Sullivan, era un defensor del Movimiento Derechos Civiles, sin embargo tuvo numerosos casos polémicos en su programa, relacionados con la censura, la moralidad y una actitud ególatra y dictatorial. Escándalos con The Rolling Stones, The Doors, el propio Elvis Presley o Bob Dylan, lo testifican. Uno de los más sonados fue con Bo Diddley, contratado el 20 de noviembre de 1955 en plena explosión del rock’n’roll. Ed Sullivan le pidió a Diddley que interpretara «Sixteen Tons» de Tennessee Ernie Ford, el músico aceptó la petición, pero en directo interpretó «Bo Diddley / Sixteen Tons», provocando la ira del periodista que le aseguró que jamás volvería a actuar en su show gritándole: «Tú eres el primer chico negro que me ha traicionado en mi show».
Sullivan contrató a Elvis Presley para actuar el 9 de septiembre de 1956, aunque había asegurado que jamás lo traería a su programa porque era un bad boy. Pero el éxito obtenido por el joven Elvis en el programa Stage Show de la cadena CBS, presentado por los hermanos Tommy y Jimmy Dorsey, quienes lo contrataron en seis ocasiones durante ese mismo año, le obligó a pagar una cifra astronómica de 50.000 dólares por tres actuaciones, en septiembre, octubre y enero. El 9 de septiembre Elvis actúa en The Ed Sullivan Show sin el presentador, quien supuestamente había tenido un accidente de coche y fue sustituido por Charles Laughton. Interpreta «Don’t Be Cruel», «Love Me Tender» y sus versiones de «Ready Teddy» y «Hound Dog», para una audiencia de 60 millones de espectadores que se quedaron boquiabiertos ante los movimientos lascivos y la voz de Elvis; el programa alcanzó el mayor share en la historia de la televisión, superado en 1964 por The Beatles en el mismo programa.
Otro personaje importante fue Dick Clark, conductor del programa televisivo American Bandstand, en el cual jóvenes bailaban y opinaban sobre los discos que pinchaba. Clark fue uno de los primeros en juntar audiencias multirraciales por lo que le arreciaron las críticas, más si cabe al cederles el micro para que los negros opinaran por televisión. También fue uno de los primeros en mostrar las actuaciones de Chuck Berry, James Brown o Solomon Burke.
La generación Radio Star
En la radio musical americana abundaban los programas de country como Louisiana Hayrider, Grand Ole Party o Big D. Jamboree, que comenzaron a introducir las nueva estrellas del rock’n’roll en sus programaciones, nombres como Elvis Presley, Carl Perkins, Gene Vincent.
Sobresaliendo por encima de todos los demás estaba Alan Freed, joven de descendencia judía que comenzó a programar rhythm & blues desde emisoras pequeñas para derribar barreras raciales, con un lenguaje osado y netamente intencionado para ofrecer música negra al gran público blanco. En 1951 desde la WJW Cleveland, lanzó su programa The Moondog House y se proclamó el Rey de los Moondoggers creando una comunidad con su audiencia, donde lo más importante era la devoción por la música negra, popularizando el término rock’n’roll para definir lo que hasta la fecha se denominaba rhythm & blues.
El 21 de marzo de 1952 organizó el concierto The Moondog Coronation Ball en el Cleveland Arena. Para el evento se contrató a Paul Williams & The Hucklebuckers y Tiny Grimes, acompañado por la banda de músicos afroamericanos Rocking Highlanders, en lo que se vendió como un concierto abiertamente multirracial desde el programa de radio.
Al local, con capacidad para unas 8.000 personas, acudieron más de 20.000 jóvenes, casi todos con entrada debido a un problema de falsificación. No hubo separación de audiencias y la mezcla racial y la cantidad de jóvenes alterados que se quedaron sin entrar asustó a la policía que suspendió la actuación al finalizar el primer tema de Paul Williams, finiquitando lo que pasó a la historia como el primer gran concierto de rock’n’roll.
Freed se convirtió en una estrella, en menos de un año estaba en la WNJR 1430 del área de New York, y más tarde dirigió el programa Rock’n’roll Dance Party en la CBS Radio. Con el éxito del programa Alan organizó numerosos conciertos con las más poderosas estrellas del firmamento del rock’n’roll, llenando salas y estadios deportivos donde los jóvenes lo vitoreaban como a un auténtico ídolo. Apareció en al menos cinco películas musicales y llegó a dirigir su propio programa de televisión, The Big Beat que se estrenó el 12 de julio de 1957 en la ABC.
Cuando estaba en lo más alto de su carrera saltó el escándalo Payola, por el que se descubrió que algunos disc jokeys recibían por parte de las compañías discográficas cantidades de dinero para apoyar ciertos discos en detrimento de otros; una práctica habitual en el mundo de la música, que no sólo afecta a Estados Unidos y al final de los cincuenta, pero que fue una excusa para levantar una cruzada contra algunos programadores de música negra. Alan Freed fue el más perjudicado de todos, perdiendo su programa de radio y televisión. Durante el juicio, la Payola se declaró ilegal como soborno comercial, Freed se declaró culpable recibiendo una multa y dejando la sentencia en suspenso, pero jamás se pudo recuperar del escándalo.
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The Four Horsemen Of The Apocalypse
Ya hemos podido comprobar que el cristianismo, a través de las iglesias baptistas y pentecostales, ayudó al rock’n’roll a pesar de ejercer una cruzada virulenta contra el género, un ataque desmesurado y sin razonamiento alguno, condenándolo a las calderas de Pedro Botero. La incongruencia creyente y conservadora, aderezada por una hipocresía desmesurada y que siempre ha ejercido en sus batallas iluminarias, etiquetó de diabólica y satánica una música que si de algo pecaba era de escupir libertad sobre la juventud, liberación sexual e independencia de una sociedad claramente racista.
Era imparable la gran cantidad de músicos que emergieron con el nuevo sonido, muchos de ellos reciclados del blues eléctrico y el rhythm & blues, otros acercándose desde el country, pero todos con ansias de triunfar en un nuevo género que se destapó como una auténtica gallina de los huevos de oro, vendiendo millones de discos y lanzando al estrellato a jóvenes que en cuestión de meses pasaban de ser miembros olvidados del white trash o segregados por su color al futuro más indigno, a ser ídolos de jovencitas, viajar en cochazos y creerse los amos del mundo.
Los ataques del conservadurismo rancio y el catolicismo más casposo fueron instantáneos desde el primer momento, y si tenemos que hablar de ciertos músicos que fueron los objetivos más enjuiciados, censurados y culpabilizados, por encima del resto del colectivo, nos debemos referir a Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, Little Richard y Chuck Berry... Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
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Elvis Presley. El lado oscuro del rey
Musicalmente, Elvis Presley creció escuchando música en la Iglesia de la Primera Asamblea de Dios de Memphis, admirando a músicos afroamericanos como The Golden Gate Quartet. Sin embargo pronto descubrió el otro lado de la música en Beale Street, zona del centro de Memphis donde germinó una gran cantidad de blues de la mano de leyendas como Louis Armstrong, Muddy Waters, Albert King, Memphis Minnie y BB King.
Elvis, que apenas había estudiado música en la escuela, aprendió a cantar como los bluesman y ese fue el detonante del éxito que obtuvo, más la casualidad que Sam Phillips le escuchara cantar el clásico de Arthur Crudup «That’s All Right» de madrugada en Sun Records, cuando estaba a punto de descartarlo como vocalista. El single fue de un impacto fulminante, mientras que casi todos los oyentes pensaban que se trataba de un negro cantando.
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