1 ...8 9 10 12 13 14 ...21 41. Ibíd., Fundatió , f. 7.
42. V. Beaumont de Navarra, Compendio histórico del real convento de Santa María Madalena.., op. cit ., p. 32.
43. Bullarium ordinis fratres praedicatorum , Roma, 1732, vol. II, p. 15. El documento completo –en cuyo exordio podía leerse «Ex parte siquidem dilectarum in Christo filiarum priorissae et conventus monasterii Sanctae Mariae Magdalenae Valentinis, ordinis sancti Augustini, fuit propositum coram nobis, quod ipsae inclusae corpore in castris claustralibus, mente tamen libera devote Domino famulantes, de institutionibus fratrum ordinis vestri illas, quae ipsis competetant, hactenus laudabiliter observarunt»– se reproduce en el apéndice documental I, doc. 2.
44. F. Diago, Historia de la Provincia de Aragón..., op. cit ., ff. 254v-255. Véase apéndice documental I, doc. 3.
45. V. Beaumont de Navarra, Compendio histórico del real convento de Santa María Madalena.., op. cit ., pp. 33-34.
46. Pariente quizá de quien fuera baile del reino de Valencia durante muchos años, don Ramón de Riusach o Riusec. R. I. Burns, El reino de Valencia..., op. cit ., vol. II, p. 526. Con este mismo apellido figuran varias mujeres en los listados de religiosas del siglo xiv. Véase apéndice documental II, documento I. A fray Bernardo le sucederían los padres Guillermo de Mosquerolis (1314), Miguel de Fraga (1323), Raimundo de Teus (1354), Francisco Beto (1377), Ramón Romeu (1387), Guillermo de Remis (1389), etcétera. V. Beaumont de Navarra, Compendio histórico del real convento de Santa María Madalena..., op. cit ., pp. 38-39.
47. J. Teixidor, Antigüedades de Valencia..., op. cit ., vol. II, p. 120. Reproducido el breve en el apéndice documental I, doc. 4.
48. ARCSCS. Fondo Magdalenas. Libro antiguo de la fundación y privilegios... Gràties de papes , f. 11.
49. V. Beaumont de Navarra , Compendio histórico del real convento de Santa María Madalena.., op. cit., p. 46 .
50. Constituciones o manual de las monjas del orden de[l]señor santo Domingo..., op. cit., De los edificios , pp. 93-94.
51. J. Meersermann, «L’Architecture dominicaine au XII siècle. Legislation et practique», Archivum Fratrum Praedicatorum , xvi (1946), pp. 136-190.
52. Todavía en 1671, con ocasión de la gravísima sequía padecida en Valencia, «la cofadría del Santo Christo de Madalenas sacó el Santo Christo con una procesión muy devota por las calles de Valencia, cosa que pocas vezes lo ha hecho la cofadría, sino fue en otra ocasión por otra necesidad mui grande». ARCPV. Ms. 41, I. Benavent, Cosas más notables sucedidas en Valencia , f. 27v. Fue también editado en Memoria escrita, historia viva..., op. cit ., pp. 21-90. Con posterioridad «la santidad de Clemente XI [la] enriquezió con varias indulgencias y gracias». V. Beaumont de Navarra, Compendio histórico del real convento de Santa María Madalena..., op. cit ., p. 61.
53. ARCSCS. Fondo Magdalenas. Libro antiguo de la fundación y privilegios... Privilegis de reys , ff. 16-17.
54. ACA. Cancillería . Liber patrimonii regni Valentiae , f. 136, doc. 4. Una copia en ARV. Clero . Ms. 1673, f. 8, p. 2.
55. ARCSCS. Fondo Magdalenas. Libro antiguo de la fundación y privilegios... Privilegis de reys , f. 16v.
56. Ibíd.
57. Ibíd., f. 17.
58. El privilegio, fechado en 1331, en AHN. Nobleza. Fernán Núñez . Carp. 27, doc. 67.
59. ARCSCS. Fondo Magdalenas. Libro antiguo de la fundación y privilegios... Privilegis de reys , ff. 17v-18v.
Capítulo 2
LAS TINIEBLAS DE LA CLAUSTRA
Invadió un miserable sistema a todas las religiones por los años de 1350, dexando con una pestilencia formidable agotados los conventos y desiertos de moradores los monasterios. De todos murieron millares, y en esta Provincia de Aragón, de seiscientos y quarenta religiosos que poblavan sus conventos, murieron los quinientos y diez, quedando solamente con vida ciento y treinta. Para reparar esta quiebra, fue precisso admitir en todos los órdenes niños que en ella se criassen, a los que se les permitían los regalos y ensanches que la puerilidad requiere por alivio. De ellos hizieron ley al apetito y fue cundiendo este cáncer, con lamentable daño, quedando muy desmayados los fervores primitivos en los conventos. 1
Con estas palabras resume fray Vicente Beaumont de Navarra el impacto que la crisis bajomedieval se cobró entre las órdenes religiosas en general, y la de santo Domingo en particular, para tratar de explicar las vicisitudes atravesadas por el convento de Santa María Magdalena desde mediados del Trescientos.
Cierto que la peste de 1348 –especialmente virulenta en Valencia, según los anales blanquinegros– 2provocó estragos en la Provincia dominicana de Aragón, constituida a comienzos de la centuria y con síntomas ya de cierta decadencia. 3Ello condicionó las prescripciones de los posteriores capítulos provinciales, en los que se ordenaría a todos los priores recibir cada año tres novicios obligatoriamente y atenuar la observancia de las leyes y constituciones propias. 4En nada ayudó a superar el panorama descrito, antes al contrario, el Cisma de la Iglesia, con graves repercusiones para la orden, sus Provincias y establecimientos religiosos. 5Iría así cobrando fuerza la denominada claustra , un modo de entender la vida dominicana alejado cada vez más de los postulados que la habían caracterizado desde sus orígenes. Entre sus rasgos más característicos estuvieron la supresión de la pobreza común; la proliferación de situaciones privilegiadas basadas en la posesión de grados y títulos; la posibilidad de vivir fuera de los claustros; o la larga permanencia de los superiores en sus cargos. 6
No parece que las magdalenas de Valencia constituyeran una excepción a este relajamiento generalizado. A comienzos del siglo xv la comunidad de religiosas, que tras la debacle demográfica inicial había recuperado su censo anterior a la peste, solicitó una nueva ampliación de sus instalaciones –recientemente afectadas por un incendio– 7que Alfonso V autorizó el 20 de julio de 1416, concediendo a la priora sor Valensola Dasó 8la contigua casa de mujeres arrepentidas, en desuso desde hacía algún tiempo. 9
Ubicación del convento de Santa María Magdalena. Plano de T. V. Tosca.
Ya entonces la vida conventual de las monjas de Na Rovella distaba mucho de ser el remanso de observancia descrito por los historiadores de la orden en los comienzos de su andadura. De ello se haría eco mosén Gaspar Escolano a partir de una tradición todavía recordada en sus días:
Nuestro Iayme Roig, en la quarta parte del libro segundo de sus consejos, refiere que en un monasterio de monjas de aquellos tiempos, quando aún se vivía a lo claustral y con libertad, una religiosa, olvidada de su estado, dio entrada a un cavallero en su celda; y estando para executar sus torpes desseos, quitado el velo de la vergüença, le pidió que aguardasse a que se quitasse el negro de la religión. Preguntada de la causa, le respondió que por ser aquellas las arras de su desposorio con Iesuchristo. Pues si assí passa , dixo el christiano cavallero, no permita el Señor que yo le agravie en la honrra . Y con esta gallarda resolución, se salió fuera sin tocarla. Bolvió el día siguiente a oyr la missa mayor en la iglesia del mismo monasterio, y al atravessar por ella echó de ver el pueblo que un devoto crucifixo que allí havía arrimado a un pilar o capilla le havía hecho una profunda cortesía con la cabeça. Admiráronse, y mucho más quando vieron que, al salirse después de acabados los oficios, havía segundado con la misma humiliación el crucifixo. Llegáronse al cavallero y con cuydado le preguntaron qué devociones hazía que huviessen merecido tan singular favor. No supo darles otra cuenta de sí que confessarles ser uno de los mayores pecadores de la tierra... Este caso es tradición y boz pública en nuestra ciudad haver acaecido en las monjas Madalenas de aquel tiempo... 10
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