Chistopher Priest - El mundo invertido

Здесь есть возможность читать онлайн «Chistopher Priest - El mundo invertido» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Buenos Aires, Год выпуска: 1976, ISBN: 1976, Издательство: Emecé, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El mundo invertido: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El mundo invertido»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cuando Helward Mann abandona la ciudad, no tiene motivos para pensar que el mundo que se extiende más allá no sea sino el de su propio planeta de origen. De hecho, y a pesar de las semejanzas, hay pruebas —que él no puede ignorar— que lentamente contradicen todas sus convicciones. A medida que crece su experiencia en el trabajo fuera de la ciudad, se ve forzado a aceptar la razón fundamental y descarnada de esa lucha por la supervivencia. El planeta no es la Tierra. De alguna manera, el mundo en que vive —y por cierto el universo mismo en el cual existe el planeta— es intrínsecamente diferente.
El mundo está invertido: un planeta de dimensiones infinitas existe y palpita en un universo de tamaño limitado. Esta novela, de brillante originalidad, ha sido distinguida con el premio a la mejor novela de ciencia-ficción publicada en Inglaterra, y está destinada a convertirse en un clásico de la literatura imaginativa.

El mundo invertido — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El mundo invertido», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Espere... ¿Cómo se escribe el nombre de su ciudad? Se lo deletreó.

—¿Y por qué la llaman así?

—No sé. Será porque somos del planeta Tierra, tal vez.

—¿Por qué hace una diferencia entre uno y otra?

—Porque... ¿no le resulta obvio?

—No.

Elizabeth se dio cuenta de que le tomaba el pelo como si fuese un loco, pero lo que veía en los ojos masculinos era sólo excitación, no locura. Su instinto, sin embargo, del cual se había valido tanto últimamente, le advertía que tuviera cuidado. Ahora no podía estar segura de nada.

—¡Pero ésta no es la Tierra!.

—Helward, reúnase conmigo aquí, mañana, junto al río.

—Pensé que quería ver nuestra ciudad.

—Sí... pero hoy no. Si queda a cuarenta kilómetros, tendría que conseguir un caballo fresco y avisar a mis superiores. —Estaba buscando pretextos.

Él la miró indeciso.

—Usted cree que estoy inventando esta historia.

—No.

—Entonces, ¿qué hay de malo? Yo le digo que, en el transcurso de mi vida y durante muchos años antes de nacer yo, la ciudad ha sobrevivido en la esperanza de que le llegara ayuda de la Tierra. ¡Ahora usted está aquí y piensa que soy un loco!

—Usted está en la Tierra.

Helward abrió la boca y volvió a cerrarla.

—¿Por qué dice eso?

—¿Por qué habría de decir lo contrario? Él le tomó el brazo y la hizo dar vuelta. Señaló hacia lo alto.

—¿Qué es lo que ve?

Elizabeth se cubrió los ojos del resplandor.

—El sol —respondió.

—¡El sol! ¡El sol! ¿Y qué pasa con el sol?

—Nada. ¡Suélteme el brazo que me hace doler! La soltó y fue hasta donde había dejado los dibujos. Tomó el de más arriba y se lo extendió ante sus ojos.

—¡Este es el sol! —gritó, indicando esa forma extraña que había dibujado en el rincón superior, a pocos centímetros de distancia de esa delgada figura que, según él, la representaba a ella—. ¡Este es el sol!

Con el corazón latiéndole furiosamente, ella desató la rienda del árbol, montó de un salto y apretó los talones. El caballo giró en redondo, y ambos se alejaron del río.

Detrás, quedaba Helward con su dibujo aun en las manos.

CAPÍTULO CINCO

Era de noche cuando Elizabeth llegó al pueblo, y le pareció demasiado tarde ya para ir hasta el destacamento. Además, no tenía deseos de volver allí, de todas maneras, y podía quedarse a dormir en la aldea.

La calle principal estaba desierta, cosa muy rara dado que, a esta hora del día, la gente solfa salir de sus casas, sentarse en la tierra y charlar indolentemente mientras bebían ese vino fuerte y resinoso que era lo único que podrán fermentar en la región.

Oyó ruidos provenientes de la iglesia, y hacia allí se dirigió.. Adentro estaban reunidos la mayoría de los hombres del pueblo, y algunas mujeres. Una o dos de ellas, llorando.

—¿Qué pasa? —le preguntó Elizabeth al padre dos Santos.

—Volvieron esos hombres y ofrecieron un trato. El sacerdote estaba parado a un costado, obviamente incapaz de influir sobre la gente de un modo u otro.

Elizabeth trató de captar el tema de discusión, pero se gritaba mucho e incluso Luiz, que se había ubicado cerca del deshecho altar, no podía hacerse oír en medio de la bulla. Elizabeth logró que la mirara, y de inmediato él se le aproximó.

—¿Y?

—Hoy vinieron esos hombres. Menina Khan. Vamos a cerrar trato con ellos.

—No parece que hay muy buena disposición. ¿Cuáles son las condiciones?

—Son justas.

Quiso volver a ir hasta el altar pero Elizabeth lo agarró del brazo.

—¿Qué querían?

—Nos van a dar muchos remedios y cantidades de comida. También tienen más fertilizante, y dicen que ayudarán a reparar la iglesia, aunque nosotros eso no lo queremos.

La miraba con aire evasivo. La miraba, desviaba la vista, la volvía a mirar.

—¿Ya cambio?

—Muy poco.

—Vamos, Luiz. ¿Qué querían?

—Diez de nuestras mujeres. No es nada. Ella lo observaba azorada.

—¿Y ustedes qué...?

—Las cuidarán bien. Las convertirán en mujeres saludables, y cuando regresen, nos traerán más alimentos.

—¿Y qué opinan las mujeres? Luiz miró por sobre su hombro.

—No están muy felices.

—¡Cómo para estarlo! —Miró a las seis mujeres presentes. Formaban un grupito, y a su alrededor ya los hombres actuaban con timidez—, ¿Para qué las quieren?

—No preguntamos.

—Porque lo saben. —Se volvió hacia el padre dos Santos—. ¿Qué va a suceder?

—Ya han tomado la decisión.

—Pero, ¿por qué? ¿Cómo se les ocurre pensar seriamente en cambiar sus esposas y sus hijas por unas bolsas de cereales?

—Necesitamos lo que ellos ofrecen —dijo Luiz.

—Pero nosotros les hemos prometido alimentos. Y un médico viene en viaje.

—Sí... eso es lo que nos prometieron. Dos meses hace que están aquí... muy poca comida y ningún médico Estos hombres son honestos, de eso nos damos cuenta.

Le dio la espalda y regresó al frente de la multitud. Enseguida pidió que levantaran las manos para hacer la votación. Se ratificó el acuerdo. Las mujeres no votaron.

Elizabeth pasó la noche inquieta. Cuando se levantó, por la mañana, había decidido lo que iba a hacer.

El día trajo aparejado, varios acontecimientos inesperados. Paradójicamente, el único acontecimiento en que había confiado instintivamente, no se produjo. Ahora que su encuentro con Helward había cobrado una nueva perspectiva, podía expresar con palabras lo que había estado esperando. Esa emoción dentro de ella había sido una agitación física, y ella había ido al río con deseos de que él la sedujera, cosa que podría haber ocurrido hasta el momento en que esa expresión insólita se apoderó de los ojos de Helward. Incluso ahora Elizabeth percibía los efectos de dicha sensación —que no era de miedo ni de asombro, sino que tenía algo de los dos— cada vez que recordaba esa conversación a gritos, debajo de los árboles.

«¿Y qué pasa con el sol?» Esas palabras seguían resonando en su mente.

Era indudable que existía un trasfondo más complejo que lo que a primera vista parecía. El comportamiento de Helward el día anterior había sido distinto. Ella había despertado en él una sensibilidad oculta, y él había respondido como lo hubiera hecho cualquier hombre. En ese momento, no había habido signos de la supuesta locura. Y él no había reaccionado de ese modo hasta que ella no le preguntara sobre su vida o le hablara de la suya propia.

También estaba el misterio del papel de computadora. Existía una sola computadora en un radio de mil quinientos kilómetros, y ella sabía dónde se hallaba y para qué la empleaban. Esa máquina no usaba papel de impresión, y por cierto que no era IBM. Elizabeth conocía las IBM. Cualquiera que tuviese conocimientos básicos de computación las había oído mencionar, pero esas máquinas no se habían vuelto a fabricar desde la época de la Destrucción. Las únicas que quedaban intactas, aunque no en funcionamiento, estaban en los museos.

Por último, el trato que habían propuesto los hombres que visitaron el pueblo era totalmente inesperado, al menos para ella. Sin embargo, al recordar la expresión de Luiz luego de la primera charla con los hombres, pensaba que él debía haber sospechado lo que les estaban pidiendo a modo de pago.

De alguna manera, todo debía estar relacionado. Sabía que los hombres que se habían acercado a la aldea venían del mismo lugar que Helward, y que la actitud de éste tenía algo que ver con el trato convenido.

Quedaba aún la cuestión del papel que debía ella cumplir en todo este asunto.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El mundo invertido»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El mundo invertido» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Cherie Priest - Boneshaker
Cherie Priest
libcat.ru: книга без обложки
Christopher Priest
Christopher Priest - The Islanders
Christopher Priest
Christopher Priest - Fuga para una isla
Christopher Priest
Christopher Priest - Le monde inverti
Christopher Priest
Christopher Priest - La máquina espacial
Christopher Priest
Cherie Priest - Clementine
Cherie Priest
Отзывы о книге «El mundo invertido»

Обсуждение, отзывы о книге «El mundo invertido» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x