Rosa Montero - Lágrimas en la lluvia

Здесь есть возможность читать онлайн «Rosa Montero - Lágrimas en la lluvia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lágrimas en la lluvia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lágrimas en la lluvia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Estados Unidos de la Tierra, Madrid, 2109, aumenta el número de muertes de replicantes que enloquecen de repente. La detective Bruna Husky es contratada para descubrir qué hay detrás de esta ola de locura colectiva en un entorno social cada vez más inestable. Mientras, una mano anónima transforma el archivo central de documentación de la Tierra para modificar la Historia de la humanidad.
Agresiva, sola e inadaptada, la detective Bruna Husky se ve inmersa en una trama de alcance mundial mientras se enfrenta a la constante sospecha de traición de quienes se declaran susaliados con la sola compañía de una serie de seres marginales capaces de conservar la razón y la ternura en medio del vértigo de la persecución.
Una novela de supervivencia, sobre la moral política y la ética individual; sobre el amor, y la necesidad del otro, sobre la memoria y la identidad. Rosa Montero narra una búsqueda en un futuro imaginario, coherente y poderoso, y lo hace con pasión, acción vertiginosa y humor, herramienta esencial para comprender el mundo.

Lágrimas en la lluvia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lágrimas en la lluvia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Y, dando media vuelta, se marchó calle arriba.

Lo miraron alejarse en silencio.

– Tú lo llamaste -dijo al fin Bruna.

– Mmmmm.

– Pero le odias.

– Cuando me hablaste de tu hijo, supe que sería muy difícil sacarte del delirio que te habían implantado. Entonces me acordé de él y pensé que podría ayudarte.

– ¿Cómo… ejem… cómo sabías que Nopal había sido mi memorista?

– No lo sabía.

– ¿Y cómo sabes que no he matado a Hericio?

– No sé si lo has hecho.

– Entonces, ¿por qué me ayudas?

– Tampoco lo sé.

Bruna calló unos instantes mientras intentaba digerir la información y al cabo decidió dejarlo para más adelante. Estaba agotada y muy confundida. Aunque se encontraba algo mejor, necesitaba dormir urgentemente. Necesitaba un lugar seguro en el que poder descansar.

– ¿Sabes qué ha pasado con mi móvil? -preguntó.

– Lo encontré en tu casa. Toma. He alterado tus datos en el ordenador central de la Brigada para que no puedan rastrearte. Supongo que tardarán un par de días en descubrirlo.

La rep se ciñó la flexible hoja transparente a la muñeca y llamó a Yiannis. Lizard le había dicho que tanto el archivero como la mujer-anuncio estaban vivos, que el gas no era más que una sustancia narcótica y que ambos se habían recuperado sin problemas. Ellos fueron quienes avisaron a la policía de la desaparición de la detective. El agitado rostro de Yiannis llenó la pantalla.

– ¡Ah, Bruna, por todos los sintientes, qué gusto verte! ¿Dónde estás, cómo estás, qué ha sucedido? No hacen más que sacarte en todas partes diciendo de ti cosas espantosas… Y luego están esas imágenes que te han tomado entrando en el PSH disfrazada… Por desgracia todo resulta muy creíble.

Husky le hizo un breve y fatigado resumen de la situación y luego planteó la necesidad de encontrar un lugar donde esconderse. Evidentemente la casa de Yiannis tampoco era una opción: ya había sido atacada una vez allí. Y no se le ocurría ningún otro sitio. Sobre todo teniendo en cuenta que todo el mundo creía que ella era la asesina.

El rostro del viejo se iluminó.

– Espera… Tal vez… El bicho ese que te había tomado tanto cariño, el omaá… ¿no me contaste que lo llevaste al circo con la violinista? ¿No podrías quedarte allí un par de días?

– Pero apenas conozco a Maio y a Mirari… ¿Por qué se iban a fiar de mí? Pensarán que maté a…

Y entonces se dio cuenta. No, no lo pensarían, porque Maio sabría que ella era inocente. Merecía la pena probar.

– Buena idea, Yiannis. Voy a intentarlo.

Y mientras Lizard conducía hacia el circo, Bruna se relajó y se dejó caer dentro de un sueño atormentado.

Estaba boca arriba en la cama y la oscuridad se apretaba en torno a ella, pesada como una manta húmeda. Bruna acababa de despertarse y tenía miedo. Pero lo que la amedrentaba no era que quisieran matarla, ni que le hubieran metido una mema de sal en el cerebro o que alguien la hubiera escogido para ser el chivo expiatorio de una trama siniestra. A fin de cuentas ésos eran peligros auténticos, amenazas concretas ante las que podía intentar defenderse. En casos así, el corazón bombeaba y el cerebro se inundaba de adrenalina. Había algo enormemente excitante en el peligro real. Una exuberante reafirmación de vida.

No. El miedo que Bruna experimentaba ahora era distinto. Era un terror oscuro e infantil. Una desolación de muerte. Era el mismo miedo que padecía por las noches, siendo pequeña, cuando el horror de las cosas se arrastraba como un monstruo viscoso a los pies de su cama, entre las tinieblas. Por todas las malditas especies, se desesperó la rep: ¡pero si nunca había sido pequeña, si nunca había existido nada de eso! No era más que un recuerdo falso, la memoria de otro. De pronto una idea cegadora y desnuda se encendió en su cabeza: probablemente Pablo Nopal había vivido todo eso de verdad. Por eso ese netsuke tan extravagantemente caro: era el collar de su madre. Por eso la emoción y la autenticidad con que Nopal describió las escenas cuando sacó a la androide del delirio. En un vertiginoso instante, Bruna percibió que el memorista estaba dentro de ella convertido en un niño asustado; y sintió asco, y al mismo tiempo una indecible ternura. No quería volver a ver a Pablo Nopal nunca más. Mentira, sí que quería, más aún, necesitaba verle, necesitaba preguntarle sobre la madre, sobre el padre, sobre la infancia, quería saber más cosas, más detalles, tenía hambre de más vida. Qué fascinación y qué pesadilla.

Cuatro años, tres meses y once días. En realidad, ya diez, porque eran las 12:41. La madrugada del 1 de febrero.

La vida era una historia que siempre acababa mal.

Respiró pausadamente durante algunos minutos, intentando aliviar el estrujón de angustia. Pensó en Merlín y se cobijó en su recuerdo, éste sí verdadero, éste sí precioso y único, el recuerdo vivido y compartido de su sabiduría y de su coraje. «Hay un momento para cada cosa bajo el sol: un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse», dijo su amante pocos días antes de fallecer, muy débil ya pero con la voz clara y tranquila. A Merlín siempre le gustó ese fragmento del Eclesiastés. Palabras bellas para ordenar las sombras y para serenar siquiera por un instante la furiosa tempestad del dolor. Ahora, al revivir esa escena, Bruna también experimentaba un pequeño consuelo, como si la pena se colocara obedientemente en su sitio.

La detective se encontraba en el camerino de Mirari, en el camastro situado detrás del biombo. Maio dormía ahí junto a Bartolo, pero le habían cedido el lugar. La puerta estaba cerrada con llave y el cuarto carecía de ventanas: la rep se sentía como en el interior de una caja fuerte. Tanto el omaá como la violinista habían reaccionado extraordinariamente bien, ofreciendo su apoyo sin preguntas. Claro que Maio no necesitaba preguntarle nada. Volvió a mirar la hora: 12:48. La última función tardaría unos veinte minutos en terminar y luego Maio y Mirari vendrían al camerino. Bruna se encontraba mejor y tenía hambre. Pero no quería encender la luz y accionar el dispensador de comida. No quería armar tanto barullo y delatarse. Esperaría a que ellos regresaran.

El bip de su móvil sonó atronador en mitad del silencio de la noche y la rep se apresuró a callarlo. Era Habib.

– Por el gran Morlay, Husky… -suspiró el rep-. Menos mal que te encuentro…

– Habib, no he hecho nada de eso que dicen.

– Claro, siempre he estado seguro de que no eras culpable… pero pensé que podrían haberte metido una de esas memas asesinas, como hicieron con Chi… ¿Te implantaron una, Husky? ¿Estás bien?

Bruna le explicó brevemente la situación.

– Pero ya me encuentro mucho mejor.

– Pues no tienes buen aspecto. Aunque apenas puedo verte… Estás en un sitio muy oscuro.

– Estoy en…

Habib puso cara de susto y la interrumpió.

– ¡No me lo digas! ¡No me lo digas! ¡No quiero saber dónde te escondes! Es más seguro para todos. ¡Imagínate que me cogen y me hacen lo que le hicieron a Hericio! ¡Lo contaría todo!

La rep le miró un poco desconcertada. Habib parecía descompuesto.

– Vale. Está bien. Tienes razón.

El androide hizo un esfuerzo por serenarse.

– Perdona. Todo es tan terrible que… Tengo los nervios destrozados. Mañana estoy citado con Chem Conés, y tres horas después con la delegada del Gobierno Terrestre. Voy a explicarles nuestra visión de las cosas. Les diré por qué pensamos que se trata de una conspiración contra los reps, y les pediré que pongan fin a esta locura. También hablaré de lo tuyo. ¿Puedo contar todo lo que me has dicho?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lágrimas en la lluvia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lágrimas en la lluvia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Burkhard Driest - Lluvia Roja
Burkhard Driest
libcat.ru: книга без обложки
Rosa Montero
libcat.ru: книга без обложки
Rosa Montero
libcat.ru: книга без обложки
Rosa Montero
Rosa Montero - Bella y oscura
Rosa Montero
libcat.ru: книга без обложки
Rosa Montero
Varios autores - Lágrimas de esperanza
Varios autores
Isaac León Frías - Más allá de las lágrimas
Isaac León Frías
Gladys Liliana Abilar - Las lágrimas de Tánato
Gladys Liliana Abilar
Отзывы о книге «Lágrimas en la lluvia»

Обсуждение, отзывы о книге «Lágrimas en la lluvia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x