70. Idem p. 1206.
71. Betussi, Giuseppe, Il Raverta, nel quale si raciona d´amore e degli, effeti suoi, en Trattati d´amore del Cinquecento , a cura di Mario Pozzi (1975) sobre la edición a cura de Giuseppe Zonta (1912), Roma-Bari, Gius Laterza & filgi, 1975, pp. 94, 109, 125.
72. Biersack, op. cit. ; Kelly, op. cit. , p. 117.
73. Torres Coromidas, art. cit. , p. 1185
74. Idem, p. 1186; Biersack, op. cit. 1225-1227.
75. Biersack, op. cit. 1227.
76. Heller, op. cit. , pp. 7-32.
77. Biersack, op. cit. 1232-1233; De Libera, op. cit. ; Lamanna, Paolo, El pensamiento de la Edad Media y el Renacimiento , Buenos Aires, Hachette, 1960; pp. 162-263.
78. Ibidem .
79. Idem . 1222.
80. Torres Corominas, op. cit. p. 1222.
81. Torres Corominas, op. cit. p. 1221.
82. Idem . p. 1223
83. Charbonnel, op. cit. p. 150. La obra presupone, según Charbonnel, la doctrina platónica del amor. «Nada produce más sentimientos de ascenso intelectual que este extenso juego dialéctico de ascenso de grado en grado, que libera el alma de vulgares deseos…», pp. 150-151.
84. Puleo, op. cit. p. 44.
85. Puleo, op. cit. , pp. 42-43.
86. Idem p. 43.
87. Torres Corominas, op. cit. 1221.
88. Puleo, op. cit. p. 43.
89. El diálogo se llevó a cabo entre: Georges Duby, Jean-Charles Huchet, Charles Méla, Alexandre Leupin, Eric Laurent, Régis Labourdette y Alain Grosrichard. En Duby, Georges “Entretein sur la littérature courtoise” en Ornicar , n° 26/27, 1983.
Capítulo 3
Henry Cornelius Agrippa
El último libro que publicó William Godwin –sobre quien hablaremos más adelante– fue Lives of the Necromancers ( Vidas de Nigromantes ).(90) En ese curioso libro, Godwin incluye a Henry Cornelius Agrippa, autor de un conjunto variado de escritos sobre filosofía oculta, De occulta philosophia libri tres (1598),(91) su obra más conocida.
Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim o Agrippa de Nettesheim representa una especie de síntesis de los conocimientos que sobre magia y/o alquimia que se habían ido acumulando desde la Antigüedad hasta el Renacimiento. Agripa, como se lo suele identificar, fue considerado médico, filósofo, alquimista, matemático, escritor, cabalista y nigromante, según los parámetros de la época. Nació en Colonia el 15 de septiembre de 1486, y debido a sus estudios en «cuestiones ocultas» fue alternativamente perseguido, requerido, prohibido y admirado.(92)
Se matriculó en la Universidad de Colonia en 1499 y se graduó como médico en 1502, aunque hay dudas sobre otros títulos que alegó haber obtenido.(93) Agripa se acercó a la Escuela Alberto Magno en Colonia, donde perfeccionó sus conocimientos de Filosofía Natural, estudió a Plinio, el Viejo y la filosofía de Raimundo Lulio, sobre quien escribió un extenso comentario años más tarde (1531), relacionándose también con humanistas alemanes. Estudió durante un breve período en París, donde junto con algunos amigos creó una suerte de círculo secreto o hermandad de estudio. Entre 1508 y 1509, viajó a España, posiblemente en misión militar.(94) En 1509, tuvo a su cargo una serie de conferencias sobre De verbo mirifico de Johannes Reuchlin en la Universidad de Dôle, en Burgundy, condado autónomo entre Francia y Alemania. En su conferencia inaugural pronunció un discurso en honor a Margarita de Austria, como veremos más adelante, que se publicó en 1529. Por esa época, Agrippa impartió clases sobre la cabala, lo que fue considerado judaizante y «un acto criminal prohibido», denunciándoselo por hereje, razón por la que debió poner punto final a su experiencia en Burgundy.
Ciencia oculta y doctrina cristiana
De regreso a Alemania, en el invierno de 1509-1510, se reunió con Johannes Trithemius en el Monasterio de San Jacobo en Würzburg, con quien estudió magia natural. El encuentro fue crucial para Agripa, que rápidamente completó un compendium sobre magia en el que venía trabajando hacía tiempo: esta primera versión se tituló De occulta philosophia y se lo dedicó a Trithemius. Manuscrito que se publicó unos veinte años más tarde.(95) Según Julián Solana Pujalde, a las dificultades del latín medieval de Agripa, con variantes «no del todo renacentistas» debe unirse la familiaridad de su pensamiento con el universo mental de las teorías filosóficas del Renacimiento, la magia, el ocultismo, la astrología, y su (dudosa) compatibilidad con las doctrinas cristianas, aunque remitiera con frecuencia a las obras de Alberto Magno. Su estilo, a veces recargado, choca con su propósito de claridad; lo que no es sencillo cuando se remonta a doctrinas egipcias respecto del cuerpo y el alma o a la distribución de los signos del zodiaco y sus fases. Las referencias a plantas, minerales, conjuros o elementos mágicos son concisas y muy ilustrativas.(96)
En misión secreta viajó a Londres en 1510, probablemente por orden del Emperador Maximiliano; allí conoció a John Colet introduciéndose en el estudio de las Epístolas de San Pablo, sobre las que Agripa escribió un Commentariola (perdido y reencontrado en 1523), además participó en algunas polémicas y respondió ciertas acusaciones en Expostulatio super Expositione sua in librum De verbo mirifico cum Joanne Catilineti , una de las tantas batallas que libraría contra los teólogos escolásticos. Entre 1511 y 1518, estuvo en Italia, al servicio de Maximiliano. Aceptando que desde luego no se trataba de un estudioso de origen italiano, Roger Charbonnet lo incluyó en su obra como tal, debido a que comandó ejércitos en Italia, fue delegado del Cardenal Santa-Cruz y participó del Segundo Concilio de Pisa.(97) Al mismo tiempo, en la Universidad de Pavia entre 1512 y 1515, dictó conferencias sobre el Symposium de Platón y los textos herméticos Pimander .(98) Luego de la derrota de las tropas imperiales en Marignano (septiembre de 1515) tuvo que abandonar Pavia, buscando mecenazgo en la corte de Guillermo IX, Marqués de Monferrato, a quien dedicó dos breves trabajos: De homine y De triplici ratione cognoscendi Deum . En Italia profundizó sus conocimientos sobre Neoplatonismo, literatura Hermética y Kabala, actualizando su información bibliográfica al respecto.(99) En los años siguientes estuvo en Metz (1518–1520), y en Ginebra (1521–1523), donde practicó medicina y por último se radicó en Friburgo (hasta 1524), también como médico.(100) Considerado «un diablo encarnado», según relata Charbonnet, entre los logros que se le atribuían estaba haber descubierto la «piedra filosofal».(101) Quizá por eso mismo, muchos de sus contemporáneos lo consideraron un charlatán,(102) y otros un representante de las «Ciencias Ocultas», con un perfil altamente complejo. En su De originali peccato declamatio fue escrito en 1518 (publicado recién en 1529), consideraba que el pecado de Adán había consistido en el acto sexual. En Metz, estuvo implicado en varios debates de carácter teológico; en De Beatissimae Annae monogamia ac unico puerperio (impreso en Colonia en 1534), respondía vehementemente a las acusaciones de herejía. Paralelamente defendió a una mujer de Woippy acusada de brujería. Poco a poco, se fue intensificando su oposición a la tradición escolástica, ganándose la estima de muchos disidentes próximos a la Reforma. En la primavera de 1524, se trasladó a Lyon, como médico y astrólogo de Luisa de Saboya –la madre de Francisco I– de quién se alejó algo después.(103) Trató de obtener el favor de Margarita de d’Alençon, con su De sacramento matrimonii (1526), pero, la princesa rechazó la declamación por su carácter erasmista.
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