5. Recomendaciones
Referencias bibliográficas
La calidad de la información sobre medio ambiente
Inés Rodríguez Cruz
1. Los casos de El País, ABC y El Mundo
2. Radiografía de los resultados
3. Calificaciones
4. Claves para el futuro
Referencias bibliográficas
Bibliografía básica
Los autores
Títulos publicados
Introducción: Diagnosis y tratamiento de la calidad en el periodismo
Josep Lluís Gómez Mompart
La calidad periodística es un concepto complejo, pero no es indefinible ni tampoco imposible de elucidar y evaluar. Y precisamente por ello, a través de las investigaciones que se publican en este libro, con metodologías cuantitativas o cualitativas y con reflexiones teóricas críticas, se intenta conceptualizar, examinar, medir y valorar esta cuestión. Los estudios que aquí se presentan, en su mayoría aplicados, no solo ofrecen un panorama completo sobre este tema crucial en la sociedad de la información y del conocimiento, sino que de sus variados y ricos textos se desprenden interesantes sugerencias profesionales cuya aplicación no es utópica.
En este volumen hablamos preferentemente de «calidad periodística» más que de «calidad informativa», dado que nos interesa no solo el producto, sino todo el proceso de producción informativo-comunicativo. De calidad periodística no hay una definición única y difícilmente puede ser universal, pero sí hay bastantes elementos que permiten que profesionales honestos de cualquier parte del mundo y ciudadanos democráticos se pongan de acuerdo a la hora de decidir qué es buen periodismo y para qué sirve en una sociedad deliberativa de libertades y derechos iguales.
Muchos políticos que entienden teóricamente el tema, pero que sin embargo quieren que la información válida sea aquella que apenas cuestione sus acciones o, mejor aún, que los favorezca, conciben a los periodistas como simples empleados al servicio de sus intereses, que ellos suelen denominar el «bien general» o el «bien del país». Para esos gobernantes, el único periodismo bueno, correcto, necesario y de poca o ninguna calidad es el que sintoniza con su ideario.
Para aquellos periodistas que encajan en los parámetros que acabamos de señalar –ya sea porque se sienten gratificados por el señor que manda, están cómodos o son afines al statu quo imperante o actúan como servidores de alguna causa partidaria– la calidad periodística es relativa, interpretable, personal, empresarial o institucional, en definitiva, adaptable y acorde con su moral. Pero el periodismo de calidad, en tanto que objeto y acción social de la información cívica, no necesita moral, sino ética y deontología profesional, o sea actitud, además de talento y aptitud.
Asimismo, quienes profesan el pesimismo de la inoperancia, porque consideran que en un mundo de grandes intereses y poderes globales nada o muy poco se puede hacer para mejorarlo, niegan la posibilidad de un periodismo suficientemente autónomo, riguroso, socialmente útil y al servicio de la ciudadanía en el marco de una empresa (privada o pública), salvo aquel que a veces practican algunos medios alternativos al establishment, con viejas o nuevas tecnologías.
Un repaso a la historia del periodismo contemporáneo pone de manifiesto bastantes buenos ejemplos de periodistas y periodismos de calidad en diversas corporaciones, sobre todo en los países de mayor tradición democrática. Y, por supuesto, también encontramos periodismo de calidad en muchos medios o experiencias alternativas, colectivas o individuales. Gracias a todos esos profesionales y a sus procederes, en unos u otros medios, la democracia se ha desarrollado y beneficiado. Porque históricamente el buen periodismo ha sido un excelente medio de modernización y progreso, dado que no hay democracia sin periodismo, del mismo modo que no hay periodismo sin libertad.
Las empresas periodísticas que han sido consecuentes con unos principios sólidos de la información en tanto que un bien público –que las ha habido desde hace más de un siglo y las hay, a pesar de tantas dificultades– y los periodistas que han mantenido un comportamiento profesional honesto y ético, más allá de presiones, precariedad, tentaciones y rutinas, han contribuido –y afortunadamente algunos lo siguen haciendo– a que su trabajo y su comportamiento comprometidos con los valores derivados de los derechos humanos sean provechosos para la ciudadanía y para el avance político-cultural.
Sin embargo, aun estando claro y siendo bastante aceptado por la mayoría de los actores mediáticos –ya sean profesionales, corporaciones o medios no convencionales–, este preciado y necesario bien intangible que es la calidad periodística ha vivido y vive en permanente acoso y sometido a las sucesivas o simultáneas crisis.
Las diversas razones y causas por las que la calidad periodística está en riesgo constituyen el tema que en las últimas décadas preocupa a muchos protagonistas y estudiosos del mundo de la información. Y no solo porque su pérdida quebranta la democracia, sino porque con la excusa del nuevo ecosistema comunicativo, depredadores económicos, políticos y culturales, teóricos acríticos y periodistas sin escrúpulos se emplean a fondo para que el periodismo especulativo, [1]ausente de ética y de utilidad cívica, se imponga como único con eslóganes populares tales como «cualquiera puede ser periodista» y «cualquier información es periodismo».
El volumen que presentamos acoge a la mayoría de los especialistas que en España, principalmente en grupos o equipos de investigación consolidados y reconocidos, estudian la calidad periodística. Hasta ahora no habíamos contado con una selección tan experta y completa sobre este importante tema de la información y la opinión pública, salvo algunos artículos o alguna monografía parcial, a menudo de los mismos autores que aquí publican y que habían avanzado algunos de los resultados de sus rigurosos trabajos.
Juan Francisco Gutiérrez, Dolors Palau y quien esto escribe, como coordinador, secretaria y director, respectivamente, de la sección Producción y circulación de contenidos de la Asociación Española de Investigación en Comunicación (AE-IC), conscientes de la importancia y de la preocupación internacional que en la actualidad existe sobre la calidad periodística, tuvimos la iniciativa de solicitar a los equipos de investigación que desde hace unos años vienen trabajando sobre el tema que prepararan los capítulos especializados que aquí se publican. Y así lo han hecho a partir de sus investigaciones teórico-aplicadas, prácticamente todas ellas avaladas por proyectos de I+D+i concedidos en convocatorias competitivas públicas.
En consecuencia, gracias a este libro, el lector en lengua española cuenta por primera vez con una antología de las mejores investigaciones sobre la calidad periodística que, aunque parte de un contexto sociocomunicativo determinado, como debe ser, tiene una visión y un enfoque glocales, dado que los diversos escritos aluden frecuentemente a textos, autores y experiencias internacionales.
Este volumen se abre con un capítulo, a cargo de Dolors Palau y Josep Lluís Gómez, donde se da cuenta de manera amplia de los estudios que sobre la calidad periodística se han desarrollado en los continentes europeo y americano en los últimos cincuenta años. En él se explica cómo los especialistas han reflexionado críticamente sobre el asunto, elaborando teorías sobre la práctica periodística en su sentido más extenso y denunciando los inconvenientes y las desviaciones que sobre la producción informativa se han cernido, a la vez que proponen métodos para corregirla y mejorarla. Se constata también que la preocupación por un periodismo de calidad siempre contribuye al bienestar informativo-comunicativo, fundamento de una democracia real y que ahora ya puede ser considerado un nuevo derecho público.
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