Ingeniería Bioemocional - La Magia de Reprogramarte

Nuestro cerebro posee la capacidad de poder transformarse en gran medida y con ello también transformar nuestras vidas, pero para ello tenemos que poner voluntad, nuevos conocimientos y práctica, ya que de otra manera seguiremos estancados en nuestros hábitos y tendencias de siempre y cada vez las reforzaremos más.

Si tenemos pensamientos positivos se libera dopamina.

La dopamina genera en nuestro cuerpo una sensación de bienestar. Al sentirte bien, esto provoca que te sientas positivo y veas el mundo de una mejor manera, y este sentimiento crea más pensamientos positivos y se crea un círculo virtuoso.

Cuando tenemos pensamientos negativos pasa lo contrario, te sientes mal y creas un círculo vicioso de negatividad.

Por esto hay que tratar conscientemente de enfocarnos en lo positivo y en todo lo que podemos agradecer en nuestra vida, en la medida de lo posible.

Hay que tener en cuenta que los pensamientos conscientes repetitivos se vuelven inconscientes.

Ejemplo: manejar un vehículo, tocar un instrumento, como también nuestra tendencia a ser como somos o tener ciertos rasgos de personalidad.

Sabiendo esto, podemos observar y reflexionar sobre los pensamientos y creencias que tuvimos y que se volvieron inconscientes y automáticos en nosotros, para poder cambiarlos desde la consciencia.

Podemos cambiar nuestro cerebro tan solo pensando de manera consciente pensamientos que nos convengan para desarrollar la química que queremos.

Es una forma de poder reinventarnos a nosotros mismos y cambiar nuestra vida para mejor.

Relatos para reflexionar

Un padre llevó a su hijo a ver una sesión de un circo ambulante que había venido a la ciudad. Compraron una entrada, se sentaron, y el niño disfrutó boquiabierto de los números de los equilibristas, malabaristas, payasos o domadores de animales. Cuando se acabó la sesión, insistió a su padre para poder dar una vuelta por las instalaciones, y volver a ver algunos de los animales que le fascinaban.

Cuando encontraron el elefante, el niño se sorprendió al constatar que la gigantesca bestia estaba atada solo con una pequeña cuerda en una pata. Señaló el hecho a su padre, buscando una respuesta. Parecía evidente que el elefante hubiera podido liberarse en cualquier momento.

El padre estuvo pensando un rato, hasta que dio con una respuesta aceptable. Le explicó a su hijo que normalmente esos animales nacían en cautiverio. Probablemente, cuando el elefante era cachorro, lo ataron con una cuerda semejante. Posiblemente el animal procuró tirar de ella y escapar, pero, al ser tan pequeño, no tenía la energía suficiente. Finalmente se dio por vencido, y pese a crecer y convertirse en una fuerza de la naturaleza, dejó de intentarlo. Efectivamente, hoy podría haberse liberado de un gesto, pero seguía pensando en que la cuerda era una cadena imposible de romper, igual que cuando era pequeño.

Seguro que no hace falta que te explique que esas cuerditas las tenemos todos en nuestras vidas. Son obstáculos que no supimos superar en un momento, y hemos renunciado a enfrentarnos a ellos simplemente porque seguimos con la creencia de que somos incapaces de superarlos.

Reflexiona un momento. Todos tenemos esas creencias. ¿Qué miedo te retiene? ¿Qué barrera crees insuperable?¿Cuánto hace que no intentas tirar de la cuerda a ver si se rompe y te liberas? ¿Qué crees que es muy difícil para ti y no te crees capaz de lograrlo?

¿Por qué no lo intentas hoy?

Ejercicios prácticos

En esta sección les voy a proponer ejercicios para ir practicando lo aprendido.

- Celebrar las pequeñas victorias. Cada día tienes algún logro, así que dedícate a verlo y a decir: ¡Lo conseguí!

Valora cada cosa que consigues y ajusta tus expectativas, celebrar los pequeños avances genera más dopamina que guardarlos para un gran acontecimiento.

Los grandes logros no nos hacen felices para siempre, de manera que, si vinculamos la felicidad a un objetivo lejano, podemos acabar muy frustrados. En su lugar aprende a ser feliz a medida que progresas. Trata de no celebrar comiendo o tomando en exceso, solo sintiéndote bien contigo mismo.

- Dar pequeños pasos hacia un nuevo objetivo. Dedica unos minutos diarios a un objetivo o plan particular que te guste, a medida que das esos pequeños pasos sentirás a diario la sensación de dopamina.

- Recuerda sentirte bien por lo que has hecho a diario, pronto contarás con el hábito de enfrentarte a los obstáculos y sentirte recompensado por ello.

- Ajusta tu nivel de exigencia: el nivel de exigencia debe ser adecuado para hacer fluir buenas sensaciones. Si lo que decidamos hacer es demasiado fácil no produce ningún placer, y si es demasiado difícil te puedes frustrar. Avanza por el camino del medio y luego puedes ir ajustando.

• Reír: descubre qué es lo que te hace reír y dedica un momento a ello. Cuando ríes tu cerebro interpreta que todo está muy bien y ayuda a liberarnos de los miedos y nos da una sensación de bienestar.

• Llorar de vez en cuando: no reprimas el llanto, ya que si necesitas llorar es bueno hacerlo porque sentirás un gran alivio. Llorar cuando realmente lo necesitas libera endorfinas.

• Hacer un ejercicio diferente: variar el tipo de ejercicio físico es una buena forma de liberar endorfinas y con una exigencia moderada, trabajar diferentes músculos, diferentes ejercicios aeróbicos, etc.

• Realizar estiramientos: también estimulan la producción de endorfinas y mejoran la circulación sanguínea, siempre realizarlos luego de precalentar y sin excederse.

• Hacer ejercicios físicos divertidos como baile o dedicarse a la jardinería.

1. Básate en la confianza delegada: delega responsabilidades de vez en cuando en alguien en quien realmente confíes.

2. Disfruta de vínculos que puedan traerte placer y en donde no encuentres peligros: por ejemplo, vínculos con mascotas, grupos virtuales de redes sociales, o amigos confiables.

3. Coloca piedras que allanen el camino: da pequeños pasos en relaciones nuevas que no conoces o con quien tuviste un altercado. Hacer pequeñas interacciones para acercarnos nos ayuda a crear de a poco confianza con quienes nos rodean o a sanar relaciones específicas. Sentir confianza genera oxitocina.

4. Genera confianza: la oxitocina trabaja en ambas direcciones. Cuando los demás creen en ti eso produce dicha, puedes disfrutar de más oxitocina creando oportunidades para que la gente confíe en ti. Cosecharás lo que siembras.

• Logros: manifiesta orgullo sano por lo que has hecho, simplemente manifiesta una vez al día orgullo por algo que hayas hecho bien, ya que si esperas reconocimiento externo dependes de los demás y pierdes tu poder.

• Disfruta conscientemente de las cosas que tomas como obvias: disfruta si tienes la oportunidad de tener alimentos cada día, un techo, familia, tus mascotas, etc.

• Acepta lo que no se puede controlar: nuestro cerebro busca cosas que podemos controlar y se siente bien, pero nuestro control es limitado e impredecible. Para crear este nuevo circuito advierte cuál suele ser tu estrategia para sentirte “muy seguro” y haz lo contrario. Si por ejemplo eres muy ordenado, mantén las cosas un poco desordenadas por 1 mes y viceversa. Al cerebro le gusta la sensación de tener el poder y por eso a veces le gusta transgredir ciertas reglas, pero puede aprender a sentirse seguro cuando uno no tiene el control, solo hay que practicarlo.