2. La relación de Freud con la Universidad
Freud no era ajeno a la docencia en la Universidad. Desde fines de del año 1885 había estado dando clases los sábados a pequeños grupos de colegas y estudiantes como Docente Adscrito. En los años siguientes tuvo un largo peregrinaje para conseguir el título de Profesor de la Universidad de Viena pero en un clima político y universitario extremadamente antisemita, solo lo obtuvo en 1902 como Profesor Asociado con la ayuda de un paciente rico que intervino con oficiales del gobierno para que se lo otorgaran. Además, en aquellos tiempos predominaban en la academia las ideas de Augusto Comte, para quien los estudios psicológicos se basaban en la auto-observación y en la introspección y por lo tanto la Psicología, y por ende el psicoanálisis, nunca podría llegar a ser una ciencia y por lo tanto, no podría ingresar en la universidad.
En el invierno de 1915 y en el de 1916, en plena guerra mundial Freud presentó su propia versión unificada del Psicoanálisis en la Universidad de Viena: aún se recuerdan y se estudian sus veintiocho memorables Conferencias de Introducción al Psicoanálisis (Freud, 1915-1916) 9.
Casi al finalizar la primera guerra mundial en 1918 se organizó el Congreso Internacional de Psicoanálisis en la ciudad de Budapest. Se debatió intensamente la experiencia clínica que muchos analistas habían tenido tratando a soldados con los traumas de la guerra. La comprensión psicoanalítica de las neurosis de guerra llegó a las autoridades. De hecho, en marzo de 1919, cuando los bolcheviques asumieron temporariamente el gobierno de Hungría, Ferenczi fue nombrado profesor de Psicoanálisis en la Universidad de Budapest, pero fue destituido poco después cuando cambio el clima político. Los estudiantes de medicina de la Universidad solicitaron con más de mil firmas al Ministro de Educación Pública Zsigmund Kunfi que el Psicoanálisis se enseñara en la universidad, pero sin éxito. A punto se estuvo de abrir una clínica de Psicoanálisis, a poco que la guerra terminara, cambiaron los signos políticos y toda la experiencia se frustró.
Durante el congreso Herman Numberg propuso por primera vez que, para ser psicoanalista, se impusiera como condición haber hecho un análisis. Rank y Ferenczi se opusieron a la votación de una moción en ese sentido. De todas maneras, la idea del análisis de los analistas se impondría con el curso de los años próximos a partir de la experiencia berlinesa.
3. La formación psicoanalítica se institucionaliza (1925)
A partir de 1920 los requisitos para la formación analítica iban a cambiar dramáticamente. Desde 1920 al 1925 la vieja comunidad freudiana se transformó en una manera que llamo a nuevas identidades, nuevas instituciones y nuevas maneras de racionalizar el ejercicio de la autoridad en relación a la formación analítica. El Comité secreto se disolvió en 1924. Por entonces el movimiento se veía amenazado por la enfermedad de Freud y la posibilidad de su desaparición. Lo que reemplazó al Männerbund del Comité de los anillos fue el movimiento psicoanalítico, una colección de sociedades nacionales buscando la cercanía de Freud para transformarse en una disciplina científica o una profesión.
No es relevante contar toda la historia del establecimiento de la formación psicoanalítica pero sí utilizar datos selectos de esa historia para comprender la instalación progresiva en esos años de la formación analítica que tuvo en 1923 su fecha de nacimiento y en Berlín, a la ciudad que la vio nacer. Merece mención el contexto cultural de aquel entonces: después de la devastadora primera guerra mundial, los años de la República de Weimar eran los de una profunda agitación social, política y económica. El colapso de la monarquía había generado una amplia revuelta contra la moral tradicional. Florecían ideales políticos democráticos junto a corrientes reformistas, grupos feministas, ideologías marxistas y fascistas. Pero también era el momento de los movimientos artísticos de avanzada, el expresionismo de Die Brücke, el diseño de la Bauhaus, el Dadaísmo, el teatro de Brecht, la música de A. Berg y A. Schönberg, el cine de F. Lang y J. Sternberg. En el centro de Europa, se decía que Berlín daba para todo. K. Abrahán le escribe a Freud: “Berlín clama por el psicoanálisis” .
Y en Berlín estaban Karl Abrahán, Max Eitingon y Ernst Simmel, quienes en febrero de 1920 habían abierto la Poliklinik en 29 Potsdamer Strasse, la primera clínica psicoanalítica del mundo. Tuvo un éxito inmediato, los pacientes empezaron a llegar en cantidad, hubo 193 consultas el primer año y siguieron llegando en masa, los tratamientos eran de 4 o 5 sesiones semanales de una hora, algunos gratuitos, todos a cargo de analistas de la influyente Sociedad Psicoanalítica de Berlín, creada poco después en 1923. Muy pronto advirtieron que no era el flujo de pacientes el problema, sino tener suficientes analistas para responder a la demanda. Con la combinación de las facilidades de una clínica y de recibir cursos formales de psicoanálisis, un grupo numeroso de estudiantes de medicina y de jóvenes médicos se incorporaron a la institución. Después de perder la Burghölzli en Zúrich, el psicoanálisis no había tenido instituciones que brindaran clínica para la formación analítica. En 1930, se informó que en los últimos diez años, se habían realizado 1955 consultas y 721 psicoanálisis.
En 1927, E. Simmel abrió una clínica de internación, la Psychoanalytische Klinik en Berlin-Tegel. La llamó Clínica y no Sanatorio porque los pacientes iban a ser tratados con métodos “clínicos psicoanalíticos” (Tögel, 2006). De pronto Berlín se transformó, en palabras de Freud, en los “cuarteles generales del psicoanálisis”.
Con la Policlínica de Berlín en funciones, Abraham decidió nombrar un analista de formación ( Lehranalytiker), dedicado exclusivamente al análisis didáctico de los candidatos y designo a Hans Sachs, para asumir la nueva posición. “Reverencialmente, toda la literatura analítica señaló y todavía señala las caminatas de Freud con Max Eitingon en 1909 como el primer análisis didáctico” (Zaretsky, p. 105). Para 1922, Sachs ya había tenido en análisis a 25 estudiantes en Berlín. Se agregaron cursos de teoría y técnica, introductorios y avanzados. Como novedad exclusiva, Eitingon introdujo el análisis de control del analista y dispuso con buen criterio, que el analista supervisor (a diferencia de lo que Freud hacía en Viena) fuera distinto del que se ocupaba del análisis personal. Eitingon necesitaba cuidar la calidad de los análisis que se ofrecían en la Poliklinik, porque estaba bajo la mirada vigilante de las autoridades que amenazaban con el cierre (Schröter, 2002). A su vez, su decisión es una muestra de cómo la formación en Berlín se basaba en la clínica y restringía el psicoanálisis al tratamiento. En 1922, un año en que explotó el número de solicitudes para la formación analítica, Abraham se quejaba de haber sido sobrepasado por la demanda. Por entonces, la Policlínica de Berlín ofrecía la más organizada y rigurosa formación analítica del mundo. Venían candidatos de todas partes, inclusive de Viena, alguno de los cuales ya habían sido analizados por el mismo Freud . Todo esto mientras las autoridades alemanas amenazaban con poner al ejercicio del psicoanálisis fuera de la ley…
En 1923 se establece, sobre esta estructura clínica, el Instituto de Psicoanálisis de Berlín y Eitingon fue encargado de formalizar un programa de formación. Se publicaron las “Directivas para la Educación de Terapeutas Psicoanalíticos” y se establecieron los tres componentes ya conocidos del trípode: análisis personal, supervisión de casos clínicos y seminarios teóricos. A partir de entonces los candidatos serían admitidos por un Comité de Entrenamiento y su formación duraría al menos 3 años.
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