Durante su encarcelamiento leyó todo lo que era posible de la biblioteca de la Penitenciaría: Era un hombre callado, humilde, muy amable según la versión de Solange Pampín y Raúl Pampín que lo conocieron luego de liberado.
Salió en libertad en 1953 y fue a vivir a un local que tenía Raúl Pampín en la calle Paysandú a la altura de Convención. Pampín realizaba letreros publicitarios y es hijo de un viejo anarquista del mismo nombre. Aquino trabajó en el taller y vivía allí mismo. Silencioso, cauto, por esos años lo conocían como “El Gato”.
Cuando Pampín debió irse del país por razones políticas a principios de la década del setenta, Aquino pasó a trabajar a un taller mecánico de la calle Piedras, donde limpiaba y hacía de sereno. Luego de una estadía en una chacra de las afueras de Montevideo donde pasó muchas necesidades, Pampín se lo llevó a San Fernando -cerca de El Tigre- y se ocupó de que no le faltara nada.
Allí falleció el 26 de agosto de 1978.
Francisco Ascaso
Integrante con Durruti, y su hermano Alejandro -entre otros- del grupo “Nosotros”. Miembro del Comité de Defensa de la CNT, (Central sindical anarquista) murió atacando el cuartel de las Atarazanas, el último bastión golpista en Barcelona, el 20 de julio de 1936.
Regina Aurucci
Esposa de Pardeiro, quedó viuda con cuatro hijos: Aníbal de doce años, Aidé Ilda (“Chichita”) de ocho años, Héctor de cuatro y Walter (“Coco”) de dos.
Vivió hasta los 93 años en Montevideo donde falleció el once de mayo de 1985. Sus cuatro hijos vivían en esta ciudad cuando el autor entrevistó a Aníbal Pardeiro.
Pedro Boadas Rivas
Fue detenido poco después de la fuga en Villa Ballester -Provincia de Buenos Aires- el día antes de su partida en un barco italiano que hacía escala en Montevideo.
Según la prensa de esos años, la pista para su detención en Argentina la habría dado Carlos Cunio Funes -el panadero que se había fugado con él y que cayó en manos policiales rápidamente. Pero esta es una versión no aceptada por los anarquistas. Por su propio testimonio, Boadas no tomaba ninguna precaución en sus habituales salidas, antes de ser capturado.
El 11 de febrero de 1932, intentó fugarse de la cárcel de Buenos Aires, pero finalmente fue extraditado a Uruguay y cumplió veinte años de penitenciaría.
Ese tiempo lo dedicó principalmente a la lectura. Vivió solo en su celda y casi sin ningún contacto con los presos comunes. Se había improvisado una candela utilizando chicharrones e hilo de algodón y leyó casi la totalidad de la biblioteca de la cárcel. Cada libro que recibía lo desarmaba y volvía a armar componiéndole la encuadernación. Asegura haber arreglado prácticamente todos los ejemplares que pertenecían al instituto de detención.
Salió de la cárcel en 1953, y en esto influyeron decididamente las gestiones de su hija Carmen que había venido especialmente a ocuparse de él.
A los pocos días de liberado le pidió a Rubens Barcos que le permitiera mudarse al Ateneo del Cerro y La Teja -en Francia y Chile- donde éste moraba.
Por varios meses convivió allí con Barcos “llenando el lugar con su alegría y optimismo”. Su anfitrión le consiguió un reparto de diarios y con esta ocupación comenzó a juntar el dinero necesario para traer de Europa a su esposa. La obsesión de haber abandonado a su compañera con dos hijas pequeñas por sus actividades políticas lo impelían a resarcirla por las dificultades pasadas. Finalmente un día su compañera desembarcó en Montevideo, y desde ese momento tuvo que dedicar muchas horas a su atención: la mujer estaba confinada a una silla de ruedas.
Se declaraba anarco sindicalista puro que desestimaba la necesidad de las organizaciones políticas. Se lo pudo ver durante los sesenta empujando la silla de ruedas en las madrugadas del Cerro, luego de haber seguido atentamente, con su esposa, un extenso debate en la Federación de la Carne.
En setiembre de 1971, José Wainer le hizo la entrevista para Marcha que hemos citado extensamente. Falleció en 1972.
Tomás Delis Borche
De los encausados por el asesinato del comisario, fue el que cumplió la pena más corta obteniendo la libertad anticipada en 1941.
Era un mestizo de tez oscura, del tipo criollo con pómulos salientes que le daban un aire del altiplano.
Familiarmente conocido como “El Indio”, participó en las reuniones preparatorias de los grupos fundadores de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU).
Sus compañeros lo recuerdan como alguien vehemente en las discusiones. Tanto él como su compañera -Gabriela- dejaron de frecuentar los ambientes anarquistas allá por la década del sesenta.
Agustín García Capdevila
Jaime Tadeo Peña
Según el informe enviado por la policía de Barcelona a las autoridades uruguayas -documento perteneciente al expediente judicial del caso Messina- Jaime Tadeo Peña era en verdad Jaime Navarro Pérez y Agustín García Capdevila era el nombre adoptado por Agustín Casanova García. El primero militaba en el sindicato del transporte y sobre el segundo no se especifica, aunque se remarcan sus detenciones y el trabajo conjunto en algunas acciones. Los datos los aporta Fernando O’Neill en el artículo “Catalanes de acción llegan al Uruguay” publicado por Solidaridad -5 de mayo de 1991- y extraído de su libro inédito “Anarquistas de acción en Montevideo (1927-1937)”.
Luego de la fuga se embarcaron como polizontes en un barco italiano con bandera y tripulación de Mussolini. Combatieron en la revolución española y con el triunfo de Franco, Capdevila se habría exilado en México. Nada más se conoce sobre sus destinos.
Álvaro Correa do Nascimento
Brasileño de nacimiento, se lo intentó comprometer con el asalto al pagador del Frigorífico Nacional. Más precisamente se lo acusaba de haber preparado todo el plan antes de viajar la noche anterior al asalto hacia Buenos Aires. No pudo probársele el cargo, pero sin embargo aceptó ser el autor de la muerte del ruso Ehazar Hagmar, cuyo cadáver apareció en las costas del Miguelete el 20 de febrero de 1932.
Correa do Nascimento presentó el caso como un crimen pasional y fue procesado por él. Las verdaderas razones del hecho no fueron esclarecidas satisfactoriamente.
El 3 de julio de 1934 apareció muerto en su celda de la Penitenciaría.
Según la versión de las autoridades de la cárcel, el 2 de julio se había negado a una inspección de la celda, atacó a los carceleros con un tenedor, fue reducido y colocado en celda de castigo. Allí intentando subirse a la reja habría caído recibiendo un golpe en la cabeza que se indicó como el causante de su muerte. Sin embargo la autopsia realizada por los doctores Rossemblat y Moreau dio como causa del deceso “torcedura de vértebra cervical”, aunque confirmaban la versión de las autoridades.
El director de la cárcel, José M. Estapé (médico psiquiatra) justificó el hecho afirmando que “era un desequilibrado mental”
En realidad, fue apaleado por sus carceleros hasta la muerte, según testimonio de varios detenidos en ese momento.
Buenaventura Durruti
Durruti fue, posiblemente, el más prestigioso dirigente anarquista en la revolución española. Integrante del grupo “Nosotros”, conducía el Comité de Defensa de la CNT (central sindical anarquista).
El 19 de noviembre de 1936, Durruti, que había ido con su brigada a la defensa de Madrid, “cometió la imprudencia de apearse del coche en un sitio que distaba 500 metros escasos del Hospital Clínico, cerca de donde algunos de sus hombres estaban apostados detrás de una caseta de vigilante nocturno. El enemigo disparó una ráfaga desde el Hospital que lo alcanzó… Murió a primera hora de la mañana siguiente, casi a la misma hora en que José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, que había sido juzgado en la prisión de Alicante, era sacado de su celda y ejecutado en el patio de la prisión”.
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