Con base en lo anterior, podemos decir que una evaluación integral y sistémica debe incorporar los diferentes actores que intervienen en el proceso. De esta manera, el profesor debe ser evaluado por el estudiante, por su jefe inmediato, por un par —homólogo— y por la institución. Esto es lo que se conoce como Evaluación 360°, una herramienta de realimentación que se soporta en la recolección de la información de múltiples fuentes (jefe Inmediato, colega, colaboradores, cliente interno y puede ser considerada la propia autoevaluación). Permite apreciar el resultado del desempeño, competencias, habilidades y comportamientos específicos en un trabajador; con la finalidad de mejorar los resultados del desempeño y efectividad del servicio prestado; su verdadero objetivo es el desarrollo de las personas. Aunque es más una herramienta de trabajo empleada en las organizaciones o sector empresarial, no dista de poder ser empleada en el ámbito educativo, dado que lo que se evalúa es el desempeño de un empleado frente a su competencia y responsabilidades laborales. Javier Gil Flórez (2007) afirma:
El desempeño expresa el modo en que un trabajador realiza las funciones y tareas que tiene asignadas, de acuerdo con la misión y los objetivos fijados por la empresa, y demuestra en el ejercicio de sus funciones poseer las competencias exigidas para el puesto de trabajo que ocupa. (p. 91)
De acuerdo con el planteamiento de este autor, existen diferentes técnicas para valorar competencias en una persona o trabajador que se apoyan prioritariamente en rasgos o características de las personas, técnicas que parten del comportamiento de las personas en sus puestos de trabajo y técnicas que integran las anteriores, con las valoraciones de los propios trabajadores o de otros miembros de la organización. Estas se denominan Técnicas basadas en el análisis de la experiencia práctica; Técnicas basadas en características y experiencias de los sujetos y; Técnicas basadas en valoraciones. Esta última contempla la evaluación 360°.
La evaluación requiere distintos procedimientos y técnicas según el objeto que se desea evaluar. Lo fundamental es que estos permitan la recolección de la información, los indicadores y las evidencias que darán cuenta de que el evaluado ha alcanzado cierto nivel de aprendizaje. Algunos de estos instrumentos y técnicas son: los mapas conceptuales, las rúbricas, el portafolio, las entrevistas, los paneles, los foros, los problemas de casos, los experimentos, las pruebas de respuesta larga y las pruebas de respuesta corta. En la medida en que las metodologías o técnicas empleadas potencien el trabajo del estudiante o de quien se evalúa, se logrará el objetivo del proceso de enseñanza y aprendizaje en contexto.
Para valorar el grado de cumplimento de dichas competencias hay diferentes formas, como ya se ha enunciado; una de ellas es el uso de la rúbrica, “mediante la cual es posible valorar aspectos complejos, imprecisos y subjetivos, aportando una evaluación fácilmente interpretable, justa y transparente para profesores y estudiantes” (García, 2014, p. 92). García (2014) también afirma que esta se constituye en un conjunto de criterios relacionados con las competencias a evaluar y que están determinados por descriptores o indicadores que suponen distintos niveles de logro o desempeño de estos.
La rúbrica se considera una matriz de valoración cuya principal finalidad es mostrar cuáles son los criterios para verificar la tarea que se quiere evaluar. Con ella, tanto alumnos como profesores tienen claro qué desempeños son aceptables para alcanzar la promoción o aprobación (Unigarro, 2017). En este sentido, es una guía de puntuación utilizada en la evaluación del desempeño del estudiante y del profesor, que describe las características específicas de un producto, de una tarea, de un proyecto determinado en varios niveles de rendimiento, con el fin de clarificar lo que se espera del trabajo. Además, permite conocer de manera clara el grado de avance, valorar su ejecución y realizar, a la vez, una realimentación al estudiante o al profesor. Una rúbrica tiene tres características fundamentales: unos criterios de evaluación, una escala de valoración y una estrategia de calificación (Valverde y Cuidad, 2014). Su utilidad radica en la posibilidad de poder orientar a los evaluados sobre lo que se espera de ellos, cómo realizar su trabajo, cómo va su aprendizaje y desempeño y en qué debe potenciar o reforzar. En este contexto, la Universidad Cooperativa de Colombia analiza y plantea cómo desarrollar el proceso de evaluación, tanto para estudiantes como para profesores, dentro del Modelo Educativo Crítico con Enfoque de Competencias. A partir de allí, se plantea el diseño de estrategias de evaluación que vinculen prácticas contextualizadas para los estudiantes y, por otra parte, el diseño de un instrumento de valoración del desempeño tipo rúbrica para su profesorado.
Todas estas reflexiones presentan al lector, desde la mirada de un modelo con enfoque de competencias, cómo evaluar al estudiante y al profesor y, cuáles son los componentes que deben ser considerados en este proceso que, finalmente, tiene como propositito mejorar la calidad educativa. De esta manera, evaluar con un instrumento como la rúbrica y proponer un modelo de evaluación 360°, son elementos de importancia en las instituciones educativas por cuanto “si se cambia la manera de evaluar, necesariamente cambia la manera de enseñar” (Unigarro, 2017, p. 85).
Los tres trabajos que componen este tercer tomo dan cuenta de todo lo anterior. El trabajo “Estrategia de evaluación de competencias: prácticas contextualizadas y el modelo educativo crítico a través de una metodología participativa” analiza, desde el enfoque de competencias en la Universidad, las formas de evaluación que emplean los profesores con sus estudiantes y cómo, a su vez, estos identifican y comprenden dichas prácticas para, finalmente, proponer estrategias de mejoramiento que apliquen al modelo educativo adoptado por la Universidad. La segunda investigación, titulada “La evaluación de competencias: sistematización de una experiencia innovadora en la Universidad Cooperativa de Colombia”, tiene como objetivo sistematizar la manera en que se hace el diseño y aplicación de pruebas para la evaluación de competencias genéricas y transversales, con el fin de optimizar los procesos de evaluación al interior de la institución. Para finalizar, la investigación denominada “La evaluación por competencias del desempeño docente como estrategia de mejora continua”, busca identificar cuáles son los criterios diferenciados dentro el Modelo Educativo para la evaluación del profesor, de manera que se pueda proponer una rubrica que permite desarrollar este proceso en todas sus dimensiones.
Referencias
Abambari, M. J. (2015). Estrategia formativa de evaluación de competencias: su contextualización a la solución de problemas profesionales. [Tesis de doctorado]. Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”. La Habana, Cuba. g2g.to/OT1f
Ahumada, A. P. (2005). La evaluación auténtica: un sistema para la obtención de evidencias y vivencias de los aprendizajes. Perspectiva Educacional. Formación de Profesores, 45, 11-24. g2g.to/edN9
Alija, T., García, J. y Muñoz, S. (2017). Diseño de un modelo de evaluación y desarrollo docente en una universidad privada. Revista Complutense de Educación, 28(1), 61-80. g2g.to/rHiA
Camargo, I. M. y Pardo, C. (2008). Competencias docentes de profesores de pregrado: diseño y validación de un instrumento de evaluación. Universitas Psychologica, 7(2), 441-455. g2g.to/Nlhq
Castillo A., S. y Cabrerizo D. J. (2010). Evaluación educativa de aprendizaje y competencias. Pearson Educación.
García, M. P. (2014). La evaluación de competencias en Educación Superior mediante rúbricas: un caso práctico. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 17(1), 87-106. http://dx.doi.org/10.6018/reifop.17.1.198861
Читать дальше