AAVV - Nación y nacionalización

Здесь есть возможность читать онлайн «AAVV - Nación y nacionalización» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Nación y nacionalización: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nación y nacionalización»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El estudio de los procesos de nacionalización, esto es, de la difusión social de las identidades nacionales, es uno de los aspectos centrales para el campo de investigación dedicado al nacionalismo. Sin embargo, se trata de un ámbito que cuenta todavía con una relativa escasez de trabajos, especialmente cuando se aborda desde una perspectiva comparada. El presente volumen se dedica al estudio de los procesos de nacionalización en los marcos de los Estados-nación europeos. El caso español es objeto de especial atención, aunque desde una perspectiva comparada con los países de su entorno, lo que permite plantear dudas acerca de la supuesta excepcionalidad del proceso de nacionalización español. El volumen se compone de trece estudios escritos por historiadores procedentes de nueve universidades europeas y españolas.

Nación y nacionalización — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nación y nacionalización», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

¿Qué son, en este contexto, las «figuras»? Son las imágenes, los sistemas alegóricos, las constelaciones narrativas, que incorporan una tabla de valores específica, que se ofrece como la fundamental y da sentido al sistema conceptual propuesto.

¿Y por qué son «profundas»? Por dos motivos, porque tienen que ver con hechos «primarios»: nacimiento/muerte, amor/odio, sexualidad/reproducción; y porque las elaboran colocándose en un continuum discursivo que viene de siglos atrás, y en algún caso, de milenios. De ese espacio se recuperan figuras de larga o muy larga duración, que son oportunamente reelaboradas dentro de un discurso funcionalmente innovador. Y el valor de las «figuras profundas» está justo en su colocación en este continuum de valores, que produce imágenes muy conocidas y, al mismo tiempo, adaptables a los nuevos contextos discursivos, mientras la eficacia del sistema discursivo que las incorpora depende de la funcionalidad de las coherencias internas que le son propias.

¿Cuáles son, entonces, estas figuras?

3.

La primera es la figura del parentesco . A través de una imagen tan obvia y fácilmente accesible, se estructura una de las matrices que construyen el lenguaje nacional. Imaginar la nación como un sistema de parentesco, es decir, como una red de relaciones que se extiende hacia atrás, hacia las generaciones precedentes, que actúa en el presente con los contemporáneos y que se proyecta hacia el futuro de las generaciones venideras, significa esencialmente dos cosas:

a ) Significa imaginar la nación como una «comunidad de descendencia», dotada de una genealogía propia o, si se prefiere, de una historicidad específica propia. A partir de este tipo de concepción, la reflexión sobre la historia y sobre los grandes hombres de la comunidad (Dante, Petrarca, Machiavelli, Parini) adquiere significado. Lo que vincula las acciones realizadas por las generaciones pasadas (la batalla de Legnano, las vísperas sicilianas, el duelo de Barletta, la defensa de Florencia, la revuelta de Génova, entre otras) al presente de la nación es tanto una concepción «figural de la historia», 6 como el hecho de que los grandes hombres o los combatientes del pasado pertenecen «por naturaleza» a la comunidad cuya historia han ilustrado.

b ) Describir la nación como parentesco significa dar una enorme importancia al nexo biológico entre las generaciones y los individuos (de ahí el recurso –inicialmente «ingenuo», si se puede decir así– a términos como raza o sangre para caracterizar los nexos que vinculan las personas a la comunidad). En este caso, la fuerza evocativa de la figura profunda está en su definición de la nación como una comunidad biopolítica, o como una comunidad cuya esencia deriva no solo de la cultura y la historia, sino también de la «naturalidad» de la descendencia biológica. 7

En efecto, la figura de la descendencia llega de la época moderna cargada de una condición política propia muy concreta. De hecho, las familias nobiliarias erigen sus pretensiones de superioridad jurídica y social en torno a la reconstrucción, incluso fantástica, de líneas genealógicas proyectadas a muy largo plazo. 8 Y las casas reinantes erigen sus pretensiones de soberanía en torno a la coherencia de la sucesión genealógica. Lo que hay de diferente en la genealogía delineada dentro del discurso nacional es que esta pone el acento en la dimensión colectiva, relativamente igualitaria y «cognaticia», más que específicamente lineal. Se vincula, además, a la idea de un espacio territorial determinado que pertenece a la comunidad (la «tierra patria»). Y por eso no admite, desde el inicio, la dimensión interétnica o, más bien, internacional que, por ejemplo, es propia de las genealogías de las casas reinantes. Y así, para incluir a todos aquellos que comparten rasgos comunes –culturales, lingüísticos o conmemorativos–, se trazan unos límites rígidos que son, al mismo tiempo, territoriales, culturales y bioétnicos. Por obra de esta superposición de planos a lo largo del siglo XIX (en Italia, pero también en otros lugares de Europa), se asiste a la creación de una formación política híbrida, que descansa en leyes de nacionalidad rígidamente basadas en el ius sanguinis sobre todo, pero que también está guiada, al menos simbólicamente, por familias reinantes que, perseverando en la práctica tradicional de los matrimonios «internacionales», basan su legitimidad en líneas sucesorias «cosmopolitas».

En cualquier caso, en esta particular articulación del lenguaje nacional, se sigue utilizando una serie de «voces de archivo» que pertenecen al tradicional léxico político de la Europa del Ancien Régime ( parentesco/genealogía/descendencia ) que, sin embargo, se desplazan a un espacio semántico que tiene características e implicaciones muy distintas de las utilizadas en siglos precedentes.

Es una operación fructífera, en el sentido de que se presta a una multiplicidad de gemaciones metafóricas, a las que se recurre constantemente. La patria (término que evoca por sí mismo la cuestión parental) es declarada, metafórica e iconográficamente, como madre-patria ; los grandes hombres del pasado, o los líderes políticos, son concebidos como padres de la patria ; el vínculo entre contemporáneos se indica con el término revolucionario de fraternidad (y entre mujeres, de hermandad ), donde el lema remite, al mismo tiempo, a la comunión de valores espirituales y a la posesión de lazos más oscuros e incuestionables; la familia se convierte constantemente en sinónimo de la comunidad nacional en su conjunto, o en un término que indica su núcleo fundacional mínimo.

4.

La concepción parental adquiere una fuerza aún mayor porque se coloca en una constelación funcional en la que tienen lugar otras figuras profundas. Y la segunda que nos sale al encuentro es la del sacrificio . Su enorme importancia radica en el hecho de que es esta la que considera propiamente al nacionalismo una experiencia sagrada, incluso religiosa, porque abre una vía –increíblemente llena de resonancias– a la comprensión y dignificación de la muerte. En un bellísimo ensayo sobre la «religión como sistema cultural», Clifford Geertz escribió que el sentido de un sistema religioso está en intentar dar orden a experiencias o imágenes que parecen imposibles de interpretar con instrumentos conceptuales de otra naturaleza, no metafísicos: «Cuando el aparato explicativo, el conjunto de modelos culturales comúnmente aceptados (el sentido común, la ciencia, la especulación filosófica, el mito) del que se dispone para tener un mapa del mundo empírico, fracasa irremediablemente al explicar ciertas cosas que reclaman una explicación, se suele producir una inquietud profunda». 9 Y, entonces, interviene la religión para volver a poner orden en las cosas. Sin embargo, no es necesario interpretar la religión como un instrumento que edulcora las experiencias de la vida. Todo lo contrario. Si se considera que dos aspectos importantes de la vida, la enfermedad y el luto, están en el centro de la atención religiosa en general, también es necesario reconocer que los modos de tratar estas experiencias están orientados no tanto a exorcizarlas, como a incluirlas, a una y otra, en un sistema dotado de sentido: «En cuanto problema religioso, el problema del sufrimiento no es, paradójicamente, cómo evitar el sufrimiento, sino cómo sufrir, cómo hacer del dolor físico, del luto personal, de la derrota terrenal o de la contemplación impotente de la agonía ajena algo soportable, aguantable; algo, como decimos, sufrible». 10

Ahora bien, las prácticas (discursivas y rituales) del nacionalismo del Risorgimento pretenden concebir la nación como una comunidad de combatientes, unida en un pacto sacramental común en nombre de una entidad parametafísica, la nación-patria. El punto crucial que santifica –es decir, que vuelve sagrada, fuera de cualquier posible discusión, pero objeto de fe– la acción política es la figura del sacrificio de uno mismo (es decir, el martirio , o sea, la muerte testimonial). Aquí es extraordinariamente importante el vínculo primario que se establece con la figura de Cristo y con todas sus variaciones metafóricas. Y este aspecto explica por qué la mayor parte de los héroes del nacionalismo del Risorgimento son, en cierto sentido, héroes tristes, consagrados a la derrota, encuadrados en historias de vida que no tienen o no pueden tener un happy ending . He aquí, pues, la serie de los martirios nacionales, que en todas partes se representa con los mismos personajes, guerreros que si no han dado su vida por la causa de la nación, han mostrado que están listos para hacerlo. 11 Bajo esta luz se entiende también la fascinación ejercida, mucho más allá de los límites de Italia, por un hombre como Garibaldi: un buen héroe, valiente y noble, pero políticamente –por no decir militarmente– un perdedor.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nación y nacionalización»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nación y nacionalización» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Nación y nacionalización»

Обсуждение, отзывы о книге «Nación y nacionalización» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x