The tendency to greater length is essentially due to the fact that one wishes to state everything that is in the original communication but is also obliged to make explicit in the receptor language what could very well remain implicit in the source-language text, since the original receivers of this communication presumably had all necessary background to understand the contents of the message (1974: 163).
Por el contrario en la operación de eliminación de la redundancia, se realiza el proceso inverso a través de las reducciones , entre las cuales el lingüista enumera distintos tipos de omisiones, simplificaciones, pérdidas y elipsis de elementos superfluos o innecesarios.
El acercamiento de Nida y Taber es más un método de traducción que un análisis del proceso traductivo. De cualquier modo, incluye ya elementos de semiótica tales como el receptor, el tipo de texto y los registros, además de la relación intercultural que tan importante papel desempeña en el proceso traductivo. No deja de ser, sin embargo, una perspectiva unidireccional y se basa sobre todo en el tipo de traducción bíblica sobre la que tanto trabajaron ambos autores.
Otros estudiosos como Jean Claude Margot y Maurice Pergnier continuaron en la línea de Nida y Taber. Para Margot en la equivalencia dinámica el lector tiene la última palabra, sirve de criterio principal para la evaluación de las traducciones:
la valeur d’une traduction ne dépend pas de l’opinion d’un critique bilingue, qui pourrait retrouver dans la text traduit ce qu’il voit déjà compris dans le texte original; elle dépend de la façon dont le lecteur monolingue saisit le message traduit, c’est-à-dire que sa qualité est certaine si ce lecteur reagit (autant que possible) de la mëme maniére que le recepteur du texte original (1979: 102).
Lilova comenta la definición de Nida y afirma que no sólo atiende al efecto comunicativo en el sentido de una interpretación dinámíca, sino que además implica «a balance of effect between original and translation while preserving fidelity vis-à-vis the language, the original text, and the readers» (1987: 15) 41Si bien el punto de vista de Nida es acertado porque incluye al receptor, no es del todo completo puesto que –al igual que el de Catford– tampoco incluye factores situacionales esenciales 42En cambio, Hartmann (1985) sostiene que un modelo dinámico de búsqueda de la equivalencia deberá trascender las tipologías de correspondencia léxica formal y, en lugar de esto, explicará el proceso psicolingüístico y sociolingüístico del acto bilingüe. 43
Por su parte Pergnier habla en Les fondements sociolinguistiques de la traduction (1980) de la traducción como un hecho comunicativo y sociolingüístico y concede gran importancia a la situación: «les critères qui président à la appréciation de la fidelité ou de l’infidelité d’une traduction ne se trouvent nullement dans les signifiés des mots, ni dans une étude comparative des deux langues en présence, mais au carrefour des références situationnelles» (1980: 423). Según este autor la operación de traducción consiste en llevar «contenidos de sentido» propios de mensajes particulares, y no en una búsqueda de equivalencias entre unidades pertenecientes a dos lenguas en tanto que tales (normas). Hay que tornar nuestras miradas de los significados a los sentidos, porque todo hecho de lenguaje es el resultado de una dialéctica entre una forma lingüística y un contenido de sentidos. Según Pergnier, las aproximaciones que se basan en la lingüística como la de Nida, o las que se basan en la traductología como la de Danica Seleskovitch coinciden en que la traducción busca la equivalencia entre los signos lingüísticos en contexto o situación y en que los diferentes componentes del enunciado traducido se refieren no solamente al contexto inmediato, sino también al conjunto de los factores extralingüísticos que condicionan la enunciación y la comprensión del mensaje.
Anton Popovic (1976) defiende que la equivalencia debe entenderse como un equilibrio entre las constantes del TO y el TM y las transformaciones sufridas por los segmentos textuales y lingüísticos en el proceso traductivo. 44Aunque el acercamiento de Popovic contiene ya análisis de los textos TO y TM, no parece que se relacionen ambos polos, sino que se infiere un cierto determinismo que impone el TO al TM para ser este último considerado como traducción del primero. Además, Popovic dirige todo el peso de la equivalencia traductiva a la equivalencia estilística.
Julianne House (1977) plantea un aproximación funcional basada en el mantenimiento de tres tipos de significado: semántico (relativo a la denotación), pragmático (relativo a la función comunicativa) y el textual, el más importante para la traducción. Para la autora, el paso más importante para llegar a la equivalencia consiste en el análisis textual del ST que funciona como norma y criterio básico de equivalencia. 45Tras esto, se decidirá si se aplica un tipo de traducción «covert» que supone una equiparación de lectores de uno y otro polo u «overt» que tiene en cuenta los rasgos específicos de una cultura concreta y las restricciones provocadas por éstos. 46El planteamiento de House es correcto al considerar variables situacionales, pero no establece ninguna jerarquía de rasgos al definir el «perfil textual» del ST. 47Por otra parte, no podemos deducir únicamente del análisis de ST que el TT correspondiente cumpla los requisitos para ser considerado como traducción de ese ST.
Gideon Toury (1982) defiende que la equivalencia en traducción remite a otro concepto funcional-relacional, esto es, aquella relación que, por definición, distingue entre traducción y no traducción. Para Toury, la noción de equivalencia es vital para cualquier punto de vista traductivo ya que se utiliza para el establecimiento del concepto general de traducción subyacente al corpus de estudio, reconstruye los procedimientos traductivos en relación a los varios tipos de restricciones y a las decisiones tomadas bajo éstas y, por último, sirve para explicar la red completa de relaciones de traducción y la representación lingüística-textual de las soluciones traductivas que las convierte en fenómenos traductivos superficiales: «that relationship between two linguistic utterances defining translation» (1980: 67). Su caracterización de la equivalencia parte del modelo que incluye una rama de estudio descriptiva sistemática, mediante la cual puedan hacerse formulaciones dentro de otra rama teórica, que a su vez sirva para predecir lo más exactamente posible, mediante la equivalencia translémica, las soluciones a los problemas encontrados en la última rama, la aplicada. 48
Para Toury (1985), deberemos comenzar por establecer la noción de equivalencia en cualquier estudio de traducción descriptivo, noción que cambiará en función de las normas (preliminares y procedurales), influenciadas a su vez por la dimensión histórica. Sin embargo, no tendremos modo de determinar las unidades de equivalencia a priori si no disponemos del T2. Toury propone la creación de un «intermediating construct» que haga las veces de «tertium comparationis» del análisis. Este tertium comparationis, denominado también «invariante metodológíca», estará formado, según el autor, por el conjunto de unidades y relaciones que estructuran el T1 y que nos permitirá definir el grado de adecuación y aceptabilidad del T2. La «dominante» de la traducción se obtendrá a partir de este equilibrio:
When in a great number of the compared units a certain type of translational relationships is found to be dominant, and/or a certain hierarchy of relationships recurs as a fixed pattern, these will be taken as a guidance for the establishment of the dominant type of relationships and/or the entire hierarchy for further units of the same text, unless contradicted by the actual findings concerning them (including specific translation problems) and eventually for the text as a whole (1980: 110).
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