Mijail Shólojov - Lucharon Por La Patria
Здесь есть возможность читать онлайн «Mijail Shólojov - Lucharon Por La Patria» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Lucharon Por La Patria
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Lucharon Por La Patria: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lucharon Por La Patria»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Lucharon Por La Patria — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lucharon Por La Patria», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
– Claro que comprendo -afirmó resuelto Nekrasov admirando la cultura del cabo primero, que antes no había descubierto debido a los avatares de la guerra.
– Por ejemplo, en la antigüedad vivió un general famoso, Alejandro… Alejandro… ¡Ay, maldita memoria! De repente no me acuerdo de un apellido… La memoria de un viejo es como un cacharro viejo. Alejandro…
– ¿Suvorov? -preguntó Nekrasov tímidamente.
– Nada de Suvorov, Alejandro Makedonskov. ¡Ese era su apellido! ¡Me ha costado acordarme, con este ajetreo del diablo! Vivió bastante antes que Suvorov, en tiempos del zar Goroj, cuando aún había poca gente. Pues bien, el caso es que este Alejandro combatía de la siguiente manera: ¡uno y dos, jaque mate! Su precepto principal ante el enemigo era: «Llegué, vi y hollé.» Y dejaba tales huellas el muy hijo de perra que el enemigo al cabo de cien años aún no se había recuperado. ¡Y a cuántos atizó! Pudo con los alemanes, con los franceses, con los suecos y hasta con algunos italianos. Sólo se estrelló contra Rusia, donde no pudo hacer nada, y por ello tuvo que retroceder. ¡Le venía grande Rusia!
– ¿De qué nacionalidad era? -preguntó Nekrasov francamente interesado.
– ¿Quién? ¿Alejandro? – La pregunta inesperada dejó atónito al cabo primero, que durante unos segundos se estuvo atusando el bigote, con la frente fruncida y musitando-: ¡ Ah, maldita memoria! A un hombre de edad le ocurre como a un caballo viejo: le llaman por su nombre y ni siquiera mueve la cola; se le olvidan hasta los nombres… -El cabo primero se quedó un rato pensativo y en silencio, luego dijo, con decisión-: Supongo que tendría su propia nacionalidad.
– ¿Cómo que su propia nacionalidad? -preguntó Nekrasov, admirado por la respuesta.
– Pues eso, que tenía la suya, simplemente. Su propia nacionalidad y se acabó. ¿Está claro? Así lo explica la historia antigua. Tuvo su propia nacionalidad, y luego todo se fue al demonio y no quedó ni para simiente. Bueno, pero no tiene importancia. Lopajin y yo hemos recordado a ese Alejandro a causa de la actual circunstancia. Le he dicho: «Muchacho, no te vayas a quemar con esa mujer, no nos hagas una jugarreta con los alimentos.» Y el hijo de perra sonríe y dice: «Tengo la misma costumbre que Alejandro Makedonskov: "Llegué, vi y hollé".» «Bueno -le digo- quiera Dios que nuestro ternero siga vivo. Ve y actúa, gánate a esa mujer de manera que al final se desprenda, al menos, de una oveja. ¡Que no sea menos!» Prometió cumplir su palabra y por lo visto la cosa le va bien. ¿Has oído cómo le habla? Le ha dicho: «Piotr Fedotovich, déme un cubo.» En primer lugar, se ha dirigido a él llamándole por su patronímico, y en segundo lugar le ha tratado de usted. Esto significa algo, ¿no es verdad?
– Claro, tienes razón -confirmó Nekrasov satisfecho -. Y no estaría mal que pudiéramos comernos unos schi frescos con cordero lechal. La patrona tiene en su granja unos corderitos muy buenos. Especialmente hay uno ya crecido, que debe de tener casi cuatro kilos de grasa. Si la patrona se desprende de un animal, sólo tenemos que hacer la matanza y… ¡a comer! Antes me he quedado sorprendido al ver a ese animal cuando volvía de pastar.
– El borstch de cordero queda muy sabroso cuando se guisa con coles tiernas -comentó meditabundo el cabo primero.
– La col debe ser tierna, mientras que la patata ha de ser vieja para poder hacer un buen borstch – dijo animadamente Nekrasov-. La patata nueva no sirve para cocerla.
– Se le puede echar patata vieja -consideró el cabo primero-. Y tampoco quedaría mal con un poco de cebolla frita…
Vasili Jmys, que se había acercado sin que ellos lo advirtieran, dijo soñadoramente:
– Antes de la guerra mi madre siempre que hacía borstch iba al mercado y compraba riñones. ¡Para el borstch son buenísimos los riñones de cordero! ¡Y si se le echa hinojo, toda la casa despide un aroma delicioso!
– El hinojo es demasiado fino. Lo importante es que la col y los tomates estén maduros. ¡En eso consiste la verdadera gracia! -dijo el cabo primero, convencido.
– La zanahoria tampoco le va mal -exclamó Nekrasov con aire soñador.
El cabo primero estaba a punto de añadir algo pero de repente escupió y exclamó con rabia:
– ¡Bueno! ¡Se acabó la charla! ¡Vamos a limpiar las armas! Luego pasaré revista minuciosamente. Se empiezan charlas estúpidas y cuando uno las escucha, se le revuelven las tripas…
23
Casi toda la tropa se preparó para el descanso junto al granero, en el patio. La patrona dispuso para sí una cama en la cocina. En otra habitación separada se tendieron en el suelo Streltsof, Lopajin, Jmys, Kopytovski, el cabo primero y otros cuatro soldados. El soldado de cuello alargado a quien apodaban Pescacangrejos y Jmys se quedaron charlando en voz baja largo rato. Kopytovski consiguió cazar una pulga soltando palabrotas entre dientes. Lopajin, silencioso, se fumó dos cigarrillos. Un rato después le dijo en voz baja el cabo primero:
– ¿Duermes, Lopajin? -No.
– ¡Intenta no dormirte!
– ¡Tú no te preocupes!
– Tienes que animarte y tener fuerza, te conviene un poco de vodka. ¿Dónde demonios podríamos conseguirla? Lopajin dijo riéndose en la penumbra:
– No me hace falta la vodka.
Se levantó y se estiró desperezándose; le crujieron los huesos.
– ¿Ya te vas? -inquirió en voz baja el cabo primero.
– ¿ Por qué había de perder aquí el tiempo? – repuso Lopajin con tono de voz normal.
– ¡Que la suerte te acompañe! -dijo con ánimo el camarada Pescacangrejos.
Lopajin no repuso; en la oscuridad se dirigió de puntillas al zaguán.
– Dentro de la casa dormimos los más hambrientos; el resto está en el patio -dijo Jmys a media voz, y bostezando como con descuido se tapó la boca con la mano.
– ¿Cómo dices? -preguntó sorprendido Kopytovski.
– ¡No pasará! ¡No pasará! -exclamó Jmys con la voz temblorosa por la risa.
En aquel momento Akimov, tirador del tercer batallón, hombre bilioso y amargado, que antes de la guerra había trabajado como contable en una gran empresa constructora de Siberia, dijo:
– Le ruego, camarada Jmys, que tenga mucho cuidado con las palabras que emplea y que son sagradas para la humanidad. Por lo que he podido saber, usted recibió la segunda enseñanza, es un intelectual, pero sus maneras de expresarse son descuidadas, emplea las palabras con demasiada ligereza.
– ¡No pasará! -exclamó otra vez el joven Jmys sin poder contener la risa.
– ¿Por qué graznas, pajarraco? -preguntó indignado Pesca-cangrejos-. ¡No pasará, no pasará, pero va avanzando lentamente! ¿No oyes cómo cruje el suelo? Sin embargo, tú continuas con el «no pasará». ¡Y tanto que pasará! ¡Y muy fácilmente!
Kopytovski avisó:
– ¡Más bajo! Aquí lo importante es roncar y callar.
– Yo creo que sobran los ronquidos.
– Lo más importante es el camuflaje y el silencio. Si el hambre no te deja dormir, haz como que duermes.
– ¿Qué camuflaje si a mime cantan las tripas de tal modo que se oye desde la calle? -gritó enfurecido Pescacangrejos -. ¡Vaya con los explotadores! ¡Malditos campesinos enriquecidos! ¿Cómo es posible que no den de comer a los soldados? ¿ Cómo es eso? En la región de Smolensk yo he visto a una mujer dar a un soldado sus últimas patatas. ¡Pero estas mujeres no te darían ni un puñado de nieve en pleno invierno! Seguro que es un koljós formado por antiguos kulaks… Y a ése, qué le ocurre? ¿Anda o no anda? No se le oye.
– ¡Ha llegado a la posición de salida, pero seguramente no pasará! -exclamó Jmys entre risotadas.
– A usted, joven, la atmósfera del frente le ha perturbado gravemente. Por lo que se ve, es un hombre incorregible -dijo Akimov indignado.
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Lucharon Por La Patria»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lucharon Por La Patria» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Lucharon Por La Patria» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.