Kazuo Ishiguro - Nunca Me Abandones

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Nunca Me Abandones» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Nunca Me Abandones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nunca Me Abandones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier otro grupo de adolescentes. Practican deportes, o tienen clases de arte donde sus profesoras se dedican a estimular su creativi-dad. Es un mundo hermйtico, donde los pupilos no tienen otro contacto con el mundo exterior que Madame, como llaman a la mujer que viene a llevarse las obras mбs interesantes de los adolescentes, quizб para una galerнa de arte, o un museo. Kathy, Ruth y Tommy fueron pupilos en Hailsham y tambiйn fueron un triбngulo amoroso. Y ahora, Kathy K. se permite recordar cуmo ella y sus amigos, sus amantes, descubrieron poco a poco la verdad. El lector de esta esplйndida novela, utopнa gуtica, irб descubriendo que en Hailsham todo es una re-presentaciуn donde los jуvenes actores no saben que lo son, y tampoco saben que no son mбs que el secreto terrible de la buena salud de una sociedad.

Nunca Me Abandones — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nunca Me Abandones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Había sucedido por la tarde, cercana ya la «hora muerta», cuando las clases terminan y aún se disfruta de un rato libre hasta la cena. Tommy había visto a la señorita Lucy saliendo de la casa principal, cargada de láminas de gráficos y de archivadores, y al ver que podía caérsele cualquier cosa en cualquier momento corrió a ofrecerle ayuda.

– Bien, me permitió que le llevara unas cuantas cosas y dijo que íbamos a dejarlo todo en su estudio. Hasta para los dos era demasiado todo lo que llevábamos, y se me cayeron algunas cosas en el camino. Íbamos acercándonos al Invernadero cuando de repente se paró, y pensé que se le había caído algo a ella. Pero me estaba mirando, así, a la cara, toda seria. Y dijo que teníamos que hablar, que teníamos que tener una buena charla. Yo dije que muy bien. Entramos en el Invernadero, y en su estudio, y dejamos todas las cosas en el suelo. Y entonces me dice que me siente, y acabo exactamente en el mismo sitio donde estuve sentado la vez pasada, ya sabes, aquella vez de hacía años. Y veo que está recordando también aquella ocasión, porque se pone a hablar sobre ella como si hubiera sucedido el día anterior. Sin explicaciones, sin nada de nada; empieza a decir cosas como ésta: «Tommy, cometí un error cuando te dije lo que te dije. Y tendría que habértelo hecho saber hace mucho tiempo». Y acto seguido me dice que debo olvidar lo que me dijo entonces. Que me hizo un flaco favor diciéndome que no me preocupara por no ser creativo. Que los otros custodios siempre habían tenido razón al respecto, y que no había excusa alguna para que mis trabajos artísticos fueran una porquería…

– Un momento, Tommy. ¿Dijo esa palabra exactamente, «porquería»?

– Si no fue «porquería» fue algo muy, parecido. Deficiente. Quizá eso. O incompetente. Pero pudo decir perfectamente «porquería». Dijo que sentía mucho haberme dicho lo que me había dicho aquella vez, porque si no lo hubiera hecho yo ahora tal vez tendría resuelto ese problema.

– ¿Y qué decías tú cuando te estaba diciendo eso?

– No sabía qué decir. Al final me preguntó qué pensaba. Me dijo: «¿Qué estás pensando, Tommy?». Así que le dije que no estaba seguro, pero que no tenía que preocuparse porque yo estaba bien por esas fechas. Y ella dijo que no, que no estaba bien. Que mi arte era una porquería, y que en parte la culpa era suya por decirme lo que me había dicho. Y yo le dije que qué importaba. Que estaba bien, que ya nadie se reía de mí por eso. Pero ella sigue sacudiendo la cabeza y dice: «Sí importa. No tendría que haberte dicho lo que te dije». Así que se me ocurre que quizá está hablando de después, ya sabes, de cuando hayamos dejado Hailsham. Y digo: «Pero estaré bien, señorita. Soy una persona capaz, sé cómo cuidarme. Cuando llegue el momento de las donaciones, lo haré bien». Y cuando digo esto ella se pone a negar con la cabeza, sacudiéndola una y otra vez con fuerza, y me entra miedo de que se maree. Luego dice: «Escucha, Tommy, tu arte es importante. Y no sólo porque es una prueba. Sino por tu propio bien. Sacarás mucho de él, para tu solo provecho».

– Un momento. ¿Qué quería decir con «prueba»?

– No lo sé. Pero ésa fue la palabra, no me equivoco. Dijo que nuestro arte era importante, y «no sólo porque era una prueba». Dios sabe qué querría decir con eso. Incluso se lo pregunté cuando lo dijo. Le dije que no entendía lo que me estaba diciendo, y que si tenía algo que ver con Madame y con su Galería. Y ella lanzó un fuerte suspiro y dijo: «La Galería de Madame…, sí, es importante. Mucho más importante de lo que yo pensaba en un tiempo. Hoy lo sé». Y luego dijo: «Mira, Tommy, hay montones de cosas que tú no entiendes, y yo no puedo explicártelas. Cosas de Hailsham, de vuestro lugar en ese mundo más grande, todo tipo de cosas. Pero quizá algún día, quizá algún día quieras saberlo y lo averigües. No te lo pondrán fácil, pero si lo deseas, si lo deseas de verdad, puede que lo descubras». Se puso a sacudir otra vez la cabeza, aunque no con tanta fuerza como antes, y dijo: «Pero ¿por qué ibas tú a ser diferente? Los alumnos que salen de aquí nunca llegan a saber demasiado. ¿Por qué ibas tú a ser diferente?». No tenía ni idea de a qué diablos se refería, así que volví a decir: «Estaré bien, señorita». Se quedó callada unos segundos, y luego, de pronto, se puso de pie y se inclinó hacia mí y me abrazó. Pero no en plan excitante. Sino como solían abrazarnos de niños. Yo me mantuve todo lo quieto que pude. Luego volvió a ponerse derecha y volvió a decir que sentía mucho lo que me había dicho aquella vez; y que aún no era demasiado tarde, y que debía empezar enseguida a recuperar el tiempo perdido. No creo que yo contestara nada, y ella me miró y pensé que iba a abrazarme de nuevo. Pero en lugar de hacerlo, dijo: «Hazlo por mí, Tommy». Le dije que haría todo lo que estuviera en mi mano, porque entonces lo que quería era irme. Seguramente estaba rojo como un tomate, con lo del abrazo y todo eso. Quiero decir que no es lo mismo…, ¿no crees?, ahora que ya somos mayores.

Hasta este momento había estado tan absorta en el relato de Tommy que había olvidado la finalidad de nuestra charla. Pero su referencia a que nos habíamos hecho mayores me recordó la misión que me había traído hasta él.

– Mira, Tommy -dije-. Tendremos que volver a hablar de esto detenidamente. Y pronto. Es muy importante, y ahora entiendo lo mal que has tenido que sentirte. Pero de todas formas, vas a tener que sobreponerte un poco más. Vamos a irnos de Hailsham este verano. Para entonces tienes que tener todo arreglado, y hay algo que puedes arreglar ahora mismo. Ruth me ha dicho que está dispuesta a declarar un empate en vuestras rencillas y a pedirte que vuelvas con ella. Y yo creo que es una buena oportunidad que no debes desaprovechar. No lo eches todo a perder, Tommy.

Se quedó callado unos segundos. Y dijo:

– No sé, Kath. Está todo ese montón de cosas sobre las que tengo que pensar…

– Tommy, escúchame. Eres afortunado. De todos los chicos de hay aquí, eres el que te has llevado a Ruth. Cuando nos vayamos, si estás con ella, no tendrás que preocuparte. Es la mejor, y mientras estés con ella estarás bien. Dice que quiere empezar de cero. Así que no lo estropees.

Aguardé su respuesta, pero Tommy no dijo nada, y volví a sentir que me invadía aquella sensación parecida al pánico. Me incliné hacia delante y dije:

– Mira, bobo, no vas a tener muchas más oportunidades. ¿No te das cuenta de que no vamos a estar aquí, juntos, mucho más tiempo?

Para mi sorpresa, la respuesta de Tommy, cuando al fin llegó, fue considerada y calma (el lado de Tommy que habría de aflorar más y más en los años que siguieron):

– Me doy cuenta, Kath. Es precisamente por eso por lo que no puedo volver con Ruth a toda prisa. Tenemos que pensar con sumo cuidado en el siguiente paso. -Suspiró, y me miró directamente-. Como bien dices, Kath, vamos a marcharnos de Hailsham muy pronto. Esto ya no es un juego. Tenemos que pensar en ello a conciencia.

De pronto me encontré sin palabras, y seguí allí sentada arrancando tréboles. Sentía sus ojos en mí, pero no levanté la mirada. Podíamos haber seguido así durante un buen rato más, pero nos interrumpieron. Creo que volvieron los chicos con los que antes había estado peloteando, o puede que fueran otros alumnos que pasaban por allí y que al vernos se sentaron con nosotros. Sea como fuere, nuestra charla íntima había terminado, y me fui con la sensación de que al final no había hecho lo que había ido a hacer, y que en cierto modo le había fallado a Ruth.

Nunca llegué a evaluar el tipo de impacto que nuestra charla había causado en Tommy, porque fue al día siguiente mismo cuando se conoció la noticia. Era media mañana, y habíamos estado en una de esas dichosas Instrucciones Culturales. Eran clases en las que teníamos que interpretar a diversos tipos de gentes del mundo exterior: camareros de café, policías, etcétera. Estas clases siempre nos exaltaban y preocupaban al mismo tiempo, así que todos estábamos con los nervios de punta. Entonces, finalizada la clase, estábamos saliendo en fila cuando Charlotte F. entró corriendo en el aula, y a partir de ahí la nueva de que la señorita Lucy dejaba Hailsham se extendió como la pólvora. El señor Chris, que había dado la clase y que debía de saberlo de antemano, salió arrastrando los pies y con aire culpable antes de que pudiéramos preguntarle nada. Al principio no sabíamos bien si Charlotte se limitaba a transmitir un rumor, pero cuanto más nos contaba más claro estaba que se trataba de una realidad. Aquella misma mañana, más temprano, los alumnos de otro curso de secundaria habían entrado en el Aula Doce para la clase de Iniciación a la Música que tenía que impartirles la señorita Lucy. Pero en el aula se habían encontrado con la señorita Emily, que les dijo que la señorita Lucy no podía venir en aquel momento, y que la clase la daría ella. Y en el curso de los veinte minutos siguientes todo se había desarrollado con normalidad. Pero de pronto -en mitad de una frase, al parecer-, la señorita Emily había dejado de hablar de Beethoven y había anunciado que la señorita Lucy había abandonado Hailsham para no volver jamás. La clase en cuestión había terminado varios minutos antes de lo previsto -la señorita Emily casi se había ido a la carrera y con ceño preocupado-y la noticia empezó a propagarse en cuanto aquellos alumnos pusieron el pie fuera de clase.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nunca Me Abandones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nunca Me Abandones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Nunca Me Abandones»

Обсуждение, отзывы о книге «Nunca Me Abandones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x