34Nieto, Jaime Rafael. La Alianza Democrática m-19…, op. cit., p. 187.
35Una de las listas fue la del Movimiento de Salvación Nacional, dirigida por Álvaro Gómez Hurtado, que obtuvo 574 411 votos (el 15.48 %), la otra fue la del Partido Social Conservador, encabezada por Misael Pastrana Borrero, con 236 794 votos (el 6.38 %).
36Gutiérrez Sanín, Francisco. Fragmentación electoral y política tradicional en Colombia: piezas para un rompecabezas en muchas dimensiones. Perfiles Latinoamericanos, 20(10), junio del 2002, pp. 53-77. Aunque el término atañe a las elecciones de 1990, su análisis abarca un periodo más largo. Dicha dispersión compete al bipartidismo, aunque Sanín se detiene en el caso liberal. El analista se opone a las interpretaciones que asumen que la fragmentación electoral le sirvió básicamente a quienes manejan el clientelismo, a los políticos tradicionales; así que la fragmentación no produjo tales beneficios, ya que se trató principalmente de un acomodamiento dentro de los mismos partidos en un momento de crisis orgánica. Los trabajos de este autor son altamente recomendables a quienes se interesan en el sistema político colombiano y en los aspectos en materia electoral del Partido Liberal.
37Nieto, Jaime Rafael. La Alianza Democrática m-19…, op. cit., p. 186.
38Designados hasta entonces por los gobernadores departamentales, a su vez nombrados por decreto presidencial.
39Giraldo, Fernando. Sistema de partidos políticos…, op. cit., p. 33.
40Oquist, Paul. Violencia, conflicto y política en Colombia. Bogotá: Instituto de Estudios Colombianos y Biblioteca Banco Popular, 1978.
41Se está completamente de acuerdo con la tesis de Juan Guillermo Zapata según la cual con el Frente Nacional se avaló de manera definitiva en Colombia el modo de producción capitalista (ver Zapata, Juan Guillermo. Despolitización del bipartidismo y nuevas violencias. Consecuencias del Frente Nacional. Kabái, 9, del 2001, pp. 93-101).
42Hay quienes ven en 1974 el fin del Frente Nacional. Más bien ese año comienza su declive, pues su herencia iría hasta la segunda mitad de los años ochenta, ya que el régimen siguió obstaculizando los intentos de otras terceras fuerzas de alcanzar el poder.
43Ver también los trabajos de Jaime Rafael Nieto, Fernando Giraldo o Pedro Santana Rodríguez, entre otros.
44Pizarro Leongómez, Eduardo. Colombia: ¿Renovación o colapso del sistema de partidos?, p. 109. En Manuel Alcántara y Juan Ibeas (eds.), Colombia ante los retos del siglo xxi. Desarrollo, democracia y paz (pp. 99-126). España: Ediciones Universidad de Salamanca, 2001. Pizarro Leongómez estima que estas fuerzas son parte de los partidos mismos, y las define como “aquellas fuerzas que, a pesar de portar una sigla particular o incluso presentarse como multipartidista, han recibido el aval de un partido o movimiento reconocido legalmente por el Consejo Nacional Electoral” (ibid., p. 108).
45Charlot, Jean y Charlot, Monica. Les groupes politiques dans leur environnement. En Madeleine Grawitz y Jean Leca (dirs.), Traité de science politique. iii: L’action politique (cap. 6, pp. 429-496). París: Presses Universitaires de France, 1985.
46Las sesiones iniciaron el 5 de febrero y culminaron el 4 de julio. El Decreto 1926 del 24 de agosto de 1990 regló su duración.
47Francisco Caraballo, citado en Villarraga, Álvaro y Plazas, Nelson. Para reconstruir los sueños…, op. cit., p. 338.
48Ibid., p. 337.
49Dos dirigentes indígenas fueron elegidos: Francisco Rojas Birry, a nombre de la Organización Nacional Indígena de Colombia (onic), con 31 783 votos, el 0.85 %; y Lorenzo Muelas Hurtado, por la lista de las Autoridades Indígenas de Colombia (aico), con 22 443 votos, el 0.60 %. Jaime Ortiz Hurtado, por el movimiento Unión Cristiana – Confederación Evangélica de Colombia, alcanzó una votación de 115 201 sufragios, el 3.10 %. Los tres dirigentes trabajaron en la Asamblea Constituyente y en lo sucesivo junto con la izquierda, incluso integrando alguna de sus fuerzas.
50Dada la alta abstención a la elección de la Asamblea Constituyente, el dirigente conservador Misael Pastrana Borrero afirmó que “no se ha decretado por el pueblo la muerte de la Constitución del 86”, y en una indirecta al buen resultado de la ad m-19 agregó: “hay un espejismo en los resultados del m-19, pues es claro que quienes apoyaron sus tesis ambiguas y fueron a votar son una porción reducida de la población en capacidad de expresarse”. Idéntica impresión tuvo Alfonso López Michelsen al ver que la votación da cuenta de que el pueblo la recibió con “el mayor desdén electoral que haya registrado la historia política de este siglo que termina”. Para Antonio Navarro, la abstención “es el reflejo del voto amarrado que estaba acostumbrado a recibir algo a cambio” (El Tiempo. Bajísima votación por la Constituyente la coloca en problemas políticos. El Tiempo, Primer Plano, 10 de diciembre de 1990, p. 3A).
51Giraldo, Francisco. Sistema de partidos políticos…, op. cit., p. 29.
52El epl denunció el asesinato de varios excombatientes pasada su desmovilización (ver Villarraga, Álvaro y Plazas, Nelson. Para reconstruir los sueños…, op. cit., p. 454).
53Villarraga, Álvaro y Plazas, Nelson. Para reconstruir los sueños…, op. cit., p. 455.
54Gaxie, Daniel. La démocratie représentative. París: Montchrestien, 2003, p. 88.
55Tal como lo conviene Hannah Arendt y contra la máxima del general Von Clausewitz “de que la guerra es la continuación de la política por otros medios” (ver Arendt, Hannah. On Violence. Orlando, Florida: Harcourt, 1970, p. 9).
56Medida que comenzó con el Acto Legislativo 1 de Betancur; hasta 1986 un diputado a la Asamblea podía ser concejal.
57Sin duda fundándose en dichos capítulos, y en especial el artículo 108, concerniente a la atribución de la personería jurídica, es que Guerrero atinó en una incoherencia al notar que mientras en el artículo 39 se exigen principios democráticos en la organización sindical, social y gremial, no ocurre exacción pareja con los partidos políticos: “en dos ocasiones sucesivas que se puso a votación el artículo 108 de la Constitución, la dividida mayoría liberal y el desarticulado bloque conservador cerraron filas dentro de la Constituyente en torno a la categórica negativa a admitir que la disposición contuviera la exigencia de someter la organización interna de los partidos, es decir, de los suyos, a principios democrático” (Guerrero Apráez, Víctor. Ley Estatutaria de Partidos y Movimientos Políticos, ¿democracia de partidos o de movimientos?, p. 74. Foro, 21, septiembre de 1993, pp. 72-79).
58Medina, Medófilo. La crisis de la izquierda en Colombia, p. 50. Foro, 15, septiembre de 1991, pp. 45-52.
59Gaviria renovó la tradición que quebró su antecesor, Barco, quien solo vinculó a quienes salían de las toldas liberales.
60Las derechas no se quedaron atrás y remozaron algunas prácticas y el lenguaje a fin de no aparecer anticuadas.
61Discurso en Medellín de Bernardo Gutiérrez, el 4 de marzo de 1991 (citado en Nieto, Jaime Rafael. La Alianza Democrática m-19…, op. cit., p. 198).
62Particularmente en el Urabá, en los Montes de María y en algunas zonas de Risaralda. Paralelamente se presentaron otras tres posiciones, la una, promovida por el dirigente que tuvo el epl en la Asamblea Constituyente, Germán Toro, alegó la imposibilidad de impulsar un proceso de corte socialista por fuera de la ad m-19, y un momento de crisis en la izquierda; la otra sugirió acordar comúnmente programa y estatutos preservando la autonomía de cada grupo; y otra más planteó que lo primero era consolidar Esperanza, Paz y Libertad a nivel regional.
63En específico la corriente presidida por Ernesto Samper. Una década después Bernardo Gutiérrez hizo las paces con la izquierda y participó en la creación del colectivo del pda en Italia, país donde murió en enero del 2008.
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