Kazuo Ishiguro - Los inconsolables

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Los inconsolables» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los inconsolables: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los inconsolables»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de Europa central. Sus habitantes adoran la música y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar y que los habitantes de aquella ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. "Los inconsolables" es una obra inclasificable, enigmática, de un discurrir fascinante, colmada de pequeñas narraciones que se adentran en el laberinto de la narración principal, en una escritura onírica y naturalista a un tiempo, y cuentan una historia de guerras del pasado, exilios y crueldades, relaciones imposibles entre padres e hijos, maridos y mujeres, ciudades y artistas. Una obra que ha hecho evocar "El hombre sin atributos" de Musil.

Los inconsolables — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los inconsolables», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La señorita Collins se protegió los ojos con la mano y miró hacia el fondo del jardín. Luego siguió paseando despacio, y dijo:

– Es bonito recordar ciertas cosas. Pero no podemos vivir en el pasado.

– Pero lo recuerdas, ¿no? -dijo Brodsky-. ¿Recuerdas al renacuajo y la librería? ¿Recuerdas también lo del armario? ¿La puerta que se vino abajo? Seguro que lo recuerdas como yo.

– Algunas cosas las recuerdo, y otras se me han olvidado. -Su voz se había vuelto cautelosa-. Algunas cosas, aunque sean de aquel tiempo, es preferible haberlas olvidado.

Brodsky pareció meditar sobre ello. Y al final dijo:

– Tal vez tengas razón. El pasado está lleno de cosas, de demasiadas cosas. Me avergüenzo, sabes que me avergüenzo, así que dejémoslo. Dejemos el pasado. Escojamos un animal.

La señorita Collins siguió paseando, ahora unos pasos por delante de su acompañante. Luego se detuvo de nuevo, y se volvió hacia él.

– Me reuniré contigo en el cementerio, si eso es lo que quieres. Pero no debes dar a esa cita ningún significado. No quiere decir que esté de acuerdo con lo del animal, o con ninguna otra cosa. Pero veo que te preocupa el acto de esta noche, y que deseas hablar con alguien de la inquietud que sientes.

– Estos últimos meses… He visto las orejas al lobo, pero he seguido adelante. He aguantado y me he preparado. Pero de nada servirá si tú no vuelves.

– A lo único que me comprometo es a verte esta tarde durante un rato. Media hora, quizá.

– Pero dime que lo pensarás. Dime que lo pensarás antes de vernos. Piensa en ello. En lo del animal, en todo lo demás…

La señorita Collins apartó la mirada y se quedó contemplando otro arbusto durante largo rato. Y finalmente dijo:

– Está bien. Lo pensaré.

– Hazte cargo de lo que ha supuesto para mí. Lo duro que ha sido. A veces era tan horrible que quería morirme, que quería que todo terminara, pero seguí porque esta vez podía ver una salida. Volvía a ser director de orquesta. Y tú volvías conmigo. Todo sería como entonces, mejor incluso. Pero a veces era espantoso, era el delirio, ya no podía aguantar más. No hemos tenido hijos. Tengamos un animal.

La señorita Collins reanudó el paseo, y esta vez Brodsky se mantuvo a su lado, mirándola gravemente a la cara mientras caminaba. La señorita Collins parecía a punto de volver a hablar, pero en aquel preciso instante Parkhurst dijo de pronto a mi espalda:

– Nunca me uno a ellos, ¿sabes? Me refiero a cuando empiezan a jalearme y todo eso. Ni siquiera me río, ni siquiera sonrío. No participo en absoluto. Puede que pienses que lo digo sólo de palabra, pero es cierto. Me dan asco, me da asco cómo se comportan. ¡Y esa especie de rebuzno! ¡En cuanto aparezco por la puerta, se ponen a emitir ese rebuzno! No me conceden ni un minuto, ni siquiera eso, ni siquiera me conceden sesenta segundos para demostrarles que he cambiado. «¡Parkers! ¡Parkers!» Oh, qué asco me dan…

– Mira -dije, súbitamente impaciente con él-, si te molestan tanto, ¿por qué no se lo dices a la cara? ¿La próxima vez por qué no te enfrentas a ellos? Diles que dejen de emitir ese rebuzno. Y pregúntales por qué, por qué me odian tanto, tanto… Por qué les ofende tanto mi éxito. ¡Sí, pregúntaselo! O mejor, para mayor impacto, ¿por qué no se lo preguntas en la mitad de alguna de tus payasadas? Sí, en la mitad de una de tus parodias, cuando estés poniendo esas voces chistosas y esas caras… Cuando estén todos riendo y dándote palmadas en la espalda, encantados de que no hayas cambiado ni un ápice… Sí, hazlo entonces… Pregúntales de repente: «¿Por qué? ¿Por qué el éxito de Ryder os resulta tan provocador?» Eso es lo que debes hacer. Y no sólo me harás un favor a mí; servirá también para demostrarles a esos necios, de una elegante tacada, que hay, que siempre ha habido otra persona mucho más profunda detrás de tu exterior de payaso. Alguien que ni se deja manipular fácilmente ni es amigo de componendas. Si yo fuera tú, haría eso.

– ¡Eso está muy bien! -gritó, iracundo, Parkhurst-. ¡Para ti es muy fácil decir eso! No tienes nada que perder: ¡a ti ya te odian! Pero son mis amigos más antiguos. Cuando estoy aquí, rodeado de todos estos europeos continentales, la mayor parte del tiempo estoy bien. Pero de cuando en cuando me sucede algo, algo desagradable, y entonces me digo: «¿Y qué? ¿Qué diablos me importa? Estas gentes, para mí, no son más que extranjeros. En mi país tengo buenos amigos. No tengo más que volver; me recibirán con los brazos abiertos.» Es fantástico que ahora me vengas con brillantes consejos como ése. Y la verdad, ahora que lo pienso, es muy posible que no todo te dé tan igual como dices. No veo por qué tienes que sentirte tan satisfecho de ti mismo. Tú, lo mismo que yo, no puedes permitirte el lujo de olvidar a tus viejos amigos. Tienen mucha razón, ¿sabes?, en algunas de las cosas que dicen. Estás totalmente satisfecho de ti mismo y algún día pagarás por ello. ¡Y sólo porque te has hecho famoso! «¿Por qué no te enfrentas a ellos?», me dices. ¡Qué arrogancia!

Parkhurst continuó su parlamento durante unos minutos más, pero yo había dejado de escucharle. Porque su mención de mi «satisfacción de mí mismo» había pulsado algo en mi interior que me había hecho recordar de pronto que mis padres estaban a punto de llegar a la ciudad. Y en aquel preciso momento, en la salita de la señorita Collins, con un pánico glacial y casi tangible, caí en la cuenta de que no había preparado en absoluto la pieza que debía interpretar ante ellos aquella noche. En efecto, llevaba ya varios días, quizá varias semanas sin tocar el piano. Y allí estaba, a sólo unas horas de una actuación de suma importancia, sin haber hecho siquiera los preparativos necesarios para ensayar un poco. Cuanto más pensaba en mi situación, más alarmante se me antojaba. Vi que me había preocupado demasiado por la alocución que debía dirigir a los ciudadanos, y que de algún modo, inconcebiblemente, había descuidado el elemento primordial: la interpretación de la pieza. De hecho, por espacio de unos instantes, no logré recordar la pieza que había decidido interpretar. ¿Era Globestructures: Option II, de Yamanaka? ¿O Asbestos and Fibre , de Mullery? Cuando pensé en ellas, ambas piezas fluctuaron en mi mente como algo inquietantemente nebuloso. En cada una de ellas, recordé, había partes de gran complejidad, pero cuando traté de pensar más detenidamente en tales fragmentos comprobé que apenas lograba recordar nada. Y mientras tanto mis padres, según mis noticias, se hallaban ya en la ciudad. Comprendí que no tenía ni un segundo que perder, que fueran cuales fueren las otras exigencias, lo primero que debía hacer era asegurarme como mínimo dos horas de quietud e intimidad ante un buen piano.

Parkhurst seguía hablando con vehemencia.

– Mira, lo siento -dije, dirigiéndome hacia la puerta-. Tengo que irme inmediatamente.

Parkhurst se puso en pie dando un respingo, y ahora su voz adoptó un tono de súplica.

– No les sigo la corriente, ¿sabes? Oh, no, no participo en absoluto. -Vino hacia mí e hizo ademán de agarrarme del brazo-. Ni siquiera sonrío. Me da asco, esa forma que tienen de meterse contigo…

– Está bien, te lo agradezco -dije, alejándome de él-. Pero me tengo que ir ahora mismo.

Salí del apartamento de la señorita Collins y me alejé apresuradamente calle abajo, incapaz de pensar en otra cosa que en la necesidad de volver al hotel para sentarme al piano. De hecho estaba tan preocupado que no sólo no miré hacia la pequeña verja de hierro al pasar, sino que ni siquiera vi a Brodsky ante mí en la acera hasta que prácticamente me topé con él. Brodsky inclinó ligeramente la cabeza y me saludó con perfecta calma, como si llevara ya algún tiempo observando cómo me acercaba.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los inconsolables»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los inconsolables» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los inconsolables»

Обсуждение, отзывы о книге «Los inconsolables» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x