Marta Rivera de laCruz - En tiempo de prodigios

Здесь есть возможность читать онлайн «Marta Rivera de laCruz - En tiempo de prodigios» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

En tiempo de prodigios: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «En tiempo de prodigios»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La novela finalista del Premio Planeta 2006 Cecilia es la única persona que visita a Silvio, el abuelo de su amiga del alma, un hombre que guarda celosamente el misterio de una vida de leyenda que nunca ha querido compartir con nadie. A través de una caja con fotografías, Silvio va dando a conocer a Cecilia su fascinante historia junto a Zachary West, un extravagante norteamericano cuya llegada a Ribanova cambió el destino de quienes le trataron. Con West descubrirá todo el horror desencadenado por el ascenso del nazismo en Alemania y aprenderá el valor de sacrificar la propia vida por unos ideales. Cecilia, sumida en una profunda crisis personal tras perder a su madre y romper con su pareja, encontrará en Silvio un amigo y un aliado para reconstruir su vida.

En tiempo de prodigios — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «En tiempo de prodigios», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Como era de esperar, toda la clase quedó en silencio cuando Elijah ocupó el pupitre que le habían asignado. Nuestro tutor le dio la bienvenida al colegio en un tono extremadamente ceremonioso, para pedir a continuación a todos los alumnos que fuesen agradables con el recién llegado.

– Recordad que todas las criaturas de Dios somos iguales ante él, que nadie es mejor que nadie y que no debemos menospreciar a aquellos que han nacido diferentes a nosotros. ¿De acuerdo?

Elijah escuchó aquel discurso torpe e inoportuno con los ojos clavados en su cuaderno de tapas azules mientras todas las miradas convergían en él. Yo no observaba a Elijah, sino a mis compañeros, y me di cuenta de que, lejos de la figura protectora de su padre aviador, Elijah no era para ellos un ser digno de envidia, sino una criatura diferente que no pertenecía a nuestro mundo.

La primera lección del día era la de lengua española, y con ella empezaron también los problemas de Elijah, que no dominaba nuestro idioma y al ser preguntado cometió algunos errores de expresión que provocaron las risas del resto de los chicos. La expresión de mi amigo cambió al escuchar las primeras carcajadas, su mirada se hizo más sombría y su gesto más duro. Ahora creo que el señor West cometió un gran error al insistir en educar a su hijo entre las paredes protectoras de su casa, privándole así del contacto con otros niños y acentuando su conciencia de ser distinto a los demás. Elijah no sabía jugar en grupo, ignoraba los rudimentos de los deportes de equipo (él, que sabía esquiar y patinar y había ganado ya un campeonato de tenis), y era incapaz de participar de las bromas y chanzas que se intercambian a diario los compañeros de estudios. Me había demostrado varias veces que a pesar de su escaso vocabulario era un gran narrador, pero la locuacidad que demostraba en privado se desvanecía en presencia de mucha gente. Creo que jamás he visto a nadie tan despistado y tan al margen del mundo como a Elijah West en aquellos primeros días de clase.

Es justo reconocer que los chicos tampoco le pusieron las cosas demasiado fáciles. Los gallitos de la clase (tres o cuatro muchachos más altos que el resto que ejercían sin discusión su reinado sobre el aula) le condenaron al ostracismo desde el primer recreo, cuando admitió con su media lengua que jamás había jugado al fútbol. Supongo que, en el fondo, sólo estaban buscando una excusa para marginarle, y la impericia de Elijah en cuestiones deportivas les puso la disculpa en bandeja. Cuando uno se hace mayor, y sobre todo cuando la inteligencia se desarrolla de forma correcta, las cosas distintas nos atraen poderosamente. Pero, cuando uno es un niño o un completo estúpido, rechazamos sin dudar todo aquello que es diferente, y nos negamos a admitirlo en nuestras vidas por miedo a alterar aquello que consideramos bien construido. La primera vez que los chicos de Ribanova se encontraron con Elijah, vieron en él a un ser de excepción porque sólo estaba de paso en la ciudad y en sus vidas. Pero, ahora, aquel negrito desconocido había llegado para quedarse, con sus botas nuevas y su cartera de cuero, y eso no podía ser. En aquellos días tuve la amarga ocasión de descubrir la infinita crueldad de niños que habían sido mis amigos y que pretendían someter a Elijah al más pavoroso de los aislamientos en castigo a su osadía al variar, siquiera temporalmente, la rutina de todos nosotros.

¿Y yo? ¿Qué iba a hacer yo? A los ocho años, se necesita mucho valor para alinearse en contra de un grupo y a favor de un individuo enviado al destierro. Cuando se es niño uno no quiere proteger su individualidad, sino sentirse parte de un colectivo, ser aceptado por los demás, admirado y querido, igual al resto. Por eso creo que nunca fui tan valiente como en el instante en que decidí por mi cuenta que no iba a dejar solo a Elijah frente a unos niños que, hasta entonces, habían sido parte de mi mundo. Cuando aquel primer día, en el recreo, reconoció que no sabía jugar al balón, ni al marro, ni a la billarda, y se alejó sin mirarme para no poner en un brete mi lealtad hacia él, abandoné sin dudarlo el grupo de muchachos que se organizaban para pasar media hora de libertad. Aquel día no jugué con mis compañeros de clase (de hecho tardaría mucho en hacerlo de nuevo), pero puse otra piedra para hacer indestructible mi amistad con Elijah.

A pesar de sus problemas con el idioma, a Elijah le iba bien en casi todas las clases. Era muy bueno en matemáticas y en geografía, y hasta creo que aquellas lecciones le aburrían un poco, porque iba muy adelantado con respecto al resto del grupo. Deseé muchas veces que mi amigo fuese capaz de dejar de lado su timidez y sus complejos, porque desde su insólita experiencia mundana hubiese podido referir al resto de los compañeros todo un filón de anécdotas inverosímiles. Ninguno de nosotros había salido jamás al extranjero, pero Elijah conocía Londres, París y Roma, Viena y Bruselas, Budapest, algunas ciudades del norte de Marruecos, las montañas suizas, la metrópoli de Nueva York (que en los años veinte estaba tan lejos de Ribanova como la tierra de la luna) y, por supuesto, la inmensidad de los paisajes africanos que recordaba vagamente de su primera infancia en Nigeria. En vano le animé a que hablase a los otros chicos de aquellos lugares excitantes, pues estaba seguro que de hacerlo mi amigo se hubiera ganado para siempre la admiración de aquellos que le ignoraban, o aún peor, habían decidido convertirle en un permanente inadaptado.

– ¿Por qué no les cuentas lo de la estación de esquí? ¿O lo de aquella vez que montaste en camello en el desierto?

Pero Elijah se negaba.

– Ya te lo he contado a ti.

En aquellos días, y a pesar de que Elijah West hacía notables progresos con el español, él y yo solíamos tener algunas conversaciones en inglés, que yo aprendía casi sin darme cuenta. Usar otro idioma para hablar entre nosotros era una forma de construirnos un refugio particular, un sanctasanctórum en el que no podía entrar nadie y nadie, tampoco, podía hacer daño a Elijah.

Las cartas de Zachary West llegaban con bastante frecuencia. Mi padre siempre se las daba a Elijah después de haberlas abierto, y él las leía tumbado en la cama, levemente decepcionado por lo insulso de su contenido. Su padre sólo le contaba que las cosas iban bien, que le echaba mucho de menos y que pronto volvería a buscarle, que fuese bueno en casa, que estudiara, que se portase bien conmigo. En vano buscaba Elijah alguna referencia al lugar en el que Zachary se encontraba, algún dato sobre el trabajo que estaba desempeñando dondequiera que fuese. Los sobres podían ser una pista, por supuesto, pues el matasellos indicaría al menos el lugar de procedencia de la carta, pero mi padre entregaba a Elijah tan sólo los folios escritos.

– ¿Por qué no te da los sobres?

– No sé. A lo mejor quiere quedarse con los sellos. ¿Es coleccionista, tu padre?

Pues no, mi padre no coleccionaba nada, ni sellos, ni cajas de fósforos, ni monedas antiguas, ni ninguna otra cosa. Y, la verdad, tampoco era propio de él el dedicarse a abrir las cartas de un pobre chico para escamotarle los sobres, los sellos o lo que fuera. Tenía que haber algo más. Así que, sin decir nada a Elijah, decidí actuar.

Las cartas de Zachary West se recibían con un intervalo de diez días, así que cuando estaba próxima a llegar la siguiente misiva monté guardia en el portal de nuestra casa para así coincidir con el cartero. Era un hombre bajito y bonachón, algo pasado de kilos, a quien parecía costar un trabajo ímprobo el arrastrar su saca atiborrada por las calles de Ribanova.

– Hola…

– Hola. Tú eres el chaval de los Rendón, ¿verdad?

– Sí. ¿Tiene algo para nosotros? Yo puedo llevarlo, voy a subir a casa ahora mismo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «En tiempo de prodigios»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «En tiempo de prodigios» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «En tiempo de prodigios»

Обсуждение, отзывы о книге «En tiempo de prodigios» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x