Autoliderazgo de nuestras emociones
Autoliderazgo de nuestras emociones
Hacia una evolución dirigida a nuestro cerebro
Néstor Braidot
Índice de contenido
Portadilla Autoliderazgo de nuestras emociones Hacia una evolución dirigida a nuestro cerebro Néstor Braidot
Legales
Introducción
Capítulo 1: El cerebro emocional
Qué son las emociones
La pieza clave
Archivo de malos tragos
Piedra libre para las emociones
Capítulo 2: La emoción y la toma de decisiones
Introducción a la toma de decisiones
El cerebro y las emociones
Los procesos mentales ultrarrápidos
El efecto priming: sensibilidad aumentada
Herramientas emocionales para mejorar la toma de decisiones
Capítulo 3: El estrés
Problemas modernos
Impacto del estrés en el cerebro
Aquello que nos estresa
Algunos ejercicios inmediatos
Capítulo 4: El autoliderazgo emocional
Técnicas de automonitoreo de emociones
La resignificación y los estados de ánimo
El poder de la visualización
Una cuestión postural
Qué decimos y cómo lo decimos
Relación entre cognición y emoción
Capítulo 5: Prácticas para el autoliderazgo emocional
El primer paso: un diagnóstico
Reconocer las emociones
Sintonizar el cerebro en positivo
Los beneficios de la risa
Respiración y relajación
El arte de la meditación
Guía de autoevaluación
Decálogo para autoliderar las emociones
Capítulo 6: Claves para un cerebro feliz
¿Qué es la felicidad?
Clave 1: Liberar dopamina
Clave 2: Revisar la propia “teoría de la felicidad”
Clave 3: Cuidar la energía cerebral
Clave 4: Disfrutar de las pequeñas gratificaciones
Clave 5: Evitar el pesimismo
Clave 6: Aprender a lidiar con lo que no podemos controlar
Clave 7: Mantener una vida social activa
Clave 8: Seleccionar relaciones que nos hagan bien
Clave 9: Incorporar actividades filantrópicas
Clave 10: Hacer de la felicidad un objetivo de vida
Bibliografía
Acerca del Método Braidot de neurociencias aplicadas y del Braidot Brain Gym
Braidot, Néstor PedroAutoliderazgo de nuestras emociones : hacia una evolución dirigida de nuestro cerebro Néstor Pedro Braidot ; editado por Flavia Tomaello ; Walter Duer. 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Néstor Pedro Braidot, 2018.Libro digital, EPUBArchivo Digital: descarga y onlineISBN 978-987-42-7983-51. Neurociencias. I. Tomaello, Flavia, ed. II. Duer, Walter, ed. III. Título.CDD 616.8 |
Edición a cargo de Flavia Tomaello y Walter Duer
Diseño y diagramación: Lucía Pérez Pozzan
Primera edición en formato digital: junio de 2018
Digitalización: Proyecto451
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
Inscripción ley 11.723 en trámite
ISBN edición digital (ePub): 978-987-42-7983-5
Introducción
¿Cuántas veces nos arrepentimos por algo que dijimos o hicimos? ¿Cuántas veces vamos por la vida con mala cara sin siquiera saber qué es lo que nos tiene tan atribulados? ¿Podemos evitar que esto nos ocurra?
La respuesta es sí. Y la explicación viene dada por las neurociencias.
Durante siglos, la creencia generalizada fue que las emociones residían en el corazón.
Los poetas y dramaturgos alimentaron esta noción y llenaron sus textos de protagon¡istas con el corazón roto de tristeza, de Cupidos que disparaban sus flechas hacia los corazones para establecer vínculos de amor y de doncellas cuyos corazones estallaban de alegría ante la mera proximidad del príncipe azul amado.
En pleno siglo XX, un juglar popular argentino como Palito Ortega cantó: “Tengo el corazón contento / el corazón contento / lleno de alegría”.
Las neurociencias desterraron esta idea y demostraron que las emociones residen en el cerebro.
Es cierto que ningún enamorado dibujaría en una pared la imagen de un cerebro atravesado al medio por una flecha con sus iniciales seguidas de las de la persona amada. Pero eso es solo una cuestión cultural.
El manejo de las emociones, por lo tanto, es fundamental para tener una vida más plena y lograr un mejor rendimiento en el trabajo, en los estudios y en las relaciones con los demás.
Evitar las reacciones en caliente, sentir empatía por nuestro entorno, resignificar las experiencias vividas… Todo eso hoy, sabemos, es posible.
A lo largo de este libro se ofrecen decenas de ejercicios y recomendaciones, desde técnicas milenarias como la meditación hasta prácticas de última generación producto de la investigación en neurociencias, para que todos podamos autoliderar nuestras emociones, resignificar nuestras experiencias y, en definitiva, ser más felices.
Capítulo 1
El cerebro emocional
Qué son las emociones
Explicar el amor, la compasión, la culpa o el odio como “estados funcionales del cerebro” puede resultar raro y quizás chocante para algunas personas.
Sin embargo, a diario, con cada nueva investigación, la neurociencia confirma que lo son. De hecho, la mayor parte de la bibliografía especializada coincide en que…
Las emociones son estados que articulan aspectos neurocognitivos con sensaciones físicas, actúan como filtros en la percepción y son potentes fijadores de la memoria.
Sin emociones no podríamos desarrollar nuestra creatividad, tomar decisiones acertadas ni, fundamentalmente, “sobrevivir”.
Supongamos que estamos parados en la vereda. Sentimos un silbido, levantamos la vista y observamos que un hacha se dirige, de punta, hacia nuestra cabeza.
El cerebro carece de tiempo para tomar decisiones racionales. No puede desperdiciar ni un segundo en elegir, por ejemplo, si conviene correr hacia la derecha o hacia la izquierda.
Entonces, aparece la importancia de la región emocional: es la que acorta el tiempo de respuesta y desencadena una reacción tan rápida que parece automática.
El experto Joseph LeDoux descubrió que, junto a la vía neuronal que va desde el tálamo a la corteza cerebral existe un conjunto de fibras nerviosas que comunica directamente el tálamo con la amígdala.
Dicho de otra manera, en el cerebro humano existe una especie de atajo que permite que la amígdala reciba algunas señales de forma ultrarrápida emitidas por los sentidos.
Ante el estímulo sensorial (observamos cómo se acerca el hacha), la señal se divide en dos impulsos que recorren trayectos diferentes luego de llegar al tálamo.
El primero, la vía rápida. El impulso toma el atajo hacia la amígdala y la respuesta es instantánea, no se hace esperar: nos movemos de donde estamos para que el hacha rebote contra el suelo en lugar de incrustarse en nuestra cabeza.
Esto no es una novedad evolutiva: la vía rápida significó, para los antiguos cazadores, una fuente de salvación. ¿Un rugido de un animal salvaje se escuchaba cada vez más próximo? Nada mejor que huir en la dirección contraria.
El otro recorrido, llamado “vía lenta”, demora apenas unas milésimas de segundo más, que es lo que tarda el estímulo en llegar a la corteza cerebral.
En la vía rápida actuamos prácticamente por instinto. En la vía lenta, por la activación de la conciencia.
Ante una situación de peligro, la emoción le gana a la razón.
La amígdala reacciona primero y la neocorteza, donde residen las funciones cognitivas más importantes, como el pensamiento, después.
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