Colaboran en el Proyecto EDADIS:
CREARI Grupo de Investigación en Pedagogías Culturales GIUV2013-130, ICIE UV, EASD Escola d’Art i Superior de Disseny de València, FELGTB, Facultat de Magisteri UV, Grupo FIDEX UMH, Florida Universitaria, Lambda, Cátedra UNESCO Forum Universidad y Patrimonio UPV, Facultad de Bellas Artes UPV, EARI Educación Artística Revista de Investigación, Els Films de la Rambla, InSEA, CECA, ICOM y AVALEM.
© de los textos: los autores
© de esta edición: Universitat de València, 2015
Coordinación editorial: Maite Simon
Maquetación y diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera
Corrección: Pau Viciano
ISBN: 978-84-370-9845-6
ÍNDICE
EN DEFENSA DE LA DIVERSIDAD ANTE EL RETO SOCIAL EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Ricard Huerta y Amparo Alonso-Sanz
TEORÍAS Y CUERPOS
EDUCACIÓN ARTÍSTICA, DERECHOS HUMANOS Y DIVERSIDAD SEXUAL
Ricard Huerta
DE CUERPOS, CARNES Y PEDAGOGÍAS. TRAVESÍAS CORPORALES EN LA EDUCACIÓN ACTUAL
Jordi Planella
LAS IMÁGENES DE LA DIVERSIDAD SEXUAL EN LA EDAD MEDIA
Germán Navarro Espinach
EXPERIENCIAS Y ESPACIOS
LA EDUCACIÓN EN LA DIVERSIDAD DE GÉNERO Y SEXUAL DESDE LOS MUSEOS. UN CASO PRÁCTICO
Liliane Inés Cuesta Davignon
PROYECTO RED EDUCA: LA BOLA DE NIEVE DE LA VISIBILIDAD
Jesús Generelo
ARTE Y CULTURA EN UNA REVISTA GAY
Julio Lossio Quichiz
NUEVE AÑOS DE DIVERSIDAD AFECTIVO-SEXUAL E IDENTIDAD DE GÉNERO EN EL AULA DE PLÁSTICA
Víctor Parral Sánchez
LA SEXUALIDAD DE LOS PERSONAJES DE SERIES TELEVISIVAS INFANTILES. INTERPRETACIONES DE FUTUROS MAESTROS
Amparo Alonso-Sanz y Paloma Rueda
¿DESEDUCANDO? EXPERIENCIAS DE DESOBEDIENCIA SEXUAL EN EL ESTADO ESPAÑOL
Juan Vicente Aliaga
EL PROFESOR NO RECETA BIBLIOGRAFÍA
Pepe Miralles
IL CORPO E L’ARTE DI ESPRIMERE SÉ E DI IN-TENDERE L’ALTRO
Gilberto Scaramuzzo
QUEERING THE FINE ARTS ACADEMY, THROUGH RESEARCH, TEACHING AND ART CURATING
Paweł Leszkowicz
EL AULA INVERTIDA. UNA EXPOSICIÓN EN LA FUNDACIÓN LA POSTA
Romà de la Calle, Guillem Cervera y María Tinoco (Fundación La Posta)
PERFIL DE LOS AUTORES
EN DEFENSA DE LA DIVERSIDAD ANTE EL RETO SOCIAL EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Ricard Huerta Universitat de València Amparo Alonso-Sanz Universitat de València
Diversidad sexual no son una pareja de términos que siempre hayamos escuchado ligados, uno de la mano del otro. Principalmente porque el concepto sexual, aunque ha evolucionado sobre la base de los sucesivos esquemas sociales, comúnmente ha formado parte de lo que entendemos como tabú. También lo sexual se asocia a lo prohibido, lo obsceno, lo íntimo y personal, impidiendo cualquiera de estas particularidades que se sitúe entre lo común, se visibilice o forme parte de la cotidianeidad de todas y todos, y mucho menos de lo diverso. Sin embargo el concepto diversidad tampoco ha sido tratado por igual en los diferentes esquemas sociales.
Desde el ámbito científico hemos escuchado a menudo expresiones como: diversidad de especies, animal, biológica, celular, climática, de la materia, de ecosistemas, ecológica, genética, geográfica, hídrica, metabólica, microbiana, natural, orgánica, química, taxonómica, tecnológica, vegetal. Aceptando que efectivamente en todos estos campos era una virtud la variedad que intrínsecamente se le reconocía. De modo similar ocurre con la diversidad literaria, cultural, lingüística, musical, urbana, porque a mayor multiplicidad de las mismas, mayor placer recae en el individuo que las consume y más se enriquece. Sin embargo esta bondad no se proyecta sobre la diversidad identitaria, intercultural, jurídica, nacional, organizacional, política, regional, religiosa, social, o territorial; por mencionar algunos de los ámbitos donde la diversidad se enfrenta a perspectivas más absolutas, cerradas o limitadas. Porque la diversidad, por definición se opone a la homogeneidad, y determinados discursos prefieren la prevalencia de una única mentalidad, postura, identidad, cultura, ley, territorio, régimen, institución o creencia por encima de las demás. Por lo tanto la variedad no se observa de igual modo en todos los aspectos de la vida, principalmente porque la diferencia – el hecho de que existan otros diferentes– puede ser entendida como una amenaza a la propia integridad y en respuesta a ese miedo las actuaciones del ser humano llegan a ser tremendas, bárbaras nos atreveríamos a decir.
La sencillez que supone tratar la realidad como un todo homogéneo ha simplificado durante muchos años el modo de entender a las personas y especialmente a las minorías. De manera que es reciente el entendimiento, aceptación y respeto hacia la diversidad humana, infantil, juvenil, personal o racial. Dicha visión, estrenada hace relativamente poco, se ha trasladado a la educación, precisamente donde no se presuponía que la diversidad en las aulas o en las escuelas debiera introducir variables en el modo de hacer del docente. Pero esta renovada mirada hacia la disparidad no recoge únicamente la concepción sobre cómo interrelacionarnos, sino también la forma de incorporar nuevos conceptos y significados a los contenidos curriculares, poniendo en entredicho temas tan arraigados como la familia, las vacaciones asociadas a festividades religiosas, los modelos ejemplificadores…Otros temas (como pueda ser la sexualidad) directamente han estado desterrados del currículo, que ha obviado su utilidad ligada al placer, mostrando únicamente el interés por el sexo en cuanto a procedimiento reproductor, y además ha ocultado perversamente el conocimiento de otras posibles asociaciones a esta. De manera que si tardíamente se comienza a difundir el binomio diversidad sexual en nuestra sociedad, difícilmente habrá llegado al ámbito educativo todavía (y arduo es el camino por recorrer). Así, no es de extrañar que Bonillo, 1 como presidenta de Lambda que ha sido en los últimos años, en declaraciones recientes pidiese que el currículo escolar incluya la diversidad sexual, de género y familiar, destacando el papel esencial que ha llevado a cabo el colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, reconociendo la lucha y los avances conseguidos por dichos grupos.
En cualquier caso, si un ámbito de conocimiento puede erigirse como portador de la defensa de las minorías, ese es sin lugar a dudas el entorno del arte. Esto es así porque desde las manifestaciones artísticas contemporáneas se lucha mediante creaciones reivindicativas de los derechos de la mujer, los inmigrantes, las culturas oprimidas o cualquier tipo de realidad invisibilizada. Y en ese sentido, por supuesto también el arte como herramienta de transformación social ha sido protagonista del cambio de mirada hacia los derechos del colectivo de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, pansexuales, e intersexuales (LGBTQ). En consecuencia, la educación artística, encargada de transmitir los saberes vinculados a las artes visuales, la estética y la cultura visual, debe recoger toda esta multiplicidad de perspectivas tanto en el espacio dedicado a la investigación como en el territorio de la enseñanza. De este modo la educación artística se responsabiliza de difundir el respeto hacia la heterogeneidad, una heterogeneidad de la que es partícipe en sí misma como área de conocimiento. La complejidad y disparidad se alzan como un valor desde la educación artística y como resultado comienzan a surgir numerosas líneas de investigación. Una de estas líneas es la encargada de estudiar la diversidad sexual, y nosotros interesados en ella hemos querido implementar su análisis y los efectos que pueda tener su repercusión.
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