Iván Zaro - La vida a través del espejo

Здесь есть возможность читать онлайн «Iván Zaro - La vida a través del espejo» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La vida a través del espejo: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La vida a través del espejo»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Existe una clara diferencia entre dos tipos de enfermedades: las sobrevenidas y las adquiridas. Las primeras tienden a despertar compasión y apoyo entre la ciudadanía, los medios de comunicación e, incluso, entre los profesionales sanitarios creando un entorno favorable para que las personas diagnosticadas compartan su estado con el mundo y busquen apoyos en su proceso de curación o mejora. Las enfermedades adquiridas, aquellas que son prevenibles y por tanto evitables, no reciben la misma consideración social. El diagnóstico viene acompañado de un estigma asociado a la creencia de que necesariamente algo malo habrán tenido que hacer para haberse contagiado. Esta categorización de la salud es tan perversa e injusta como real y palpable en muchos ámbitos de la vida cotidiana. El autor, Iván Zaro, les invita a conocer los testimonios de hombres y mujeres diagnosticados de VIH que se enfrentaron a sus propios miedos y a una parte de la sociedad que les considera culpables de haber adquirido la enfermedad. El VIH se ha convertido en una excusa para rechazar a homosexuales, migrantes, pobres, drogodependientes, en definitiva, a los otros. Acompañaremos a estas personas en el duelo y en los momentos críticos a los que son sometidos y veremos cómo gracias a la resiliencia y a la superación han rehecho sus vidas para poder convivir con un virus que no solo ha condicionado su salud sino también sus relaciones laborales, personales, sexuales y amorosas. «Cuando me dijeron que había contraído este virus, me di cuenta enseguida de que había contraído además una enfermedad social.» David Wojnarowicz «Una enfermedad infecciosa cuya vía de transmisión más importante es de tipo sexual, pone en jaque, forzosamente, a quienes tienen vidas sexuales más activas; y es fácil entonces pensar en ella como un castigo.» Susan Sontag,
El sida y sus metáforas

La vida a través del espejo — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La vida a través del espejo», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Este capítulo nos traslada a uno de los momentos más íntimos que una persona puede experimentar. Aquel que jamás deseó protagonizar, ese instante en el que atraviesa el espejo para introducirse en un mundo extraño y diferente. El universo donde se expulsan a las personas que son condenadas por comportamientos desviados, merecedores de la cruz que a partir de entonces llevarán sobre sus hombros. Y todo ello a pesar de los avances científicos que han hecho del VIH una patología crónica, de la cantidad ingente de información y de las campañas realizadas. En ese preciso momento aparece el miedo a la muerte, a la pérdida de salud, a la humillación y a la soledad. Porque todo cuanto hemos vivido, aquellos mensajes que hemos ido adquiriendo sobre la infección y las imágenes proyectadas de cómo eran las personas con VIH, todo eso permanece latente en nuestro inconsciente para despertar en los momentos de fragilidad. El golpe que una persona sufre con el diagnóstico de VIH puede llegar a ser traumático y conllevar múltiples consecuencias físicas y emocionales. Todas estas cuestiones sitúan al individuo en la casilla de salida hacia un proceso de adaptación que le enfrentará a la adversidad y a descubrir su capacidad de supervivencia adquiriendo recursos y nuevos hábitos y destrezas en su vida.

Aunque se sobreentiende que las nuevas transmisiones de VIH se dan en población joven como consecuencia de la ausencia de información o cierta inmadurez, en realidad, no solo la población joven adquiere la infección, sino que personas adultas y mayores también son diagnosticadas cada día en España. Parece demostrado que para lograr la prevención del VIH la información es necesaria, pero por sí sola insuficiente. Hacemos referencia a comportamientos humanos con la complejidad que estos conllevan, la prevención no es tan sencilla como programar una máquina para que utilice preservativo todas y cada una de las veces que mantenga relaciones sexuales hasta el final de su existencia. A menudo desde la medicina preventiva se tiende a infantilizar a la ciudadanía, generando en las personas diagnosticadas de alguna ITS, especialmente el VIH, una cierta sensación de fracaso. Aumentando la sensación de culpabilidad en aquel individuo que, conociendo los posibles riesgos, decidió enfrentarse a sus consecuencias. La sociedad, desde el púlpito de la seronegatividad, suele recriminar la asunción del diagnóstico a modo de culpa ante comportamientos de riesgo. Es frecuente tras recibir la noticia sentir una fuerte culpabilidad. En mi trabajo diario trato de desmontar este sentimiento. No existen culpables ante comportamientos universalmente humanos como el amor y el sexo. En el universo de la sexualidad y del VIH, nadie merece un castigo por sentir deseo, por tener determinada actividad, fetiche o práctica sexual. Nadie quiere adquirir el virus pero, si llega, debemos garantizar la mejor calidad de vida. Responsables sí, culpables o merecedores de la infección, jamás.

A continuación van a conocer a dos personas cuya trayectoria vital y profesional a priori no relacionarían nunca con el VIH. La noticia supuso un golpe que descolocó a los protagonistas. A través de las historias de un médico y un sacerdote nos adentraremos en la serofobia y en la hostilidad de la Iglesia católica o la discriminación a través de comentarios cargados de superioridad moral del ámbito sanitario. Dos personas que tenían información sobre el VIH, dos personas que son diagnosticadas y el viaje que inician desde el instante que reciben la noticia.

David, un médico paciente

Una gélida mañana de sábado a finales del mes de febrero recibí una llamada de teléfono. Una voz se presentó, me dijo que habíamos coincidido en una consulta médica ya que él había estado rotando como médico residente en el Centro Sanitario Sandoval. Recordaba haber acompañado a un usuario brasileño en situación irregular a la consulta en el centro sanitario, pero no recordaba a ningún médico residente. Sin embargo, él me conocía y sabía de mi labor en la atención a pacientes con VIH. Necesitaba verme urgentemente y quedamos a la media hora en una cafetería del centro de Madrid. Al verle le reconocí, semanas antes le había visto con su bata blanca por los pasillos de Sandoval. Esa mañana de un modo sereno pero temeroso me contó su historia, aunque ambos sospechábamos que solo era el inicio de la misma. Cuatro años más tarde, ya habiendo labrado una amistad, nos sentamos para volver a repasar esta vez sí su historia más reciente.

Es uno de los médicos más apasionados que conozco y, tras ponerse en la piel del paciente, hace suyas las palabras del doctor Albert J. Jovell «Yo ya acepto que no me van a curar, pero me costaría aceptar que no me van a cuidar». Gracias a ser médico y a la vez paciente se ha dado cuenta de que lo realmente importante no es la enfermedad, sino el enfermo. De la mano de David, descubriremos cómo el sector que más debería cuidar de los pacientes a veces es el más discriminatorio y menos sensibilizado. El mismo sector que al principio de la epidemia colocaba pegatinas rojas en las historias clínicas de los pacientes con VIH. El mismo que en la actualidad, al menos en algunos hospitales de la Comunidad de Madrid, sigue escribiendo en los informes médicos con rotulador tres letras en mayúsculas. Dejando dicho informe a los pies de la cama del paciente y, por tanto, haciendo público su seroestatus ante su acompañante en el hospital y ante cualquier mirada ajena que pueda echar un simple vistazo a esas tres letras escritas con rotulador en la esquina superior derecha del informe médico. VIH en mayúsculas y subrayado. El testimonio de David nos detallará cómo es ser un caballo de Troya en plena consulta hospitalaria.

***

Yo nací y estudié Medicina en Murcia y me siento súper de Murcia17. Pero llegó un momento en el que aquello se me quedó pequeño. Como ciudad, laboralmente, Murcia siempre tiene menos posibilidades y me quería ir. Pero, sobre todo, a nivel de ambiente. Hice la maleta y me vine a Madrid para hacer el MIR. Hice el examen, pero Madrid me daba algo de miedo. Yo llegué con veinticinco años y ahora tengo treinta y tantos. La primera vez que vine a Madrid fue un fin de semana de escapada, con veintidós o veintitrés años, en el mes de julio. Les dije a mis padres que me iba a las fiestas del pueblo de un amigo mío. Les mentí y tomé rumbo a Madrid para irme de fiesta. Pero una cosa es pasar un fin de semana y otra cosa es vivir aquí. Yo siempre buscaba una ciudad con mar, porque a mí eso me tira mucho. Pensaba en Valencia, Alicante o Barcelona, pero el tema del catalán me echaba para atrás. Decidí venirme dos días antes de empezar el MIR para aprovechar el fin de semana. El movimiento, la gente, las calles, todo. Chueca me gustaba mucho, ahora ya no tanto, pero antes me llamaba mucho. Además, no es lo mismo poner en tu currículum que has hecho la residencia en un hospital de segundo nivel que hacerlo en un Gregorio Marañón, en el 12 de Octubre o en el Ramón y Cajal. Después tuve la suerte de poder quedarme a vivir en Madrid. Y ahí empezó la aventura como Paco Martínez Soria, un cateto provinciano. Tengo dos hermanos mayores que yo y mis padres son mayores.

Yo salí del armario por fases: mi hermano me pilló entre comillas a los veintiuno o veintidós años. Eso siempre se nota, el hecho de que nunca tengas relaciones con chicas o no tengas novia a esa edad. Yo siempre estaba estudiando y cuando salía de fiesta me iba a los típicos bares de ambiente. En Murcia solamente hay uno o dos y ya está, por eso digo que la ciudad se me quedó muy pequeña. Y, claro, siempre surge la típica pregunta de dónde iba el fin de semana y yo me inventaba un sitio para que no lo conociera. Era el momento del auge de las redes sociales, en las que a veces colgabas cosas como fotos con tu futuro novio. En fin, vives tanto en la mentira que he tenido que hacer tapaderas triples. Todo para poder mantener en secreto mi homosexualidad.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La vida a través del espejo»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La vida a través del espejo» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La vida a través del espejo»

Обсуждение, отзывы о книге «La vida a través del espejo» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x