exministros se reunieron en Madrid el 14 de abril de 1931. Mientras el rey se dirigía al exilio, y antes de que ellos mismos tuvieran que escapar a la justicia de la República por su colaboración con el Dictador, Calvo Sotelo, exministro de Hacienda, Yanguas y Messía, exministro de Estado, y otras figuras de la Dictadura, se reunieron en casa del conde de Guadalhorce, exministro de Obras Públicas. Estos, junto con Quintanar, Vegas y Maeztu, llevaron a cabo un análisis de la reciente caída de la monarquía. Por sugerencia de Vegas, para quien la democracia equivalía al bolchevismo, se decidió fundar «una escuela de pensamiento contrarrevolucionario a la moderna». Poco después llegó a manos de Quintanar el dinero que lo haría posible. La hostilidad de algunos aristócratas alfonsinos hacía la República se manifestó en forma de ayuda monetaria para actividades subversivas. Una suma de 100.000 pesetas fue entregada por los marqueses de Pelayo al alfonsino general Orgaz. Al ser desbaratada su embrionaria conspiración, Orgaz permitió a Quintanar utilizar el dinero para fundar una sociedad cultural contrarrevolucionaria y una revista teórica. 4
Su aparición estaba prevista para finales de año. Mientras tanto, los monárquicos alfonsinos se vieron obligados a participar en la política legal a causa de la fundación de Acción Nacional, organización electoral, cuyo fin era proteger la religión y la propiedad privada contra la reforma dentro de la legalidad republicana. 5La creación de Ángel Herrera, director del diario católico El Debate , Acción Nacional era tácitamente no monárquica. La reacción monárquica a su aparición fue tomarlo como una afrenta. Esta reacción se dio especialmente en cuanto a las ideas expuestas en El Debate acerca de la irrelevancia de determinadas formas de gobierno y de su «accidentalidad». Los alfonsinos fueron prematuramente obligados a revelar su inflexible actitud de hostilidad hacia la República por la necesidad de expresar su discrepancia con el accidentalismo:
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