1 ...7 8 9 11 12 13 ...18 La Upaniṣad prosigue:
Antes de que el yogī tenga la experiencia de brahman , verá los siguientes signos preliminares (a esta experiencia): nieve, humo, sol, viento, fuego, luciérnagas, relámpagos y la luna, etcétera.24
En este mantra , el sabio Shvetashvatara describe distintas experiencias interiores que el yogī puede tener en estados profundos de meditación, todas ellas previas a la absorción final en brahman . Las visiones de humo, sol, fuego, relámpagos; visiones de devas , sabios o del propio guru ; sonidos internos ( nādas ), movimientos corporales ( kriyās ) y un amplio abanico de experiencias que pertenecen a distintos planos de absorción han sido descritas a lo largo de los milenios por yogīs y ascetas de distintos linajes. Muchas de estas están relacionadas con el despertar de kuṇḍalinī śakti , la energía interior, y el ascenso del prāṇa por el canal central ( suṣumṇā nāḍī ) . 25
Regresemos a la Muktikopaniṣad que habíamos mencionado al principio. En la segunda parte del texto, Sri Rama instruye a Hanuman sobre las fases avanzadas del proceso de contemplación del yogī , enfatizando la necesaria destrucción de sus impresiones pasadas ( vāsanās ) para poder experimentar la plenitud del ātman :
La destrucción de las impresiones pasadas ( vāsanākṣaya ), el cultivo del conocimiento ( vijñāna ) y la destrucción de la mente ( manonāśa ); cuando estos tres se practican a la vez y durante largo tiempo, dan un gran fruto. Si no se practican juntos, no habrá éxito ni en cientos de años. Practicados a la vez, los nudos del corazón ciertamente se abrirán. Las falsas impresiones de la vida mundana acumuladas durante cientos de vidas no se pueden destruir sin una larga práctica. Así pues, evita el deseo de placeres sensoriales y practica con esfuerzo estos tres.
El sabio conoce que una mente que se asocia con las impresiones pasadas ( vāsanās ) conduce a la esclavitud y que una mente libre de impresiones lleva a la liberación.
Así pues, Hanuman, practica la destrucción de las impresiones ( vāsanās ) lo antes posible.26
En este estadio, el yogī , con el cuerpo, la mente y el intelecto purificados después de una larga práctica, entra en la delicada fase en la que tiene lugar la destrucción de sus impresiones pasadas o latentes ( vāsanākṣaya ), así como la destrucción de la mente limitada y condicionada ( manonāśa ), que bajo la ilusión ( avidyā ) le atan a la finitud y a la limitación. Ambos procesos son muy importantes y se mencionan en los textos avanzados de haṭha-yoga , tantra y advaita-vedānta . Sri Rama insiste en que este proceso de destrucción de los condicionamientos que nos limitan debe ir siempre acompañado del conocimiento del ātman ( vijñāna ).
El proceso de purificación del yogī conlleva una muerte interior y un nuevo nacimiento. En su nuevo estado de conciencia, el yogī experimenta también grandes cambios en el cuerpo físico y en la mente, tema del que tratan varios de los textos clásicos del haṭha-yoga de la Edad Media. Volviendo de nuevo a la enseñanza del sabio Shvetashvatara, este continúa:
Los maestros del yoga nos dicen que el cuerpo se torna ligero, saludable, libre de deseos, de tez luminosa, dulce voz, suave olor y excrementos sutiles.
Así como el oro cubierto por la tierra se torna brillante después de haber sido purificado; así también el yogī , habiendo tomado conciencia de la realidad del ātman , se torna uno con este divino ātman no dual, se libera de toda angustia y conquista la meta sublime y eterna.27
De la misma manera que una persona que pasea durante largo tiempo en medio de flores aromáticas queda impregnada de su olor, el yogī queda impregnado de la pureza y luminosidad del ātman . Aun viviendo en un cuerpo limitado, el yogī es una expresión de la ilimitación y la inmortalidad. El sabio Shvetashvatara concluye su enseñanza con la descripción del estadio final del yogī :
Con el conocimiento de brahman , todas las cadenas son destruidas, y con la cesación del sufrimiento, el nacimiento y la muerte llegan a su fin. A través de la meditación en brahman , después de la disolución del cuerpo, se eleva al tercer estado, es decir, al de señorío universal. Y, finalmente, el aspirante, trascendiendo también este estado, vive en la completa bienaventuranza de la unión con brahman.
Este bienaventurado brahman , que habita eternamente dentro de nosotros, es lo que debe ser conocido. Más allá de Eso no hay nada más que conocer.
Por el poder de sus austeridades y por la gracia de la Divinidad, el sabio Shvetashvatara conoció a brahman y propagó este altísimo y sagrado conocimiento, muy amado por los sabios y los renunciantes (establecidos) en elevados estados espirituales.28
En la Kaivalya Upaniṣad , el sabio Ashvalayana se acercó respetuosamente a Brahma y le pidió el conocimiento más noble, el conocimiento de brahman , que destruye todos los males y conduce más allá de la ilusión. Brahma le bendijo para que pudiera alcanzar este conocimiento por medio de la plena confianza ( śraddhā ) en la enseñanza, en el maestro y en la tradición, así como por medio de la devoción ( bhakti ) y la meditación yóguica, y le instruyó acerca del lugar en el que llevar a cabo su práctica, la postura del cuerpo y el método por el que trascender la mente limitada y así acceder al conocimiento de brahman :
En un lugar solitario, establecido en el estadio más elevado de la renuncia ( saṃnyāsa ), debe sentarse en una postura confortable; puro y en un lugar retirado, manteniendo el cuerpo, el cuello y la cabeza alineados, debe aquietar los órganos de los sentidos y mentalmente saludar a su guru con devoción.
Llevando la atención hacia el estable, puro, claro y placentero loto del corazón (debe meditar) allí en brahman , que es la fuente de todo, incomprensible, inmanifestado, de múltiples formas, auspicioso, tranquilo, inmortal, sin principio, ni medio ni fin, no dual, todo penetrante, conciencia, dicha, sin forma y prodigioso.29
Poder acceder a esta enseñanza y finalmente al conocimiento del ātman requiere de ciertas cualificaciones: una intensidad de propósito, un lúcido discernimiento sobre la finitud del mundo del nombre y la forma, un gran desapego y una intensa aspiración por el Absoluto. Pero además hay otro elemento muy importante que las Upaniṣads señalan repetidamente y que es la llave del proceso: la relación armoniosa entre guru y discípulo. Una antigua invocación védica ( śānti-pathaḥ ) que los estudiantes recitan tradicionalmente antes de recibir la enseñanza de las Upaniṣads dice así:
oṃ saha nāvavatu saha nau bhunaktu saha vīryaṃ karavāvahai tejasvi nāvadhītam-astu mā vidviṣāvahai oṃ śāntiḥ śāntiḥ śāntiḥ
Oṃ , que Él (la divinidad) nos proteja a ambos ( guru y discípulo). Que nos proteja a ambos otorgándonos el fruto del conocimiento. Que ambos tengamos la fortaleza (para adquirir el conocimiento). Que nuestro estudio nos conduzca a la iluminación. Que no haya distanciamiento entre nosotros.
Oṃ , paz, paz, paz.
Tradicionalmente el aspirante o brahmacārī acudía a la casa del guru , quizás un āśram en un lugar retirado en el bosque o en las montañas. Tras ofrecerle de manera adecuada sus respetos, abrir su corazón y mostrarle su sincero deseo e intensa aspiración por la vida yóguica, el joven ofrendaba al que sería su guru unos pedazos de madera denominada arghya que se utiliza en los rituales de fuego. Esta madera no debía estar mojada ni húmeda, sino seca y lista para arder, como muestra del deseo interior del discípulo y de su petición de que su ignorancia ardiera en el fuego del conocimiento y quedara libre de toda mácula. El discípulo debía presentarse ante el maestro con una cierta preparación, lo que se denomina adhikāra , sin ello la enseñanza no tendría efecto en él y posiblemente el guru tampoco lo aceptaría.
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