TOMÁS RAMÍREZ ORTIZ
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y EN RUSIA
Prólogo de Domingo Del Pino
ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y EN RUSIA
© Traducción del francés por Tomás Ramírez Ortiz
© Prólogo: Domingo Del Pino
© Imagen de portada: Fotografía de un soldado republicano español, por Robert Capa. Interpretada e ilustrada por: Alex Arizmendi Fernández
Iª edición
© ExLibric, 2014.
Editado por: ExLibric
C.I.F.: B-92.041.839
Avda. El Romeral, 2. Polígono Industrial de Antequera
29200 ANTEQUERA, Málaga
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Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EXLIBRIC; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica.
ISBN: 978-84-16110-03-2
Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y cualificación S. L.
Índice
Portada
Título TOMÁS RAMÍREZ ORTIZ ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y EN RUSIA Prólogo de Domingo Del Pino
Copyright ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y EN RUSIA © Traducción del francés por Tomás Ramírez Ortiz © Prólogo: Domingo Del Pino © Imagen de portada: Fotografía de un soldado republicano español, por Robert Capa. Interpretada e ilustrada por: Alex Arizmendi Fernández Iª edición © ExLibric, 2014. Editado por: ExLibric C.I.F.: B-92.041.839 Avda. El Romeral, 2. Polígono Industrial de Antequera 29200 ANTEQUERA, Málaga Teléfono: 952 70 60 04 Fax: 952 84 55 03 Correo electrónico: exlibric@exlibric.com Internet: www.exlibric.com Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma. Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EXLIBRIC; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica. ISBN: 978-84-16110-03-2 Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y cualificación S. L.
Índice
Dedicatoria
Prólogo
Introducción
ESPAÑA ENSANGRENTADA. BARCELONA, 1936 La invisible frontera de la Guerra Civil
Aquí se mata
Costumbres de los anarquistas y escenas de calle en Barcelona
Tuvimos que fusilarlo
Una guerra civil, nunca es una guerra, sino una enfermedad
Ya no hay más comunistas
En busca de la guerra
Esperan a su primer enemigo
Aquí se fusila como se tala... Y los hombres no se respetan ya los unos a los otros
Un religioso francés
Disfrazado de paisano
Alguien ha muerto
ESPAÑA ENSANGRENTADA. MADRID, 1937-1938 Defensa de Madrid
Las balas llenaban la noche
La guerra en el frente de Carabanchel
Un trapo en la saetera
Al alba, se ataca
El temor a los fantasmas
Pánico
La pantomima del hombre ebrio
Hacen durar la vida
¡Eh, sargento!¿Por qué has ido?
¿La paz o la guerra?
Hombre de guerra, ¿quién eres?
El horror no prueba nada
En la noche, las voces enemigas se llamaban y se respondían de una trinchera a la otra
MOSCÚ, 1938
Reportero en la URSS
Todo Moscú a la Fiesta de la Revolución
De noche, en un tren donde, en medio de mineros polacos repatriados el niño Mozart dormía...
¡Moscú! Pero, ¿dónde está la revolución?
Crímenes y castigos en la justicia soviética
El trágico fin del “Maxim-Gorki”
Una extraña velada con Mademoiselle Xavier y diez viejitas algo ebrias que lloraban sus veinte años
A Sanda, con cariño,
por su inestimable ayuda
Agradezco a mi buen amigo Tomás Ramírez que haya llamado Introducción a las páginas con las cuales presenta su obra sobre Saint-Exupéry en la Guerra Civil Española y en Rusia. Se lo agradezco, aunque me complica la tarea que me ha asignado de escribir un Prólogo para su libro que, a fin de cuentas, vendría a cumplir la misma función. Pero la solución es fácil porque haré lo que nuestro común amigo Emilio Sanz de Soto le recomendaba a Antonio Vázquez cuando este se declaraba bloqueado: “Practica la escritura automática. Deja fluir las ideas que te vengan a la mente, y plásmalo en blanco y negro”.
Tomás Ramírez, y el Saint-Exupéry periodista que ahora nos libra, constituyen un poderoso estímulo para dar vía libre a los recuerdos que se olvidan temporalmente pero nunca desparecen del trastero de vivencias, sensaciones y emociones, que la mente guarda para siempre. Como si de un guignol dormido se tratase todos los personajes, todos los hechos pasados, cobran vida de forma atropellada. Son muchos recuerdos compartidos, lecturas comentadas en común, apasionadas tertulias, paseos por las veredas del Monte tangerino, y muchos tés con yerbabuena en la Hafita, un lugar mágico suspendido entre Europa y África, donde las horas pasaban más despacio. Es, en suma, Tánger, nuestra juventud, El Principito, y otras muchas lecturas y vivencias que nos apasionaron en aquellos formidables años cincuenta de nuestra juventud.
Para ser exactos yo no leí El Principito, e imagino que Tomás tampoco. Nosotros leímos Le Petit Prince que salió de aquel horno de cultura tangerino llamado Librairie des Colonnes, regentado por las hermanas Geroffi. Supongo que Tomás reconoce, como lo hago yo, la deuda contraída en esos años con tan magnífica institución cultural en la cual aquellas dos cultas hermanas pusieron a la disposición de los tangerinos de entonces lo mejor que producía la literatura francesa o traducida al francés. Es una deuda, igualmente, con Emilio Sanz de Soto, quien despertó inquietudes entre todos los que le conocíamos, de la mejor manera que puede hacerse: proporcionándonos los instrumentos para pensar y decidir por nosotros mismos.
Me resulta curioso, ahora que lo he recordado, constatar que en aquellos años cincuenta la Cultura en Tánger se expresaba en francés. Leíamos en francés, con frecuencia hablábamos entre nosotros en francés, y veíamos en versión francesa el mejor cine de la época gracias al Cine Club puesto en marcha por Pepe Carleton y Emilio Sanz. Creo que Tomás leyó Tierra de Hombres y Piloto de Línea antes que El Principito. Venían incluidas en el paquete de obras recomendadas por Emilio, junto a otras de Kessel, Bernanos, Cocteau, Mansfield, Kafka, Moravia, Proust, y varios autores más. Gracias a Pepe y a Emilio vimos también el mejor cine de Bergmann, Resnais, Chabrol, Truffaut, Berlanga, y otros grandes directores, con diez o veinte años de anticipación a que pasaran en los cinematógrafos españoles.
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