Pero no aguanté y William puso una pierna encima de la tapa del sanitario, se puso saliva en el ojete y me dijo: “Métemela”, pero yo quería seguir chupándole el culo, me arrodillé y se lo chupé, pero mi polla no podía más, me paré y empecé a metérsela, empezaron a tocar la puerta, pero no nos importó, tanto que seguimos y no prestamos atención.
Me lo follé por todo el baño, pero al final me tiró al suelo encima de nuestra ropa, él se sentó en mi polla y se la folló de tal forma que me corrí dentro y mientras lo hacía pude sentir su corrida caer por mi cuerpo, hasta el punto que la recogí con mi mano y me la empecé a chupar.
Quería sentir su sabor, él solo cogió y me besó. Quedamos tirados en aquel suelo alrededor de diez minutos, abrazados, besándonos, dejando que nuestros cuerpos descansaran, pero al rato nos pusimos de pie y empezamos a limpiarnos y a acomodarnos para poder desocupar ese baño.
Después de casi una hora encerrados, salimos y todos nos estaban mirando, William me cogió de la mano, me llevó hacia la puerta y salimos. Ya en la calle me pidió mi número de celular y yo el suyo, paró a un taxi, me montó, me dio dinero para que pudiese pagarlo y seguimos cada uno nuestro camino.
Al llegar a casa de Aracelly, ella estaba preocupada e incluso la tía Carmen que era su hermana mayor y Dora estaban hablando, cuando vieron que llegué, no podía ocultar mi felicidad, pues por primera vez sentía que me había enamorado y estaba deseando volver a ver a William, Dora al ver mi cara dijo “Esa cara puede ser por dos razones, plata o que acaba de follar”, yo la miré, ella a mí y dijo: “¡Ah! Hijoeputa* acaba de follar” y todos se pusieron a reírse de mí.
Los días pasaron y William nunca llamó e incluso cuando salía de estudiar me quedaba esperando por si lo volvía a ver, pero jamás volvió a pasar, un día cuando me cansé de esperar, cogí mi autobús me senté y por la ventanilla pude ver que estaba saliendo de una peluquería de un estilista muy conocido, Jairo Jaramillo.
Al día siguiente pasé por al lado y pude ver que William estaba allí trabajando como estilista, pero no quise dejarme ver para que no se sintiera perseguido por mí y mucho menos sintiese que estaba loco por él. Así lo hice muchas veces, hasta que un día me vio al salir, pero me hice el tonto y disimulé que estaba esperando mi autobús, él se acercó, me saludó y pudo notar que me estaba derritiendo por él, me pidió que le acompañara, ya que tenía que ir a estudiar.
Por el camino no pude contenerme y le confesé que estaba enamorado de él, que me encantaría conocerle más y que no solo fuera para sexo y que si él me daba la oportunidad, podría ser su novio.
Me miró, se sonrió y me dijo que él sabía que yo era menor, que me tocaba madurar y conocer más, para saber que todo no era tan fácil en la vida. Se despidió y me dijo que luego me llamaría, entró en su centro de estudios, yo quedé destrozado y seguí mi camino, porque tenía que ir a dormir para ir a trabajar.
Seguía trabajando y pensando en William, había algo en Sameco que ya no me interesaba, sabía que allí todos me utilizaban y empecé a sacar plata para así poder tener algo más de dinero, cogí el vicio de fumar cigarrillos, porque era lo único que me quitaba el estrés, me estaba volviendo un chico amargado y oscuro, porque mi vida no daba ningún giro y a la única persona que se había interesado en mí, no le preste atención y la que a mí me gustaba, no quería nada serio conmigo.
Aracelly estaba muy preocupada y Diego también, porque querían saber qué me pasaba, pero no me sinceraba con ellos, porque no podían resolver mis problemas, simplemente no era nada para ellos. Una tarde sonó mi celular, era William, me estaba invitando a pasar el domingo con él en su casa, me invitó a comer y me preguntó que cuál era mi comida favorita y le dije que los espaguetis.
Esa semana estaba muy feliz, porque estaba deseando que llegara el domingo, trabajé muy bien e incluso fui al Centro Comercial a comprarme nueva ropa, porque quería verme muy bien para William. Ese domingo no trabajaba, ya que Aracelly se rotaba los domingos con su hermano Hernando, para que solo trabajara uno y reponer un poco las ganancias, así que todo iba a salir bien, le dije a Aracelly que ese día iba a pasar la tarde en casa de un amigo viendo películas, que llegaría en la noche y no me puso ningún problema.
Por fin llegó el domingo, desde que me desperté, me levanté feliz y empecé a organizarme para estar preparado, pero Aracelly quiso joderme, se puso a hacer limpieza en la casa y me tocó ayudarla, no quería que saliera, pero le dije que yo le había dicho que iba a salir, que no tenía ningún problema en ayudar, pero que a las 13:00 de la tarde tenía que irme. No le gustó, pero no me importó, no iba a permitir que me estropeara mi cita.
William llamó a las 11:00 de la mañana para confirmar y me encantó, se veía que era un chico atento y que se preocupaba, en la llamada me había dicho que estaba deseando verme y eso me dejó aún más feliz, a las 12:30 de la tarde había terminado de hacer todo lo que Aracelly me había pedido, así que no tenía ningún pretexto para retenerme, me duché y me preparé para salir de la casa a las 01:00 de la tarde.
Prados del Norte, donde yo vivía, estaba cerca de San Antonio, que era donde vivía William, habíamos quedado en el sitio donde nos habíamos cruzado miradas por primera vez, así que bajé del taxi y cuando me vio, me llamó y dijo que cruzara a la calle Cinco, porque allí estaba su casa.
Yo estaba muy elegante pues había comprado ropa e incluso tenía perfume nuevo, William salió en sandalias, pantaloneta y una camisa, le vi simplemente guapo. Al encontrarnos, me abrazó, me besó, dijo que estaba muy guapo y que olía muy rico, me sonrojé, le dije que estaba así por él, nos reímos y entramos en el edificio donde vivía.
Al entrar, vi que era un apartamento sencillo y con muebles antiguos, nada de lujos, en el salón había una foto de un chico acompañado de otro, me informo que eran su jefe y su pareja, que no estaban, así que teníamos toda la casa para los dos solos.
Él trajo una copa de vino y nos sentamos en el salón con algunos pasabocas*, mientras hablábamos de nuestras cosas, lo típico para conocernos más, pero no pudimos aguantar y en medio de la conversación nos besamos muy apasionadamente mientras nos tocábamos.
Pero él debía preparar la comida, así que tuvimos que parar e ir a la cocina, pero estábamos en ropa interior, él dijo que quería cocinar desnudo y yo le dije que no tenía ningún problema, también me desnudé y le acompañé a la cocina para ayudarle con la preparación.
William tenía un cuerpo perfecto y no podía evitar acariciarle y ponerle la polla en el culo cuando me daba la espalda, luego le subí sobre la mesa que había dentro de la cocina, empecé a chupársela y besarle todo el cuerpo. William me despertaba esas ganas y no podía parar, le encantaba, se abría de piernas para que yo pudiese llegar a donde yo quisiera.
Estábamos los dos muy calientes y el agua para la pasta estaba hirviendo, William se paró para echar la pasta, aproveché y empecé a metérsela, le encantaba mi polla, porque se la dejó meter e incluso le empecé a follar y se dejó, preparando la salsa boloñesa y teniendo sus manos ocupadas yo estaba detrás follándole.
Me corrí cuando vi que su polla estaba corriéndose sin tocarla, solo porque le estaba follando el culo, pero yo seguía con la polla dura y seguíamos morboseando* en la cocina y besándonos, no sé cómo, pero la salsa se terminó de hacer e incluso quedó deliciosa.
Al terminar de hacer la pasta, encendió la TV y arregló la mesa, incluso seguíamos besándonos y tuvimos que parar para comer, fue la mejor pasta que había comido hasta ese momento, estaba encantado y no podía parar de decírselo e incluso me atreví a decirle que le amaba, él no decía nada y sonreía.
Читать дальше