Jorge Semprún - El Largo Viaje

Здесь есть возможность читать онлайн «Jorge Semprún - El Largo Viaje» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современная проза, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Largo Viaje: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Largo Viaje»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Corre el año 1943.En un angosto vagón de mercancías precintado, ciento veinte deportados cruzan las tierras francesas camino del campo de concentración. Es un viaje claustrofóbico, vejatorio: los cuerpos hacinados caen de agotamiento, han perdido la cuenta de los días que llevan allí, y la angustia crece porque nadie sabe cuándo acabará ese viaje hacia el horror.

El Largo Viaje — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Largo Viaje», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

De todas formas, cuando describo esta sensación de estar dentro, que me atrapó en el valle del Mosela, ante la gente que paseaba por la carretera, ya no estoy en el valle del Mosela. Han pasado dieciséis años. Ya no puedo detenerme en aquel instante. Otros instantes vinieron a añadirse a él, formando un todo con esta sensación violenta de tristeza física que me acometió en el valle del Mosela.

Eso era algo que podía ocurrir los domingos. Una vez que habían pasado la lista del mediodía, teníamos varias horas por delante. Los altavoces del campo difundían música lenta en todos los barracones. Y es en la primavera cuando esta impresión de estar dentro podía llegar a ser insoportable.

Me iba más allá del campo de cuarentena, al bosquecillo junto al revier. [4]" Me detenía en la linde de los árboles. Más allá no había más que una franja de terreno despejado, delante de las torres de vigilancia y las alambradas electrificadas. Se veía la llanura de Turingia, rica y fértil. Se veía el pueblo en la llanura. Se veía la carretera, que bordeaba el campo a lo largo de un centenar de metros. Se veía a los que paseaban por la carretera. Era domingo y primavera, la gente paseaba. En ocasiones había niños. Corrían hacia adelante, gritaban. También había mujeres que se detenían en la cuneta para coger las flores primaverales. Yo estaba allí, de pie, en la linde del bosquecillo, fascinado por estas imágenes de la vida de fuera. Era eso, había un adentro y un afuera. Yo esperaba aquí, en medio del aire primaveral, el regreso de los paseantes. Regresaban a sus casas, los niños estaban cansados, caminaban despacio al lado de sus padres. La gente volvía del paseo. Yo me quedaba solo. Sólo quedaba el adentro y yo estaba dentro.

Más tarde, un año después, otra vez era primavera, el mes de abril, también yo me paseé por esta carretera y estuve en este pueblo. Yo estaba fuera, pero no conseguía saborear la alegría de estar fuera. Todo había terminado, íbamos a hacer este mismo viaje en sentido contrario, pero quizás este viaje nunca puede hacerse en sentido contrario, tal vez este viaje no se puede borrar jamás. En verdad, no

lo sé. Durante dieciséis años he intentado olvidar este viaje, he olvidado este viaje. Nadie piensa ya, a mi alrededor, que yo hice este viaje. Pero, en realidad, he olvidado este viaje sabiendo perfectamente que un día tendría que rehacerlo. Al cabo de cinco años, al cabo de diez, de quince, necesitaría rehacer este viaje. Todo estaba ahí, esperándome, el valle del Mosela, el chico de Semur, este pueblo en la llanura de Turíngía, esta fuente en la plaza de este pueblo adonde voy a ir otra vez a beber un largo trago de agua fresca.

Tal vez de este viaje no se puede volver.

– ¿Qué miras ahora? -dice el chico de Semur-. Ya no se ve nada.

Tiene razón, la noche ha caído.

– Ya no miraba -reconozco.

– Eso es malo -dice secamente.

– ¿Por qué es malo?

– Malo de todos modos -me explica-. Mirar sin ver nada, soñar con los ojos abiertos. Todo eso es malo.

– ¿Recordar?

– También, recordar también. Distrae.

– ¿Distrae de qué? -le pregunto.

Este chico de Semur no deja de asombrarme.

– Distrae del viaje, debilita. Hay que durar.

– ¿Para qué, durar? ¿Para contar este viaje?

– No, no, para volver -dice con severidad-. Sería estúpido. ¿No te parece?

– Siempre hay algunos que vuelven, para contárselo a los demás.

– Yo soy de los que vuelven -dice-, pero no para contar, eso no me interesa. Para volver, simplemente.

– ¿No crees que será preciso contarlo?

– No hay nada que contar, hombre. Ciento veinte individuos en un vagón. Días y noches de viaje. Viejos que desvarían y chillan. Me pregunto si hay algo que contar.

– ¿Y al final del viaje? -le pregunto.

Su respiración se vuelve entrecortada.

– ¿Al final?

No quiere pensar, claro está. Se concentra en los problemas del viaje. No quiere pensar en el final de este viaje.

– Cada cosa a su hora -dice finalmente-. ¿No te parece?

– Claro que sí, tienes razón. Era una pregunta porque sí.

– Siempre haces preguntas de este tipo -dice.

– Es mi oficio -le contesto.

No dice nada más. Debe de preguntarse qué clase de oficio puede ser el que obliga todo el rato a preguntar porque sí.

– Sois unos imbéciles -dice la voz detrás de nosotros-. Imbéciles redomados.

No le respondemos, ya estamos acostumbrados.

– Estáis ahí como unos tontos, como pequeños imbéciles, no paráis de contaros vuestras vidas. Imbéciles redomados.

– Oigo voces -dice el chico de Semur.

– De ultratumba -preciso.

Nos echamos a reír los dos.

– Reíros, desgraciados, podéis emborracharos de palabras. Pero vais dados. ¿Contar este viaje? Dejadme reír, imbéciles. Vais a reventar como ratas.

– Entonces, también nuestras voces son de ultratumba -dice el chico de Semur.

Reímos a carcajadas.

La voz babea de rabia, y nos insulta.

– Cuando pienso -reanuda la voz- que estoy aquí por culpa de tipos como vosotros. Cerdos auténticos. Juegan a los soldaditos, y nosotros pagamos los platos rotos. Idiotas redomados.

Desde el principio del viaje es así. Por lo que hemos entendido, el tipo tenía una granja en una región del maquis. Lo atraparon en una redada general, cuando los alemanes quisieron limpiar la región.

– Corren de noche por las carreteras -dice la voz con odio-, hacen saltar los trenes, arman jaleo por todas partes, y nosotros pagamos los platos rotos.

– Empieza a fastidiarme este tío -dice el chico de Semur.

– Acusarme a mí de haber proporcionado víveres a estos hijos de perra. Antes me dejo cortar la mano derecha, mejor denunciarles, eso es lo que tenía que haber hecho.

– Ya vale -dice el chico de Semur-. Ten cuidado de no dejarte cortar otra cosa, los cojones en rodajas te van a cortar.

La voz aulla de espanto, de rabia, de incomprensión.

– Cállate -dice el chico de Semur-, cállate o te pego.

La voz se calla.

ALprincipio del viaje, el chico de Semur ya le ha pegado un buen golpe. El tipo sabe a qué atenerse. Fue pocas horas después de la salida. Apenas comenzábamos a damos cuenta de que no se trataba de una broma pesada, de que iba a ser preciso, en realidad, permanecer así días y noches, apretados, prensados, ahogados. Algunos viejos empezaban ya a gritar, enloquecidos. No lo aguantarían, se iban a morir. En verdad, tenían razón, en realidad algunos iban a morir. Después, unas voces pidieron silencio. Un joven -se suponía que pertenecía a un grupo- dijo que con algunos compañeros habían logrado ocultar unas herramientas. Iban a serrar el suelo del vagón, en cuanto anocheciera. A quienes quisieran intentar la fuga con ellos, les bastaría acercarse al agujero y dejarse caer de bruces a la vía, cuando el tren fuera despacio.

El de Semur me miró, y le dije que sí con la cabeza. Nosotros nos íbamos con ellos, claro que nos íbamos.

– Son formidables, los tíos -murmuró el chico de Semur-. Haber pasado las herramientas a través de todos los registros, eso sí que es formidable.

En el silencio que siguió, habló el chico de Semur.

– De acuerdo, muchachos, adelante. Decidnos que nos acerquemos cuando estéis listos.

Pero esta frase provocó un concierto de protestas. La discusión duró una eternidad. Todo el mundo intervino. Los alemanes descubrirían el intento de evasión, e iban a tomar represalias. Y además, incluso si la fuga tenía éxito, no todos podrían escapar; quienes se quedaran serían fusilados. Hubo voces temblorosas que suplicaron, por el amor del cielo, que no se intentara una locura semejante. Hubo voces temblorosas que nos hablaron de sus hijos, de sus hermosos hijos que se iban a quedar huérfanos. Pero les hicimos callar. Fue durante esta discusión cuando el chico de Semur golpeó a este tipo. No se andaba con rodeos el tipo. Dijo claramente que, si empezaban a serrar el suelo del vagón, llamaría a los centinelas alemanes en la siguiente parada. Miramos al individuo, que estaba justo detrás de nosotros. Tenía cara de hacerlo, desde luego. Entonces el chico de Semur le golpeó. Hubo alboroto, caímos unos encima de otros. El tipo se derrumbó, con el rostro ensangrentado. Cuando se puso de pie, nos vio a su alrededor, media docena de caras hostiles.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Largo Viaje»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Largo Viaje» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Harry Harrison - Largo! Largo!
Harry Harrison
Francisco Cabrera Sánchez - Viaje por el camino sanabrés
Francisco Cabrera Sánchez
Jorge Semprún
Неизвестный Автор
Simon Ortiz - Un buen viaje
Simon Ortiz
Jorge Bericat - En viaje a Way Point
Jorge Bericat
José Fernández Díaz - El viaje de Enrique
José Fernández Díaz
Fernando González - Viaje a pie 1929
Fernando González
Jorge Larrosa Bondia - Elogio del profesor
Jorge Larrosa Bondia
Отзывы о книге «El Largo Viaje»

Обсуждение, отзывы о книге «El Largo Viaje» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x