El aprendiz de doma española
Memorias de un caballista
paco duarte
Título original: El aprendiz de doma española. Memorias de un caballista
Primera edición: Julio 2021
© 2021 Editorial Kolima, Madrid
www.editorialkolima.com
Autor: Francisco José Duarte Casilda
Dirección editorial: Marta Prieto Asirón
Maquetación de cubierta: Sergio Santos
Maquetación: Carolina Hernández Alarcón
Colaboración: Francisco Javier López Melgarejo
Fotografía de portada: Rafael Lemos. Jinete: Manuel Carvajal. Caballo: Majito V. Retrato de la pintora argentina Margarita Stremel Bonilla
ISBN: 978-84-18811-12-8
Impreso en España
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Este libro te lo dedico a ti, ya que, como imagino, si lo tienes en tus manos es porque eres un amante del caballo y un gran aficionado a la doma.
A ti, pues deseo que al final de su lectura hayas aprendido un poco más sobre el adiestramiento de nuestra doma española. Y si no es así, que al menos te haya aclarado algunas dudas. Sea de un modo u otro, si te ha aportado algo positivo me sentiré realizado.
Pero a quienes va especialmente dedicado es a esos grandes jinetes que, sin faltar a nuestras costumbres y tradiciones, doman en silencio y desde el anonimato, sin pretender ser reconocidos popularmente. Va por ellos.
Prólogo
Existen muchos libros de autoayuda sobre cómo crear riqueza, cómo mejorar nuestra forma de pensar o de ser, cómo superarse, etc. Este libro podría encajar perfectamente entre ellos, ya que es un libro escrito para que sea de autoayuda para el amante del caballo y de su doma.
Recordemos que aquellos que no quieren conocer las técnicas de la equitación correctamente difícilmente llegarán lejos en el mundo del caballo.
Este libro va dedicado a todas aquellas personas que quieren acercarse al mundo del caballo y su doma, y por eso he querido recoger momentos y situaciones técnicas y psicológicas del día a día de la doma de un caballo contados de forma amena, haciendo reflexionar, refrescando conceptos, costumbres e ideas de la rutina diaria, a veces difuminadas por el hábito adquirido.
Quienes comiencen a trabajar en el mundo de la doma –o aunque no lo hagan de forma profesional y tengan el deseo de conocerla desde dentro y sentirla– descubrirán que tienen que domar utilizando siempre un punto de vista educativo y profesional.
Los que llevan tiempo dedicándose a ello, me gustaría que tomasen conciencia de que la doma no es solo una ocupación como tantas otras, sino que es una actividad profesional de la que deben sentirse orgullosos. En este libro de doma se habla desde un punto de vista diferente, aclarando conceptos ecuestres de forma reflexionada.
Con este libro lo que he pretendido es recopilar toda nuestra tradición de doma española, de principio a fin, incluyendo su historia y las actividades que se pueden desempeñar.
Toda la parte técnica expuesta sobre la doma está basada en mi propia experiencia, contada de forma novelada. Estoy convencido de que serán muchos los que se encuentren identificados con los personajes, pues lo cierto es que todo ha sucedido, o puede suceder perfectamente; de hecho, se han cambiado los personajes y lugares para que el lector pueda situarse en el tiempo libremente.
Paco Duarte
1. Toma de contacto
Yeguada Dehesa de Cabeza Rubia.
Me encontraba parado y sin trabajo. Toda mi ilusión era trabajar con caballos; me pasaba todo el día pensando en ellos, en cómo cuidarlos, limpiarlos, y sobre todo aprender a domarlos, pero por el momento lo único que tenía eran diferentes libros y revistas sobre caballos que llenaban la estantería de mi habitación.
Siempre que tenía oportunidad, cuando era feria me acercaba a ver los paseos a caballo que se realizaban en mi pueblo. Miraba a los caballos soñando que algún día podría poseer uno para disfrutar y conseguir hacer con él lo que en los libros de equitación leía.
Me llamo Juan López. Soy un joven de dieciocho años, moreno, de mediana estatura y complexión atlética, de familia humilde pero con saber estar cuando trato con gente de distinta clase social.
En una boda familiar coincidí con mi tío Rubén. Este me preguntó:
–¿Qué tal andas de trabajo, sobrino?
–Mal. En todas las entrevistas de trabajo me dicen lo mismo, que no tengo experiencia. ¿Cómo quieren que tenga experiencia si no me dan una oportunidad?
–Tienes razón. La cosa está mal. En la empresa donde trabajo, mi jefe está buscando un joven para trabajar de pastor. ¿Te interesaría ese trabajo?
Me quedé pensativo. Cuidar ovejas no estaba en mis pensamientos, pero no tenía otra opción, así que contesté:
–Probar y ver las condiciones no estaría mal.
–Lo único que te puedo decir es que te tienes que quedar en el campo; está a más de trescientos kilómetros de aquí. Y ayudar cuando haga falta en las tareas a los otros empleados, como ellos te ayudarán a ti cuando sea necesario.
–Por eso no hay problema; ya sabes que me gustan tanto las ovejas como los cerdos o las vacas.
–No, Juan, me refiero en las tareas de la yeguada que hay dentro de la finca.
Al oír que allí había una yeguada se me abrieron los ojos tres cuartas, por la alegría que me daba el poder estar cerca de caballos.
–¿Sabes, tío Rubén, que mi pasión son los caballos? Por probar no se pierde nada; dime qué tengo que hacer.
Mi tío me escribió la dirección de la finca ganadera junto con un número de teléfono.
–Este es el número de mi jefe. Llámalo y le dices que vas de mi parte, pero dile que es por el empleo de pastor; mira que este hombre tiene muchas cosas en la cabeza y lo mismo te dice que te has equivocado.
–Muchísimas gracias, tío. Mañana lo primero que haré será llamarlo. Hoy es domingo y estando de boda, como que no es plan.
–Sí, es mejor mañana; no creo que en estos dos días haya encontrado a nadie.
Intenté pasar el día en familia lo mejor que pude, pero no era capaz de quitarme de la cabeza la idea de encontrar trabajo y además estar cerca de caballos.
A la mañana siguiente me levanté, desayuné y, sin decirles nada a mis padres, salí a dar un paseo. Cuando me sentí mucho más relajado me decidí a llamar al jefe de mi tío.
–¿Don Gregorio Pérez? Hola buenas. Mire usted, mi nombre es Juan y le llamo de parte de Rubén López. Es mi tío.
Desde el otro lado del teléfono me contestó una voz ronca y segura. Solo de escucharlo sentí un gran respeto hacia él.
–Sí, dígame de qué se trata.
–Mire usted, ayer estuvimos de boda juntos y me comentó que necesitaba un pastor.
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