Pierre Szalowski - El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces

Здесь есть возможность читать онлайн «Pierre Szalowski - El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Algunas navidades son inolvidables… Las de 1998 en Quebec, no se le olvidarán a un niño que, entonces tenía once años.
Sus padres le anunciaron que iban a separarse. Nunca hubiese pensado que algo así podría sucederle a él. Al día siguiente empezó la peor tormenta de hielo que Quebec había conocido jamás.
En el hielo florecieron situaciones inesperadas. Las personas recordaron sentimientos que habían olvidado. La vida cotidiana se detuvo. Algunas cosas dejaron de ser como habían sido durante mucho tiempo. Aquella tormenta cambiaría para siempre la vida del niño, de su familia y de sus vecinos. Incluso los peces, de uno de ellos, modificaron su comportamiento. Finalmente, la tormenta pasó.
A veces, las situaciones inesperadas hacen que veamos todo diferente.
El frío modifica la trayectoria de los peces. La historia de una felicidad caída del cielo.

El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Pegada al brazo de Boris como un mejillón a su roca, Julie tenía una idea en su cabecita. Se sabía capaz de argumentar mejor que nadie sobre el derecho de las personas, ya que muy a menudo se había aprovechado de sus defectos.

– ¿Puede enseñarme dónde está escrito que solo puedo llevarme dos bombonas de gas?

– ¡No está escrito, señorita! Es una orden del director.

– ¡Quiero hablar con el director!

– ¿Para qué? ¡Le dirá lo mismo que yo!

– ¡Quiero hablar con el director!

– Piense en los demás…

– ¿Ah, sí? Pues ahora verá.

Julie, ante los estupefactos ojos de Boris, empezó a vaciar el estante de bombonas de gas. El encargado tuvo que rendirse. Cogió el walkie-talkie y todo el almacén se puso al corriente.

– ¡Un problema en la sección de camping! ¡Se ruega al director que acuda urgentemente!

Boris, preocupado, se frotó la nuca y se giró hacia Julie, que seguía llenando el carrito.

– Con diez bombonas deberíamos poder pasar la noche…

– No empieces tú también, ¡que ya no estás en Rusia!

– A ver, ¿qué pasa ahora?

Cuando Boris se dio la vuelta, se encontró de narices con el director. Este miró a su alrededor, decepcionado por los pocos clientes que había. En realidad, no había ninguno.

– ¡Usted otra vez! Pensaba que le había explicado claramente cómo funciona esta tienda… Coja dos bombonas, pase por caja, no olvide los vales de descuento y ¡no vuelva hasta mañana!

Julie escogió ese momento para darse la vuelta.

– ¿Tú eres el director de la tienda?

– Bambi…

Esta vez el director miró a derecha e izquierda, aliviado por los pocos clientes que había. Julie miró un instante las bombonas, cogió una y empezó a hacer malabares con ella.

– Dime, Freddy, ¿tu mujer trabaja contigo?

Freddy lo captó al instante. Puedes ser director del Canada Dépôt y ser un mujeriego. No es un crimen; como mucho puede ser un pecado. Pero si tu mujer está al corriente no es un crimen, es mucho peor.

– ¿Qué tal están sus peces?

La cajera reconoció enseguida a Boris y lo recibió con una amplia sonrisa y un guiño. A Julie no le hizo mucha gracia aquella familiaridad acuariófila. El director miraba hacia todos lados, asustado. ¿Temía que llegara su mujer o que algún cliente se fijara en aquella compra masiva que contradecía su gran discurso sobre la solidaridad quebequesa? Boris, como un niño, admiraba las bombonas que iban llenando las bolsas de plástico. La cajera disfrutaba.

– Dos más dos, más dos, más dos, más dos, más dos…

– Vale, vale, ya lo hemos entendido.

En momentos de turbación, un director no puede dejar así las cosas, tiene que machacar al más débil.

– ¡Y un poco más de garbo! No están los tiempos como para perder el empleo, ¿verdad?

La cajera se calló, bajó la cabeza y terminó su cuenta en silencio. Pero después habló bien alto.

– Veintiocho bombonas a uno con noventa y nueve son sesenta y cuatro dólares con nueve, tasas incluidas. ¿Cómo lo paga?

– Con todo lo que nos llevamos, ¿no nos hace un descuento?

– ¡Vaya con el ruso!

– ¡Freddy! Se llama Boris y me gustaría que le hicieras un buen descuento…

El director se acercó a Julie. No quería que nadie pudiera oírles.

– Bambi, cálmate un poco.

– Aún no me has dicho si tu mujer trabaja aquí o no.

– Jamás te habría creído capaz de una cosa así.

– Freddy, te diré un secreto… ¡Yo tampoco!

El director se apartó, sorprendido. Se volvió hacia la cajera.

– ¡Diez por ciento!

– Me refería a un buen descuento, cariño.

– Veinte…

La cajera, mientras pulsaba las teclas de la caja, silbaba, como si todo fuera normal.

– ¡Cincuenta y un dólares con veintisiete!

Boris, radiante, pagó. El director, al ver los billetes, se acercó de nuevo a Julie con gesto goloso.

– Yo también querré un buen descuento esta noche…

– Demasiado tarde, lo he dejado.

– ¿Qué?

Hasta entonces, la Crisis del Hielo había sido una providencia caída del cielo. Las mejores ventas en dos días, mejor que en Navidades. Y la guinda del pastel era que podía mentir con total impunidad a su mujer con el pretexto de largas noches llenando estantes y así relajarse en Sex Paradisio. Freddy se giró hacia su personal. Había visto a la cajera cuchichear con otra cajera, que a su vez había ido a cuchichear al oído de otra. Todas se giraban hacia él intermitentemente. Adoptó su voz grave de director.

– ¿Vais a estar mirándome así hasta las rebajas de primavera? Hay clientes que atender, ¿no?

La naturaleza de un director de almacén siempre termina imponiéndose. Después de desafiar con la mirada al equipo de cajeras, algunas de las cuales no conseguían parar de reír, Freddy pasó delante de la estantería vacía de bombonas de gas. Satisfecho, se frotó las manos. Ya no caía hielo. Tenía un stock monstruoso de bombonas de gas para vender. Veintiocho de golpe le vaciaban bastante el almacén. Y aquella noche, en Sex Paradisio, encontraría con quién sustituir a Bambi. Pensándolo bien, Cassandra también tenía unas buenas tetas.

Business is business.

Yo ya no era nada

– ¡Debe de ser una pasada de sofá!

Nunca debería haber hablado a Alex de la hoja de cálculo de mi madre. Normalmente él no tenía nada que decir sobre la vida privada de los demás. Eso me gustaba. Era mi única razón para contárselo. No esperaba nada de él.

– ¿Cómo quieres que lo hagan, si no?

Era el tono de obviedad lo que me hacía daño.

– Cuando se separan, tienen que repartirse las cosas, ¡no?

A lo mejor no le había explicado bien la sensación de que te comparen con un sofá. Mi primer pensamiento fue vengarme. Miré a Alex, pero solo lo dije en mi cabeza, pega demasiado fuerte.

«Tu madre se fue sin nada y tu padre se quedó con poco. ¡Y ese poco eres tú!»

Vio que le miraba con maldad, pero sonrió como si comprendiera que tenía derecho a estar furioso. Parecía un cura en una película. Miré la calle. El arbolito estaba completamente doblado en dos por el peso del hielo. La copa tocaba el suelo. No había podido hacer nada para defenderse, como yo. Por lo menos no me había equivocado al pedirle al cielo que parase. Pobre arbolito… ¿Se enderezaría o se quedaría para siempre partido en dos? Era demasiado triste, había que hablar de otra cosa.

– ¿Cómo os va en la casa de los dos hermanos?

– Bueno, tu padre estaba muy equivocado…

Hasta en una investigación entre el vecindario sus conclusiones eran falsas. No quería pensar mal de él. Simplemente quería convencerme de que las cosas eran como eran, y dejar de creer que yo podía cambiarlas.

– Es una pareja homosexual…

– ¿Maricas?

Me miró como solo saben hacerlo los profesores de moral.

– Te he dicho una pareja homosexual.

– Es lo mismo…

– No, no es lo mismo…

– ¿Desde cuándo no es lo mismo?

– Desde que me lo ha dicho mi padre…

Sonrió, feliz. Estaba orgulloso de poder decir que su padre por fin le había enseñado algo.

– Simon le cae muy bien… Creo que era lo que necesitaba, tener un amigo… A un amigo se lo puedes contar todo…

Me miró como pidiendo disculpas.

– Pero a cambio él también te lo puede contar todo…

Comprendí que me volvía a hablar del sofá.

– Esta mañana mi padre ya no era el mismo. Se ha levantado de buen humor…

Me miró con una dulzura de la que no le creía capaz. Levantó los ojos al cielo como para darle las gracias. Luego, de repente, volvió a parecer un niño.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces»

Обсуждение, отзывы о книге «El Frío Modifica La Trayectoria De Los Peces» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x