Alan Glynn - Sin límites

Здесь есть возможность читать онлайн «Alan Glynn - Sin límites» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Sin límites: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sin límites»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La vida de Eddie Spinola toma un inesperado giro cuando prueba el MDT-48, una droga sintética desarrollada por un misterioso laboratorio. Sus efectos le permitirán experimentar una inusitada actividad intelectual y física que lo llevarán a alcanzar el éxito con el que siempre soñó. Sin embargo, al mismo tiempo que comienza a vivir en un mundo de lujos exorbitantes y multimillonarias transacciones, Spinola padece los nefastos efectos secundarios de la droga y un terrible síndrome de abstinencia cuando empiezan a escasear sus suministros del fármaco. La búsqueda por conseguir nuevamente las dosis y evitar su propia muerte, lo conduce a rastrear el pasado del MDT-48 y a verse envuelto en una intensa trama de oscuros experimentos científicos y una difusa cadena de asesinatos. Este es, sin duda, un apasionante y cinematográfico thriller que dejará sin aliento a todos los lectores.

Sin límites — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sin límites», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Había sido una jornada relativamente lenta para mí -al menos en cuanto a la actividad mental y la cantidad de trabajo que había llevado a cabo-, así que cuando llegué a casa me sentía bastante inquieto, incluso un poco enloquecido. Incapaz de dormir aquella noche, me quedé en el sofá del comedor viendo la televisión y leyendo. Con películas, concursos y anuncios como telón de fondo, leí la sección de economía de la prensa diaria, una biografía de Warren Buffet y todo el texto, pies de foto, anuncios, cabecera y créditos de las fotografías de unas seis revistas de negocios.

El martes durante mi segunda mañana en Lafayette, pasé un buen rato curioseando las diversas páginas web dedicadas a las finanzas. A la postre abrí más de una docena de posiciones importantes, 80.000 acciones en total, y me concentré en realizar un seguimiento exhaustivo.

Hacia las once y media noté cierta conmoción a mi izquierda. Unas mesas más allá, tres muchachos con gorra de béisbol, que parecían trabajar en estrecha colaboración, empezaron a soltar puñetazos al aire y a susurrarse «sí» unos a otros. El chivatazo tardó unos minutos en filtrarse. Jay, el corredor que estaba sentado a mi lado, se apartó de la pantalla unos momentos y se volvió hacia mí.

– Creo que acaba de trascender algo sobre unas acciones de biotecnología.

Jay se encogió de hombros y retomó sus quehaceres, pero el tipo que se encontraba junto a él movió su silla y se dirigió a mí como si nos conociéramos desde el instituto.

– Es un descubrimiento médico. Todavía no lo han anunciado. MEDX. Eso es Mediflux Inc., una empresa farmacéutica de Florida, ¿no? Al parecer están desarrollando una proteína contra el cáncer. Los investigadores de la National Cancer Research Foundation están entusiasmados.

– ¿Y?

Me miró como diciendo: «¿Eres idiota?». Luego, con una pausa cargada de incertidumbre, exhortó: -¡Compra Mediflux!

Vi que Jay ya lo estaba haciendo. Asentí al otro tipo y volví a concentrarme en mi pantalla para ver qué información había sobre aquella compañía farmacéutica, Mediflux Inc. En aquel momento se vendía a 43 1/3, en contraste con un precio de salida de 37 3/4. Todo el mundo daba por sentado que aquella tendencia al alza continuaría, y todo el mundo -al menos, todos los que me rodeaban- parecía estar comprando Mediflux ciñéndose a ese criterio. Estudié un rato su información básica -ganancias históricas, potencial de crecimiento, ese tipo de cosas- y, mientras lo hacía, Jay me dio un suave golpe con el codo y preguntó:

– ¿Cuánto has comprado?

Lo miré y, antes de contestar, repasé mentalmente lo que acababa de leer acerca de Mediflux.

– Nada. De hecho, voy a vender en descubierto. Esto significaba que, en contra de la idea que imperaba en la sala, yo esperaba que el precio de las acciones de Mediflux cayera. Mientras todos andaban enfrascados en sus compras, yo pediría prestadas acciones de Mediflux a mi corredor. Luego las vendería, después de haberme comprometido a recomprarlas a un precio considerablemente inferior, o eso esperaba. Cuanto menor fuera el precio, por supuesto, mayores beneficios me embolsaría.

– ¿Vas a vender en descubierto?

Lo dijo en voz alta, y cuando la palabra «descubierto» recorrió las mesas como un dolor agudo en el nervio ciático, noté que la tensión inundaba la estancia. Hubo un breve silencio y todos empezaron a hablar a la vez, estudiando sus pantallas y mirando en dirección a mi mesa. En los dos minutos que siguieron, la tensión de la sala fue a más cuando la facción original de Mediflux se reagrupó y empezó a hacer comentarios dirigidos a mi persona.

– Lo siento por ti, viejo.

– ¡Demanda de margen adicional!

– Perdedor.

Hice caso omiso de esas pullas y me dediqué a ejecutar mi estrategia de venta en descubierto con Mediflux y a ocuparme de mis otras posiciones. Durante un rato, el precio de las acciones de Mediflux continuó su ascenso hasta llegar a 51 puntos, pero luego pareció estabilizarse. Jay me dio otro codazo y se encogió de hombros, como diciendo: «Cuéntamelo. ¿Por qué lo has vendido?».

– Porque es puro bombo -respondí-. ¿Ahora resulta que un par de ratones con cáncer en algún laboratorio se incorporan en la cama, piden un té y de repente nos da a todos la fiebre compradora? -Meneé la cabeza-. ¿Y cuándo tendrá aplicación comercial esa nueva proteína que están desarrollando? ¿Dentro de cinco años? ¿Diez?

De repente, Jay parecía preocupado, refugiado en sí mismo.

– Además -dije, señalando a la pantalla-, Eiben-Chemcorp se retiró de un acuerdo de adquisición de Medillux hace seis meses y nunca dio explicaciones. ¿Es que nadie se acuerda de eso?

Vi que procesaba rápidamente la información.

– Esto no se sostiene por ningún lado, Jay.

En ese momento se volvió hacia su compañero y empezó a susurrar. Cuando mi análisis llegó a todos los demás corredores, oscuras nubes de incertidumbre se cernieron sobre la sala.

Por el murmullo y el rumor de teclas que siguió, era obvio que estaban surgiendo dos campos; algunos corredores intentaban retener sus acciones, mientras que otros iban a seguir mi ejemplo y vender Mediflux. Jay y el hombre que estaba sentado a su lado reservaron sus posiciones. Los muchachos de las gorras de béisbol hicieron lo propio, pero se abstuvieron de comentar nada, al menos en voz alta. Yo seguí amarrado a mi terminal, actuando con discreción, aunque la atmósfera era tensa y tenía la sensación de que, en el ecosistema de la sala, era un intruso que trataba de hacerse con el poder. No era esa mi intención, claro está, pero lo cierto es que estaba convencido de que MEDX era un fraude, y se demostraría.

A última hora de la tarde, tal como había pronosticado, las acciones se desplomaron. Empezaron a caer hacia las tres y cuarto para consternación de unos dos tercios de los allí presentes. MEDX cerró a 17 1/2puntos, una caída de 36 1/2puntos con respecto a los 54 que había alcanzado horas antes en su momento de máxima cotización.

Al cierre, oí unos aplausos que provenían de un pequeño grupo que se sentaba a la mesa que había justo enfrente de la mía. Luego se acercaron para presentarse, y me di cuenta de que, junto con Jay y uno o dos más, había formado mi propio grupo. No sólo se alegraban de haber seguido mi consejo, sino que, al parecer, me consideraban un corredor con agallas. Había vendido en descubierto cinco mil acciones de MEDX y había ganado más de 180.000 dólares. Eso superaba lo que la mayoría esperaba ganar en un año, y les encantaba. Les gustaba que consintiera el riesgo, les encantaba que hubiese confirmado que se podía ganar mucha pasta.

Uno de los tres jóvenes tocados con gorras de béisbol me hizo un gesto con la cabeza desde el otro lado de la sala, un ademán que, según creo, indicaba que reconocía su derrota, pero se marchó rápidamente con los otros dos y no tuve la oportunidad de decirle -de manera magnánima o, quizá, condescendiente- que habían sido ellos quienes habían descubierto aquellas acciones. A pesar de todo, rehusé ir a tomar una copa con nadie, pero me quedé allí un buen rato, charlando e intentando averiguar lo máximo que pudiera sobre el funcionamiento de empresas como aquélla.

En mi tercera mañana en Lafayette fui el centro de atención. Pero también era innegable que me estaban sometiendo a juicio. ¿Era flor de un día -estoy seguro de que pensaban todos- o en realidad sabía qué diablos estaba haciendo?

Sin embargo, mi período de prueba duró sólo unas horas. Como había ocurrido el día anterior, no tardó en presentarse una posición con JKLS, una empresa de almacenamiento de datos, y susurré a Jay que estaba a punto de iniciar la cobertura de las acciones a su precio actual con una venta en descubierto inmediata. Jay, que había asumido calladamente el papel de segundo al mando, transmitió la información a la mesa siguiente, y en menos de un minuto toda la sala parecía estar vendiendo en descubierto las acciones de JKLS. En el transcurso de la mañana di algún consejo más, que siguieron algunos, pero no todos. No obstante, a primera hora de la tarde, cuando el precio de JKLS empezó a caer rápidamente y el rumor fue in crescendo , se produjo una rápida reevaluación de mis otros chivatazos y los escépticos se unieron.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sin límites»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sin límites» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sin límites»

Обсуждение, отзывы о книге «Sin límites» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x