«Avísame V. R. en la de hebrero del 98 32 quán bueno fuera prorrogar el gobierno al padre Estevan Páez 33 ; y dice muy bien; pero supuesto que le hemos menester para el Perú, espero que el padre Francisco Váez 34 suplirá su ausencia con tanta satisfactión y ayuda desa provincia, que no heche [ sic ] menos otro alguno» (Zubillaga, MM , VI, De Acquaviva al P. Gregorio López, doc. 181, p. 542)
Este documento precisa bastante las fechas del relevo del Provincial: en el mes de febrero de 1598 todavía no se ha producido. Por otra parte, esta oposición del P. López a la conocida intención del P. General queda personificada en el Colloquio en la oposición de los pastores mexicanos a ceder al P. Páez o Alexis .
Hay, además, otra carta del P. General al P. Váez, desde Roma, de 10 de junio de 1598, por la que sabemos que él supone que el P. Váez ya es provincial de México, cediendo ante la orden [envío de patente] que le había dado el día 10 de octubre de 1597:
Dos de V. R. he recebido: la una escrita en México [Nota del ed.: Carta perdida. Cf. doc. 54m]; la otra en la Puebla [Nota del ed.: Carta perdida. Cf. doc. 58e], de donde le havrá ya sacado el orden que el otubre pasado le embié. Bien creo yo que V. R. holgara más estar en aquel rincón de la Puebla ayudando los novicios; pero, pues Dios le quiere para más, ofrézcase a cuyo es... (Doc. 101, § 1).
Desgraciadamente, las cartas que tanto el Provincial saliente como el entrante enviaron al P. General a Roma para comunicarle la nueva situación de cada uno (respectivamente como Visitador del Perú y como Provincial), se perdieron 35 . Aun así, han dejado rastro útil, pues a ellas (entre otras) se refiere el P. General Acquaviva en su respuesta a los interlocutores, P. Páez, Visitador, y Váez, nuevo Provincial, desde Roma, a 2 de marzo de 1599. La respuesta al P. Váez lleva la inscripción en fol. 195v ( MM , VI, 200, 561-68) 36 : Al P. Francisco Váez, provincial de la Compañía de Jesús en la Nueva España. (En el margen inferior: Al P . Provincial de México ):
Pax Christi etc . (…) He recibido seis [cartas] del P. Estevan Páez: las dos de 25 37 y 26 de febrero 38 ; dos de 13 de abril 39 y otras dos de 10 40 y 16 de junio 41 .
De V. R. he recibido otras tres, escritas en marzo 42 , mayo 43 y junio 44 , todas del 98; a las cuales responderé en la presente, començando con decirle que esperaba la buena 45 nueva que ambos me dan por las suyas de estar V. R. con el cargo de esa provincia, y el P. Esteuan Páez, de camino para la del Perú...
( MM , VI, doc. 200, fol. 168-169v, 561-568, en p. 562).
De todo lo cual, podemos deducir lo siguiente: según carta del P. Gregorio López, en febrero de 1598 todavía no se ha producido el relevo del provincial en México. El 10 de junio de 1598 el P. General supone que ya es un hecho, pero no le consta hasta que le llega la noticia por parte de los actores implicados, Páez y Váez, que le comunican la «buena nueva» en alguna de las cartas perdidas de Páez de 25 y 26 de febrero o en las del 13 de abril de 1598; o en las perdidas de Váez de marzo y de mayo, todas de 1598. A efectos del cálculo de la fecha del relevo, parece excesivamente optimista y hasta desesperada la idea del P. Gregorio López de que su carta de febrero de 1598 había de llegar al General para parar su decisión de relevar al P. Páez antes de dos meses, con el consiguiente periodo para recibir la respuesta, que en este caso llegó algo más de un año después. Por otra parte, hemos de suponer que los actores del drama (es decir, Colloquio ) se apresurarían a comunicar la noticia de los cambios de estado al P. General, siempre que hubiera correo. Las misivas de 1598, con las nuevas de los acontecimientos cuyas fechas conocemos, partieron de México para Roma, ya en marzo (la de Váez) o por el 13 de abril (fecha de las cartas 3.ª y 4.ª de Páez) 46 . Y nos fijamos en estas, porque cabe la posibilidad de que los eventos sucedieran antes de que el arzobispo Lobo Guerrero y, a estos efectos, los PP. Medrano y Figueroa salieran rumbo al Nuevo Reino de Granada, lo que debió suceder a fines de marzo o primeros de abril. Estos padres, cedidos al arzobispo para su dedicación en la Provincia del Perú, podrían haber asistido (mera posibilidad) al relevo del Provincial y a la presentación oficial del Visitador del Perú, cuando, tópicamente, « floret ager » 47 .
En todo caso, ambos, Páez y Váez, asisten a la representación del Colloquio en su honor. Pero no están solos, sino arropados por la plana mayor de la Compañía de Jesús en México. Presente estaría el P. Pedro Sánchez, columna de la Provincia Mexicana de la Compañía (vv. 913-924), entonces superior, predicador y confesor en la casa profesa 48 . Sentida ausencia fue la del P. Antonio de Mendoza, ya fallecido (vv. 770-772) 49 . Por la encomiástica mención que de él se hace en los vv. 743-766, deducimos que asistió a la representación el P. Pedro de Morales, pues desde 1594 estaba en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo en la Ciudad de México (Mariscal 2000, p. XLVI). Extraña que no se nombre al P. Bernardino de Llanos 50 .
Corrigiendo anteriores lecturas (Alonso Asenjo 2006, lix), ninguno de los Padres mencionados, P. Sánchez, P. Morales ni los Provinciales (saliente o entrante) hablan en la representación. Pero, como ocurría en el teatro cortesano, en el que público y escena no siempre se distinguían, Váez y Páez participan en la acción de la obra (en su culminación), pues en su honor se representa, al recibir como simbólico agasajo, el P. Visitador una corona otorgada por Apolo al pastor Alfesibeo, peruano (vv. 1005-1010); una cítara, el P. Provincial, del pastor Sileno, mexicano (vv. 1011-1016).
No nos consta el lugar de representación del Colloquio . Realizado el relevo en la Casa Profesa, el mismo día u otro, la representación pudo ser en el Colegio de San Ildefonso, Seminario de la Compañía, del que Cigorondo era entonces Rector, un centro en el que se habían representado los famosos diálogos en forma de églogas del P. Bernardino de Llanos, renovador y teórico de la enseñanza en Nueva España, poeta neolatino y profesor de Retórica a lo largo de 40 años. El primero de estos diálogos, Pro Patris Antonii de Mendoza adventu [ PP ], se representó en 1585, para celebrar la visita al Colegio del Provincial. El segundo, Dialogus in adventu inquisitorum [ DInq ], en 1589. Pero Osorio Romero, quien recoge meticulosamente datos de representaciones y espectáculos en ese colegio de San Ildefonso, solo nos ofrece, para el 25 de noviembre de 1597, la representación de «un drama en versos españoles y latinos en honor de Santa Catarina mártir». Del curso 1598-1599, conocemos la «oración latina muy grave y elegante ante la Audiencia Real y la nobleza de la ciudad» (Osorio 1979, 92, que lo recoge de la Carta anual de 1598, del 23 set. 1599: MM , VI, 1976, Doc. 219). En esta carta, sin embargo, p. 604, nº. 22, además de hablarse de ese comienzo de los estudios con oración latina, se recuerdan los certámenes para las honras del rey difunto Felipe II, así como ejercicios literarios y conclusiones de Teología, como ya se señaló. Pero para nada se menciona la posible representación allí del Colloquio a lo pastoril de Cigorondo. No sabemos si este silencio deja abierta la posibilidad de que el acto se diera en otro lugar, como el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, lo que tampoco se consigna.
Cigorondo no había sido alumno de Llanos; ya estaba en su último curso de Teología cuando Llanos llegó a México a fines de 1584 51 : eran, pues, coetáneos (Llanos nació en 1559). Cigorondo pudo leer e incluso ver representados los mencionados diálogos de Llanos: cuando se representó el primero, en junio de 1585, él terminaba sus estudios de Teología; cuando el segundo, 1589, era profesor de Gramática o Retórica en el mismo centro en que se representó.
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