Distopía ibérica (2019-2022, II Guerra Civil española) es una fabulación hiperbólica de los acontecimientos que podrían desarrollarse a raíz de la situación actual de crisis política en el Estado español. Después de que el Tribunal Supremo haya condenado a treinta años de prisión a los líderes políticos y sociales independentistas, acusados de rebelión, se producen disturbios violentos en Cataluña como respuesta a la sentencia. Al mismo tiempo, en otras localidades del Estado, las izquierdas y el republicanismo se sitúan del lado de los nacionalistas catalanes y vascos para hacer un frente común al Gobierno español, presidido per la extrema derecha de VOX. Como consecuencia de ello, se decreta un estado de excepción que desemboca en una guerra civil.
Independientemente del sesgo ideológico que pueda tener la narración, José Luis Belmonte nos invita a hacer una reflexión pacifista sobre los conflictos políticos nacionales.
Distopía ibérica (2019-2022, II Guerra Civil española)
Distopía ibérica
© 2021, José Luis Belmonte
© 2021, La Equilibrista
info@laequilibrista.es
www.laequilibrista.es
ISBN edició ebook: 978-84-18212-59-8
ISBN edició paper: 978-84-18212-58-1
Primera edició: 2021
Disseny i maquetació: La Equilibrista
Queda prohibida la reproducció total o parcial de qualsevol part d’aquest llibre inclòs el disseny de coberta, així com el seu emmagatzematge, transmissió o tractament per cap mitjà, sigui electrònic, mecànic, químic, òptic, de gravació o de fotocòpia sense el permís previ per escrit de: NOCTIVORA, S.L.
Prólogo
Primera Parte
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Segunda Parte
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Epílogo
El autor
El 1 de abril de 2019 me propuse escribir en mi muro de Facebook un artículo breve para conmemorar el octogésimo aniversario del final de nuestra sempiterna guerra civil. No tenía más pretensión que la de recordar aquella efeméride de forma aséptica, y cierta intención de provocar alguna reflexión en unos días donde la brecha cainita hispánica volvía a mostrar su rostro, si bien a través de redes sociales y nunca más allá de la dialéctica verbal. Lo hice recurriendo al formato de fábula distópica que tan en boga está en estos últimos tiempos. Cualquier serie u obra que se preste hoy no deja de impregnar su contenido de cierto halo irreal y divergente que despierte en la mente del espectador un atractivo universo paralelo. Imaginé a un adolescente conversando con su abuelo en el futuro, concretamente ochenta años después, en 2099. El joven le pide a su antecesor que le cuente cosas de la guerra civil española, pero no la de 1936-39, sino la que aconteció de nuevo en España en 2019, es decir, la segunda guerra civil española, y de la que el abuelo fue testigo directo desde su pueblo natal, y el mío, Crevillent. Ese primer artículo dejó una puerta abierta a un viaje que algunos me invitaron a prorrogar. A los dos días surgió la continuación de ese primer capítulo. Fue la espita que desencadenó el resto. Decía Stefan Zweig que el artista solo puede crear un mundo imaginario olvidándose del mundo real, hasta situarse fuera de sí mismo mientras lo produce. ¿Y dónde está durante la creación? Pues muy simple: en su obra. Salvando las distancias (infinitas en mi caso), he de confesar que lo experimentado durante los veinte días que invertí en escribir este pequeño relato fue lo más parecido a un estado de ensimismamiento que hubiera vivido hasta entonces. Hasta el punto de que, transcurridas unas semanas, no fui capaz de describir el proceso que dio lugar al texto, e incluso me cuestioné si realmente fui yo quien lo escribió, no por la calidad de la obra, sino por la vivencia del proceso creador. No fue hasta después de «obligar» a leer el borrador a los más íntimos que decidí aventurarme a enviarla a alguna editorial y concursos. Y así es como usted, hoy, tiene en sus manos este inofensivo pero entretenido relato que espero le excite la curiosidad. Y si usted está al tanto de la actualidad, rápidamente identificará a muchos de los protagonistas de la escena política que aparecen en el relato de forma velada.
Rescato las palabras de Julián Marías en su imprescindible La guerra civil, ¿cómo pudo ocurrir? : «Los españoles no habían querido la guerra civil, sino los resultados de una guerra civil: la eliminación política y física de la “otra” España». Son palabras que siguen resonando en nuestro interior y que siempre me acompañaron durante mi periplo.
Por último, la obra original está escrita en valenciano; pero no el valenciano de mi pueblo, con sus giros, expresiones y léxicos particulares, ya que entendí que debía adaptarme al uso normativo a la hora de su edición.
En esta ocasión se publica en castellano, intentando respetar el texto original y adaptando ciertos giros propios del valenciano sin menoscabo de la trama principal.
Feliz viaje.
José Luis Belmonte García
Diciembre, 2020
Primera Parte
Crevillent, 1 de abril de 2099
—Abuelo, ¿cómo sucedió?
Juan tiene ya quince años, y la curiosidad por conocer la historia de su pueblo emerge involuntariamente desde su interior. Siempre había escuchado historias aisladas de compañeros del instituto que hablaban de las penurias de sus abuelos y padres, y de cómo el pueblo sufrió las consecuencias trágicas de la guerra y posguerra. Su abuelo Andrés acaba de cumplir noventa y ocho años, edad que hace ochenta presagiaba la inminencia de un probable fin del ciclo vital. Hoy, a punto de cambiar de siglo, la ciencia nos permite vivir con gran calidad de vida hasta los ciento veinte años, como mínimo. Andrés, que escucha a su nieto mientras se prepara el desayuno, mira de reojo a Juan en un intento por desviar la atención e intentar eludir el tema.
—¿Cómo sucedió qué, Juan?
—Ya sabes, hoy es 1 de abril, fecha importante para vosotros, y creo que para mí también, aunque no sé por qué. Lo único que sé es que, en 2019, hace ochenta años, hubo una guerra en este país, en este pueblo, y nadie jamás me ha explicado por qué ocurrió, quién comenzó y, sobre todo, si fue inevitable.
Andrés, consciente ya de la intención de Juan, lo mira fijamente a los ojos y descubre la sinceridad de su nieto en el fondo de su mirada, quien lo escudriña profundamente.
—Bien, Juan, espera que busque una cosa y te explico…
Juan se sienta en uno de los taburetes de la cocina y espera al abuelo mientras aquel desaparece un momento de la estancia.
Al cabo, vuelve con un bloc marrón de aspecto antiguo, desgastado y con olor a añejo, y con su tableta, que se despliega como si fuese uno de esos libros de texto del siglo XX que ha visto en la biblioteca de su pueblo.
—Juan, ya sabes que yo nunca te he hablado de la guerra, aunque la viví en primera persona y guardo en mi memoria cada día de aquellos tres años, desde 2019 a 2022, especialmente en nuestro pueblo, Crevillent. De la historia de la guerra en el país no puedo hablarte en profundidad, la puedes encontrar en las nubes digitales de que hoy disponéis. Cada historiador te ofrecerá su versión y deberás ser tú quien extraiga conclusiones. No fue una guerra convencional donde unos ganaron y otros perdieron. En nuestra guerra todos perdimos, unos más que otros, y resulta ridículo competir en el sufrimiento.
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