Kazuo Ishiguro - Nunca Me Abandones

Здесь есть возможность читать онлайн «Kazuo Ishiguro - Nunca Me Abandones» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Nunca Me Abandones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Nunca Me Abandones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

A primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de Hailsham son como cualquier otro grupo de adolescentes. Practican deportes, o tienen clases de arte donde sus profesoras se dedican a estimular su creativi-dad. Es un mundo hermйtico, donde los pupilos no tienen otro contacto con el mundo exterior que Madame, como llaman a la mujer que viene a llevarse las obras mбs interesantes de los adolescentes, quizб para una galerнa de arte, o un museo. Kathy, Ruth y Tommy fueron pupilos en Hailsham y tambiйn fueron un triбngulo amoroso. Y ahora, Kathy K. se permite recordar cуmo ella y sus amigos, sus amantes, descubrieron poco a poco la verdad. El lector de esta esplйndida novela, utopнa gуtica, irб descubriendo que en Hailsham todo es una re-presentaciуn donde los jуvenes actores no saben que lo son, y tampoco saben que no son mбs que el secreto terrible de la buena salud de una sociedad.

Nunca Me Abandones — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Nunca Me Abandones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Así que seguí difiriéndolo semana tras semana, mientras continuaba preparándome, hasta que llegó el verano y decidí que estaba ya tan a punto como podría llegar a estarlo nunca. Para entonces me sentía razonablemente segura de mí misma, y empecé a insinuarme a Harry. Todo iba bien, de acuerdo con mi plan, cuando Ruth y Tommy rompieron y todo se volvió un poco confuso.

9

Lo que sucedió fue que unos días después de que rompieran yo estaba en el Aula de Arte con otras chicas, trabajando en un bodegón. Recuerdo que hacía un calor sofocante, a pesar de tener el ventilador a plena potencia a nuestra espalda. Utilizábamos carboncillo, y como alguien se había llevado todos los caballetes, teníamos que trabajar con el tablero sobre el regazo. Yo estaba sentada junto a Cynthia E., y acabábamos de charlar quejándonos del calor. Entonces, no sé cómo, salió el tema de los chicos, y, sin levantar la vista del trabajo, Cynthia dijo:

– Y Tommy. Sabía que no iba a durar con Ruth. Bien, supongo que vas a ser la sucesora natural.

Lo dijo como si tal cosa. Pero Cynthia era una persona perspicaz, y el hecho de que no formara parte de nuestro grupo daba un peso aún mayor a su comentario. Lo que quiero decir es que no pude evitar pensar que lo que había dicho era lo que cualquier persona medianamente objetiva habría dicho del asunto. Después de todo, yo era amiga de Tommy desde hacía años, hasta que había empezado aquella moda de las parejas. Era perfectamente posible que, para alguien externo al grupo, yo fuera la «sucesora natural» de Ruth. Lo dejé pasar, sin embargo, y Cynthia, que no pretendía abundar sobre ese punto, no dijo más sobre el asunto.

Uno o dos días después, salía del pabellón con Hannah cuando de pronto sentí que me daba un codazo y hacía un gesto en dirección a un grupo de chicos que había en el Campo de Deportes Norte.

– Mira -dijo en voz baja-. Tommy. Allí sentado. Y solo.

Me encogí de hombros, como diciendo: «¿Y qué?». Y eso fue todo. Pero luego me sorprendí pensando y pensando en ello. Quizá lo único que había querido Hannah era hacer hincapié en el hecho de que Tommy, desde que había roto con Ruth, parecía estar un poco perdido. Pero no acababa de convencerme: conocía bien a Hannah. La forma en que me había dado el codazo y había bajado la voz era señal inequívoca de que también ella expresaba la presunción, probablemente ya general, de que yo era la «sucesora natural».

Ello, como ya he dicho, me había sumido en cierta confusión, porque hasta entonces me había aferrado a mi plan de Harry. De hecho, viéndolo retrospectivamente, estoy segura de que habría llegado a tener sexo con Harry si no se hubiera dado ese asunto de la «sucesora natural». Lo tenía todo planeado, y los preparativos iban por buen camino. Y sigo pensando que Harry habría sido una buena elección para aquella etapa de mi vida. Pienso que habría sido atento y delicado, y que habría entendido lo que esperaba de él.

Vi a Harry fugazmente hace un par de años, en el centro de recuperación de Wiltshire. Lo habían internado después de una donación. Yo no me encontraba en el mejor de los estados de ánimo, porque el donante a quien cuidaba acababa de «completar» la noche anterior. Nadie me echaba la culpa de ello -había sido una operación particularmente chapucera-, pero me sentía muy mal. Había estado levantada casi toda la noche, arreglando las cosas, y estaba en el vestíbulo preparándome para irme cuando vi a Harry entrando en la recepción. Iba en silla de ruedas (porque estaba muy débil -según supe después-, no porque no pudiera caminar), y no estoy segura de que cuando me acerqué para saludarle llegara siquiera a reconocerme. Supongo que no había ninguna razón por la que yo debiera ocupar un lugar especial en su memoria. Nunca habíamos tenido mucho que ver el uno con el otro, salvo aquella vez en que planeé emparejarme con él sexualmente. Para él, en caso de que me recordara, no sería sino aquella chica tonta que se había acercado a él un día y le había preguntado si quería hacer sexo con ella y se había retirado apresuradamente. Debía de ser bastante maduro para su edad, porque no se molestó ni fue por ahí contándole a la gente que yo era una chica fácil o algo parecido. Así que cuando vi que lo traían a aquel centro aquel día, sentí gratitud hacia él y pensé que ojalá hubiera sido su cuidadora. Miré a mi alrededor, pero a su cuidador, quienquiera que fuese, no se le veía por ninguna parte. Los camilleros estaban impacientes por llevarlo a su habitación, así que no hablé mucho con él. Le dije hola, y que esperaba que se sintiera mejor pronto, y él me sonrió cansinamente. Cuando mencioné Hailsham levantó los pulgares en señal de aprobación, pero estoy segura de que no me reconoció. Quizá más tarde, cuando no estuviera tan cansado, o cuando su medicación no fuera tan fuerte, trataría de ubicarme y recordarme.

Pero estaba hablando de entonces, de cómo después de que Ruth y Tommy hubieran roto todos mis planes se sumieron en una nebulosa. Mirando hoy hacia atrás, siento un poco de lástima por Harry. Después de todas las insinuaciones que le había ido dirigiendo la semana anterior, heme allí de pronto susurrando cosas para rechazarle. Supongo que debí de suponer que se moría de ganas de practicar el sexo conmigo, y de que tendría que vérmelas y deseármelas para contenerlo. Porque cada vez que lo veía, salía rápidamente con alguna evasiva y me iba precipitadamente antes de que él pudiera contestar algo. Sólo mucho después, cuando pensé detenidamente en ello, se me ocurrió que acaso en ningún momento había acariciado la idea de tener una relación sexual conmigo. Por lo que sé, hasta tal vez le hubiera alegrado el poder olvidarlo todo, pero cada vez que nos veíamos en el pasillo o en los jardines, yo me acercaba y le susurraba cualquier excusa para no querer hacer sexo con él en aquel momento. Debí de parecerle bastante boba, y si no hubiera sido tan buen tipo me hubiera convertido en el hazmerreír de todo el mundo en un abrir y cerrar de ojos. En fin, quizá tardé un par de semanas en librarme de Harry, y entonces llegó la petición de Ruth.

Aquel verano, hasta que acabó el calor, adquirimos la extraña costumbre de escuchar música juntos en los campos. Desde los Saldos del año anterior habían empezado a verse walkmans en Hailsham, y aquel verano había por lo menos seis en circulación. Lo que hacía furor era sentarse en el césped unos cuantos alrededor de un walkman, y pasarse los cascos de unos a otros. Sí, parece una manera estúpida de escuchar música, pero creaba un feeling estupendo. Escuchabas durante unos veinte segundos, te quitabas los auriculares y se los pasabas al siguiente. Al cabo de un rato, y siempre que la cinta se pusiera una y otra vez, era asombroso lo parecido que podía resultar a haberla escuchado de corrido. Como digo, la cosa hizo furor aquel verano, y durante los descansos para el almuerzo podías ver grupitos de alumnos echados en el césped alrededor de unos cuantos walkmans. Los custodios no se mostraban muy entusiastas, porque decían que se contagiaban las infecciones de oído, pero no nos lo prohibían. No puedo recordar aquel último verano sin pensar en aquellas tardes haciendo corro en torno a los walkmans. De cuando en cuando pasaba alguien y preguntaba:

– ¿Qué estáis escuchando?

Y si le gustaba lo que le respondíamos se sentaba y esperaba su turno para hacerse con los cascos. En aquellas sesiones había casi siempre un ambiente inmejorable, y no recuerdo que se negara a nadie el disfrute de los auriculares.

Y estaba en compañía de otras chicas disfrutando de una de esas ocasiones cuando se acercó Ruth y me preguntó si podíamos hablar un rato. Vi que se trataba de algo importante, así que dejé a aquellas chicas y las dos nos alejamos en dirección al barracón del dormitorio. Cuando llegamos a nuestra habitación, me senté en la cama de Ruth, cerca de la ventana -el sol había caldeado un poco la manta-, y ella se sentó en la mía, junto a la pared del fondo. Había una mosca azul zumbando en el aire, y durante unos minutos estuvimos riéndonos y jugando al «tenis de la mosca azul», lanzando manotazos al aire para hacer que la enloquecida criatura fuera de un extremo a otro de nosotras. Al final la mosca encontró el camino y salió por la ventana, y Ruth dijo:

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Nunca Me Abandones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Nunca Me Abandones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Nunca Me Abandones»

Обсуждение, отзывы о книге «Nunca Me Abandones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x