▸ 21 de abril: Shin Chan: ¡Los adultos contraatacan!, de Keiichi Hara.
▸ 18 de mayo: Shrek, de Andrew Adamson y Vicky Jenson.
▸ 15 de junio: Atlantis: El imperio perdido, de Gary Trousdale y Kirk Wise.
▸ 30 de julio: Buzz Lightyear, Comando Estelar: La aventura comienza, de Tad Stones.
▸ 2 de noviembre: Monstruos S. A., de Peter Docter.
¿POR QUÉ MOMENTO PASABA STUDIO GHIBLI? ¿CUÁLES HABÍAN SIDO SUS OBRAS PREVIAS?
La obra del estudio inmediatamente anterior a El viaje de Chihiro había sido Mis vecinos los Yamada , un filme experimental de Isao Takahata que adaptaba un manga de historias cortas sobre el día a día de una peculiar familia japonesa. Esta película, realizada con animación digital y una estética semejante al boceto a acuarela, rompía con todos los esquemas estéticos de la línea anterior de largometrajes, por lo que fue todo un riesgo y un fracaso en taquilla a pesar de su valor artístico.
No obstante, Ghibli seguía produciendo obras y sacando a la luz nuevos e interesantes proyectos diversificados, como la creación de un museo destinado a acercar el mundo de la animación y el universo del estudio a los niños, el Museo Ghibli de Mitaka, que se inauguraría en 2001. Al respecto, Hayao Miyazaki declaraba que:
«Dirigir un museo es un trabajo diario. Todo tiene que ser perfecto, todos los días. No puedes corregir los errores que cometiste el día anterior. Y lo que es más, siempre tienes que estar pensando en la próxima exposición. Es un trabajo apasionante que no tiene fin» 3 .
Tras La princesa Mononoke, Hayao Miyazaki no atravesó un buen momento personal debido al agotamiento y al fallecimiento de su amigo Yoshifumi Kondō 4 , quien, a causa de haber trabajado con ahínco en el largometraje, había empeorado su estado de salud. El director se encontraba en un punto álgido en su carrera gracias a un considerable éxito nacional 5 e internacional con su última película, pero el coste personal había sido elevado:
«Cuando trabajaba en ‘La princesa Mononoke’ creí de verdad que iba a abandonar. Estaba cada vez más débil y no sabía qué hacer. Como el trabajo de director requiere en primer lugar talento y no fuerza física, luché por acabar la película especialmente porque la estabilidad financiera de la productora dependía del estreno del filme» 6 .
Durante la producción, el director se planteó incluso retirarse de la industria, pero, cuando se conoció esta idea, los medios comenzaron a asociar la posible retirada con el fin de Studio Ghibli, lo cual contribuyó a acentuar la presión sobre el equipo:
«Un día estaba un poco alterado y contesté que La Princesa Mononoke sería mi última película. Hasta me convencí a mí mismo de que había terminado mi carrera. Invertí todas mis energías en la batalla final, incrementando mis expectativas y exigiendo cada vez más a mis colaboradores. Ya estaban bajo una presión enorme y mi actitud dejó agotados a los empleados de Ghibli».
Exterior del Museo Ghibli.
Sin embargo y a pesar de la presión, Miyazaki decidió volver a trabajar y plantear nuevos proyectos, aunque optó por continuar estableciendo una serie de cambios en el proceso de trabajo y delegando tareas. El motivo de esto es que sintió el impulso y las ganas de hacer una película muy diferente a La princesa Mononoke, que tratara un tema importante pero contara con un tono más ligero, además de que quería hacerla en un ambiente positivo sin tener que regañar a nadie ni caer en excesivos agobios.
¿CÓMO SURGIÓ EL VIAJE DE CHIHIRO?
Como suele ser habitual en el día a día de Studio Ghibli, Hayao Miyazaki comienza proponiendo los proyectos que más le interesan, pero es Toshio Suzuki quien pone los pies en la tierra y reorienta la viabilidad de los mismos. Antes de comenzar la producción de La Princesa Mononoke, el director se había fijado en un libro para niños de 1975 escrito por Sachiko Kashiwaba, The marvelous village veiled in mist ( Kiri no mukou no fushigi na machi ) 7 a raíz del interés por el mismo de un miembro de su equipo. Quiso proponer su adaptación movido por explorar los temas que planteaba y entender el porqué de esa fascinación que suscitaba entre los jóvenes. Sin embargo, aunque su propuesta fue rechazada, algunos de los temas y motivos centrales del libro se acabarían recuperando en El viaje de Chihiro (véase capítulo 7).
A continuación, Hayao Miyazaki se centró en un proyecto llamado Rin, el pintor de chimeneas, ambientado en una casa de baños de Tokio tras el terremoto de 1923, un suceso que el director siempre quiso plasmar en una película y que acabaría representado en El viento se levanta . De este proyecto se llegaron a realizar muchos bocetos e incluso a definir el tema musical central de la película. No obstante, debido a que el texto era más contemporáneo y complejo, Toshio Suzuki le convenció para reorientarlo hacia algo que conectara más con el público infantil.
Según Andrew Osmond, el productor, tras el visionado de la serie Bayside Shakedown , se había fijado en el concepto de héroe frustrado, lo que le llevó a pedirle a Miyazaki dicha conexión con una audiencia más joven y, finalmente, a desestimar el proyecto de Rin, el pintor de chimeneas 8 . A partir de aquí, Hayao Miyazaki escribió una sinopsis de una película inspirada en el proyecto rechazado en la que incorporaba una niña y dos personajes malvados que, según sus propias palabras, tenían referentes reconocibles:
«El primero inspirado en nuestro productor –Sr. Suzuki– y el segundo en mí mismo. Se puede imaginar por qué el proyecto recibió la aprobación unánime del estudio» 9 .
¿CÓMO FUNCIONABA STUDIO GHIBLI?
El habitual modus operandi de Hayao Miyazaki implica que, para cuando la producción ya ha comenzado, el director aún no ha desarrollado la historia en su conjunto generalmente por falta de tiempo, por lo que esta va cobrando forma conforme avanzan los storyboards que va haciendo. Este sistema posibilita un mayor control por su parte de todas las fases del proceso, si bien implica una mayor lentitud que suele derivar en que, en ocasiones, el guion pueda resultar acelerado hacia el final. Al fin y al cabo, como Hayao Miyazaki ha declarado al respecto, no tienen más opción que trabajar poco a poco conforme la historia se desarrolla a pesar de los riesgos 10 :
«Nunca sabemos dónde terminará la historia, pero seguimos trabajando en la película conforme se desarrolla. Es un modo peligroso de hacer animación y me gustaría que fuera diferente, pero, desgraciadamente, este es el modo en el que trabajo [...] En El viaje de Chihiro había 1.415 planos diferentes, pero cuando empecé el proyecto había planteado cerca de 1.200. Sin embargo fue la película quien me dijo que no, que tenían que ser más de 1.200. No soy yo quien hace la película, sino que ella se hace a sí misma y no tengo más opción que seguirla».
Aun con el riesgo de que algunas ideas resulten redundantes y otras se queden cortas, el director suele aprovechar y reutilizar todo el material posible al final de la producción. Así pues, el esfuerzo de todo el equipo permite enriquecer y ampliar la película poco a poco sin dañar su coherencia.
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