No se puede hacer historia si el historiador o la historiadora, o sus colaboradores o colaboradoras, no llegan a establecer algún tipo de contacto con la mente de aquellos sujetos sobre los cuales escriben 23. Por eso en las tantas reuniones que mantuvimos con Gladys Liliana Rodríguez, fuimos como viajando en el tiempo y nos situábamos allá en la década del ‘90, más precisamente entre 1989 y principios del año 1998. Primero para fines de los ochenta, con el Plan Primavera, luego con el Plan Austral, luego con la década menemista, políticas neoliberales en la Argentina, pero el balón seguía rodando, el balón es tan noble que no le interesa eso llamado “política” con lo que los humanos se fanatizan. Estos puntos son importantes para entender las coyunturas vividas por Gladys Liliana Rodríguez, a la hora de ir a entrenar, de comprar sus alimentos, etc. Para poder hacer su historia deportiva.
Al hacer este tipo de acercamiento llegamos a la conclusión de que es imposible hacer una historia objetiva, dado que siempre se hace historia con un cristal analítico del presente para interpretar el pasado. Pues la autora o el autor o investigador o investigadora es un sujeto (mujer u hombre) de su época, fue educado con cierto tipo de valores, con cierto tipo de subjetividad, con ciertas pautas de convivencia que luego tiene que interpretar con esos cristales y ordena así los hechos del pasado para ser vertidos en un libro del presente. En este cristal también entra la masculinidad que atraviesa en el caso de los hombres que hacen historia, o escriben sobre historia, dado que eso determina desde qué punto de vista y marco conceptual el sujeto “hombre” escribe al respecto.
Por ende, creo que es fundamentalmente cambiar la educación de este sistema patriarcal, dado quefue un escollo para poder entender el pasado de una mujer; sin duda las futuras obras que escriban mujeres, para mujeres y hombres, podrán tener ese valor agregado, una plusvalía, del entendimiento de género. Entendimiento que a los hombres educados durante el siglo XX nos falta. No por esto, el trabajo histórico realizado deja de ser correcto. Todo lo contrario, sirve y aporta como fuente primaria y secundaria, para futuras investigaciones. Hacer historia es en verdad mucho más que utilizar datos cualitativos y cuantitativos, sino los matemáticos serían los encargados de la tarea, y no los historiadores, como queda demostrado.
En el capítulo final, por cuestiones metodológicas me pareció interesante tomar como objeto de estudio una disciplina poco investigada en el Club Atlético Boca Juniors, como dijimos por el paradigma patriarcal deportivo e histórico, disciplina deportiva cuya nobleza acompaña al juego, y a la transformación social que las mujeres del siglo XXI vienen llevando adelante. Por eso, decidimos entonces reflotar parte de la historia de un deporte tan popular como lo es el fútbol, donde la mujer día a día se va visibilizando más. Hoy por hoy lo denominamos fútbol femenino, tal vez algún día no tenga género el fútbol, y mujeres y hombres jueguen de la misma manera de forma mixta en los mismos equipos sin desigualdad o diferenciación de género. Creo que hay que apostar a eso, al fin y al cabo una mano en el área es penal, sin importar la sexualidad de quién toca el balón con la mano.
Analicemos una cuestión historiográfica sobre el quehacer histórico en torno al club de La Ribera. Para ver y corroborar la falta de perspectiva femenina que existe en el ámbito histórico. Dado que éste es un debate más que interesante. No pretendemos hacer un análisis profundo de la cuestión sino tan sólo una mención del tema que invite a la reflexión acerca de cómo se viene haciendo la historia del Club Atlético Boca Juniors. No pretendemos juzgar ningún libro y menos aún decir si es bueno o malo, como se reducen a veces las opiniones de los vendedores de libro. Ni mucho menos acusar a algún autor de “historiador patriarcal”, sino tan sólo que como todo hombre y mujer, es un hombre y mujer de su época, de los valores de su época, las vértebras de las ciencias sociales fueron patriarcales, y por ende las mujeres invisivilizadas. Los escritos producidos siguen esa lógica. Esperamos que en el futuro próximo, las socias de la institución xeneize comiencen a escribir la historia de estas disciplinas. Boca Juniors es para todos y todas las que participamos de esta investigación un sentimiento inexplicable, y hay que ser muy respetuoso con todas las personas que intentan plasmar algo de esta pasión en sus libros más allá de su condición social, o académica, e incluso de su cosmovisión al respecto del mundo que la o lo rodea.
Me limitaré a continuación a realizar un análisis de algunas cuestiones metodológicas aplicadas sobre cómo se debería hacer la historia institucional del club en el futuro, para una mirada más integral sobre materia de género y de disciplinas deportivas amateurs. Dado que las distintas disciplinas deportivas que tiene un club, practicadas por mujeres y hombres, con sus respectivas sub-comisiones, son las columnas pequeñas que lo mantienen en pie. En las ciencias sociales, sería hacer “el estado de la cuestión”, trabajo fundamental a realizar antes de encaminar una investigación histórica.
En la historiografía del club xeneize, muchos libros se abocan a una disciplina deportiva en particular, el fútbol masculino. Cuando uno lee esos libros, se remiten solamente a la historia de una disciplina y de un género en una institución deportiva, dejando de lado la vida de la institución y las demás disciplinas deportivas, como las de las mujeres dentro del club. En lo particular, recomiendo leer todos los libros abajo citados; son hermosos y expresan la pasión con que se vive la vida en azul y amarillo, la pasión del mundo Boca Juniors. Sabemos que todos fueron y son atravesados por distintos grados de masculinidad, de eso no hay dudas. En este análisis dejamos de lado las publicaciones denominadas “Historia de Boca Juniors”, realizadas por los grandes medios hegemónicos periodísticos como Diario Clarín, OléoDiario La Nación. Los consideramos resúmenes del deporte del fútbol masculino, trabajos realizados sobre la base de la hemeroteca propia de cada medio en particular, sin los rigores de la disciplina histórica científica. Tampoco se enfocan en la historia de la institución. Sino que tan sólo la comentan, con algunos datos sobre su fundación, etc. Datos que en muchos de los casos provienen de sus propias editoriales. Considero que todo esto es material descartable para vender ejemplares por parte de esas editoriales.
No realizan análisis historiográficos, sólo son publicaciones deportivas del fútbol masculino en Boca Juniors realizadas por la prensa especializada. Son lindos y evocan distintos momentos de la historia del club, pero no son motivo de análisis de este trabajo, el cual se encamina por otra vía. Esta cuestión no es solamente para el caso de Boca Juniors, sucede en casi todos los clubes. Una excepción que puedo mencionar es la del historiador del Club Atlético San Lorenzo de Almagro Adolfo Resnik, quien contempla todas las ramas deportivas del club a la hora de hacer la historia. En contrapartida de Adolfo Resnik, y su visión sobre la historia de un club, les puedo nombrar el libro publicado en conmemoración de los 110 años de historia de la Asociación Atlética Argentino Juniors “ 110 AAAJ ” 24(2014), por Diego Fernando Lombardi Bellavista. Esta publicación no es un mal libro. Pero sucede que dentro del debate sobre cómo hacer historia de los clubes, este libro sigue el patrón de hacer historia del fútbol masculino del club e invisibiliza al 100% a la mujer. Colaboraron para realizarlo nueve personas, casi todas del ámbito periodístico y del sector del fútbol masculino específicamente, como Pablo Vicente de la redacción del diario Olé. El libro es bueno si uno quiere leer un resumen del fútbol masculino en Argentinos Juniors. Pero deja de lado la rica historia de los demás deportes practicados por mujeres y hombres dentro de esa bella institución deportiva denominada A.A.Argentinos Juniors.
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