Kazuo Ishiguro - Los inconsolables

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Los inconsolables» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Los inconsolables: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Los inconsolables»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ryder, un famoso pianista, llega a una ciudad de provincias en algún lugar de Europa central. Sus habitantes adoran la música y creen haber descubierto que quienes antes satisfacían esta pasión eran impostores. Ryder es recibido como el salvador y en un concierto apoteósico, para el que todos se están preparando, deberá reconducirlos por el camino del arte y la verdad. Pero el pianista descubrirá muy pronto que de un salvador siempre se espera mucho más de lo que puede dar y que los habitantes de aquella ciudad esconden oscuras culpas, antiguas heridas jamás cerradas, y también demandas insaciables. "Los inconsolables" es una obra inclasificable, enigmática, de un discurrir fascinante, colmada de pequeñas narraciones que se adentran en el laberinto de la narración principal, en una escritura onírica y naturalista a un tiempo, y cuentan una historia de guerras del pasado, exilios y crueldades, relaciones imposibles entre padres e hijos, maridos y mujeres, ciudades y artistas. Una obra que ha hecho evocar "El hombre sin atributos" de Musil.

Los inconsolables — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Los inconsolables», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– La que me han aconsejado. La gente que me está ayudando. Voy a volver a ser director de orquesta. Tengo que vestir de forma que la gente me vea como tal.

– Por poco se lo digo ayer en el zoo. ¡Qué abrigo gris más ridículo! ¿Quién le aconsejó que se lo pusiera? ¿El señor Hoffman? La verdad, debería usted tener un poco más de sentido de la propia apariencia. Esa gente le está vistiendo como a un muñeco, y usted se lo permite. ¡Y ahora mírese! Este ridículo traje. ¿Se cree que le da cierto aire artístico?

Brodsky echó un vistazo a su atuendo con una expresión dolida en el semblante. Luego alzó la mirada y dijo:

– Usted es una mujer anciana. No tiene ni idea de la moda actual.

– Es una prerrogativa de los viejos deplorar el modo de vestir de los jóvenes. Pero considero absolutamente ridículo el que precisamente usted se vista de ese modo. La verdad, no le va, no es en absoluto su estilo. Con toda franqueza, creo que la ciudad preferiría que siguiera vistiéndose como hace unos meses. Es decir, con aquellos elegantes harapos.

– No se ría de mí. Ya no soy así. Puede que pronto vuelva a ser director de orquesta. Mi ropa de ahora es ésta. Cuando me vi con ella, pensé que me sentaba bien. Olvida usted que en Varsovia vestía así. Corbata de lazo, como ésta. Se olvida usted de eso.

A los ojos de la señorita Collins asomó fugazmente un destello de tristeza. Y luego dijo:

– Claro que me olvido de eso. ¿Por qué habría de recordar algo semejante? Ha habido tantas cosas intensas y dignas de recordarse desde entonces…

– Ese vestido que lleva… -dijo Brodsky de pronto-. Es bueno. Muy elegante. Pero los zapatos son tan lamentables como siempre, un auténtico desastre. Jamás quiso admitirlo, pero tiene usted los tobillos gruesos. En una mujer tan delgada, fueron siempre unos tobillos voluminosos. Y ahora también, míreselos.

Señaló con un gesto los pies de la señorita Collins.

– No sea usted infantil. ¿Cree que es como en aquellos días de Varsovia en que, con sólo un comentario de ese tipo, podía hacer que minutos antes de salir me cambiara de ropa de pies a cabeza? ¡Qué manera de vivir en el pasado, señor Brodsky! ¿Cree que me importa lo más mínimo lo que pueda pensar de mi calzado? ¿Y cree que no me doy cuenta ahora de que aquello no era sino una treta? ¿El dejar precisamente para el último momento su crítica a mi atuendo? Y, claro, en aquel tiempo me cambiaba de pies a cabeza, y salía con cualquier cosa que me ponía apresuradamente en el último segundo. Y luego, en el coche, o quizá en la sala de conciertos, me daba cuenta de que mi sombra de ojos no iba con el color del vestido que me había puesto, o de que el collar casaba pésimamente con los zapatos. Y esas cosas eran tan importantes para mí en aquel tiempo… ¡La mujer del director de orquesta! Era muy importante para mí, y usted lo sabía. ¿Se cree que hoy no me doy cuenta de lo que pretendía hacer? Me miraba y me decía: «Estupendo, estupendo, muy bonito…», y seguía diciéndolo hasta unos minutos antes de salir. Sí, y entonces me decía algo semejante a lo que me acaba de decir: «¡Esos zapatos son un desastre!» ¡Como si entendiera usted algo de zapatos! Como si pudiera saber algo de la moda actual, cuando se ha pasado borracho las últimas dos décadas.

– Sin embargo -dijo Brodsky, ahora con un atisbo de autoridad en su expresión-, sin embargo, lo que digo es verdad. Esos zapatos hacen que la parte inferior de su figura parezca desproporcionada. Es la verdad.

– ¡Mire ese ridículo traje! Un modelo italiano, sin duda. El tipo de traje que se pondría un joven bailarín de ballet. ¿Y piensa usted que va a ayudarle a ganar credibilidad a ojos de la gente de esta ciudad?

– Qué zapatos más absurdos. Parece usted uno de esos soldaditos de juguete que necesitan una base para no caerse.

– ¡Ya es hora de que se vaya! ¿Cómo se atreve a irrumpir así en mi casa y a fastidiarme la mañana? La joven pareja de ahí dentro está desolada, necesita mi consejo más que nunca…, y usted viene a importunarnos. Ésta es nuestra última conversación. Fue un error verme con usted ayer en el zoo…

– En el cementerio -dijo Brodsky, con un súbito timbre de desesperación en el tono-. Debe usted reunirse conmigo, esta tarde. No pensé en los muertos, lo admito. No pensé en ellos. Pero ya se lo he explicado. Tenemos que hablar antes de…, antes de esta noche. Porque si no, ¿cómo podría…? ¿Cómo podría hacerlo? ¿Es que no ve lo importante que es esta noche? Tenemos que hablar, tiene usted que reunirse conmigo en…

– Mire -intervino Parkhurst, dando un paso hacia adelante y dirigiendo a Brodsky una mirada airada-. Ya ha oído lo que le ha dicho la señorita Collins. Le ha pedido que se marche. Que se aparte de su vista, de su vida. Ella es demasiado educada para decirlo abiertamente, así que lo digo yo por ella. Después de todo lo que usted ha hecho, no tiene derecho, el menor derecho a pedir lo que le está pidiendo. ¿Cómo puede usted estar pidiéndole una cita como si nada hubiera ocurrido? ¿Acaso pretende decir que estaba tan borracho que no se acuerda de nada? Bien, en tal caso, se lo recordaré yo. No hace tanto que estuvo usted ahí fuera, en la calle, orinando en el muro de este edificio, gritando obscenidades bajo esta misma ventana. La policía se lo llevó de aquí, tuvo que llevárselo a rastras mientras usted no paraba de gritarle a la señorita Collins las cosas más horribles. Fue no hace más de un año… Y ahora sin duda espera que la señorita Collins lo haya olvidado por completo. Y el que acabo de mencionar no es sino un incidente más entre muchos. Y en cuanto a sus alegatos en pro de la elegancia, ¿no fue hace menos de tres años cuando lo encontraron inconsciente en el Volksgarten, con las ropas llenas de vómitos, y lo llevaron a la Holy Trinity Church y le encontraron piojos? ¿Espera que la señorita Collins tome en consideración lo que una persona así pueda decir de su gusto en el vestir? Admitámoslo, señor Brodsky, cuando uno ha caído en los abismos en los que usted ha caído, su situación es irremediable. Nunca, nunca logrará recuperar el amor de una mujer; y se lo digo con cierto conocimiento de causa. No conseguirá siquiera recuperar su respeto. Su piedad, tal vez, pero nada más. ¡Director de orquesta! ¿Imagina que esta ciudad podrá llegar a ver en usted algo diferente a un pobre diablo? Déjeme que le recuerde, señor Brodsky, que hace cuatro años, quizá cinco, agredió usted físicamente a la señorita Collins en la Bahnhofplatz, y que si no llega a ser por dos estudiantes que pasaban por allí le habría causado usted serias heridas. Y mientras trataba de golpearle no paraba de gritarle las cosas más despreciables…

– ¡No, no, no! -gritó de pronto Brodsky, sacudiendo la cabeza y tapándose los oídos.

– No paraba de gritar las más sucias obscenidades. De naturaleza sexual y pervertida. Se habló de que deberían haberle metido en la cárcel por ello. Y, por supuesto, está el incidente de la cabina telefónica de la Tillgasse…

– ¡No, no!

Brodsky agarró a Parkhurst por la solapa, y éste retrocedió asustado. Pero Brodsky no fue más lejos: se limitó a seguir aferrado a su solapa como quien se aferra a una cuerda de salvación. Durante los segundos siguientes Parkhurst pugnó por zafarse de la garra de Brodsky. Cuando por fin logró hacerlo, Brodsky pareció venirse abajo por completo. Cerró los ojos y suspiró, y luego se volvió y abandonó la salita en silencio.

Al principio los tres permanecimos callados, sin saber qué hacer o decir a continuación. Al poco, la puerta principal se cerró de golpe y el ruido nos devolvió a la realidad. Parkhurst y yo fuimos hasta la ventana.

– Allá va -dijo Parkhurst, con la frente pegada al cristal-. No se preocupe, señorita Collins, no volverá.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Los inconsolables»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Los inconsolables» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Los inconsolables»

Обсуждение, отзывы о книге «Los inconsolables» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x