• Velocidad variable según sistemas: los diferentes órganos del cuerpo tienen su propio ritmo de crecimiento, alcanzando la madurez en distintas edades, lo que puede observarse en el gráfico “Curva de crecimiento post-natal”. Es así como podemos reconocer que el crecimiento óseo se aproxima al crecimiento corporal total, mientras que el cerebro y los tejidos linfáticos y reproductores siguen secuencias distintas e individuales.
• Individualidad: esta característica es sumamente importante de considerar, ya que a pesar de todas las mencionadas anteriormente, en cada niño el proceso de crecimiento y desarrollo tiene una connotación individual con ciertas variaciones dentro de márgenes normales. Es importante que los padres tengan presente esta característica si comparan el desarrollo y comportamiento de sus hijos con los de otros niños, ello puede aliviar su ansiedad y realinear sus expectativas a parámetros posibles o potenciales de desarrollo.
Curva de crecimiento post-natal(OPS Manual de Crecimiento y Desarrollo del Niño, 1986)
FACTORES ASOCIADOS AL CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Los factores que afectan el desarrollo se pueden dividir en biológicos y del entorno. Los primeros, con fines didácticos, se clasifican en factores genéticos, pre-natales, perinatales, y post-natales. El patrón típico de crecimiento y desarrollo emerge de la interacción de factores genéticos y del entorno, que establecen el potencial del crecimiento y la magnitud en que este potencial se expresa.
La información genética establece en forma muy precisa la secuencia y los tiempos en que estos procesos deben ocurrir. Si alguna noxa de tipo ambiental actúa en estos períodos, impidiendo que un evento suceda en los plazos establecidos, puede producir un trastorno definitivo del crecimiento y/o desarrollo. El patrón genético, familiar y el sexo del niño son aspectos a considerar en la evaluación del crecimiento y desarrollo.
Es posible que las variaciones del desarrollo estén influenciadas por factores pre-natales como las características fisiológicas de la madre (edad, número de la gestación, estado emocional y de salud, cantidad y calidad de su dieta durante el embarazo, entre otros.), la gemelaridad y la prematuridad, sin patologías agregadas, determinan variaciones en el desarrollo, al menos durante los primeros años de vida.
Entre los factores perinatales, es conocido que fenómenos de hipoxia leve, hipoglicemia, hiperbilirrubinemia representan un riesgo de variación del patrón de normalidad.
Dentro de los factores post-natales la alimentación, las inmunizaciones, ciertas enfermedades de poca gravedad pueden modular el desarrollo post-natal, dentro de un plano normal.
La influencia del entorno está determinada por diversos factores del ambiente físico, psicológico y sociocultural de las personas. Dentro de ellos especialmente importante es el nivel de educación, las condiciones socioeconómicas, de saneamiento básico, la composición y estabilidad de la familia, las condiciones socioafectivas, los estilos de vida y pautas culturales de crianza, la nutrición y las enfermedades infectocontagiosas, entre otros. La interacción de todos ellos crea las condiciones de mayor o menor riesgo de contraer una enfermedad. Todo lo mencionado explica que la evaluación del crecimiento y desarrollo sea un buen indicador de las condiciones de salud del individuo o grupo poblacional evaluado.
Los factores culturales y socioeconómicos del grupo humano y de la familia a que pertenece merecen una consideración especial. Existen determinados factores de estimulación y promoción de ciertos intereses; modelos conductuales específicos; valores sociales, religiosos, normas de crianza relacionadas con el desarrollo de hábitos, la interacción con hermanos, el grado de independencia y variados aspectos valóricos que afectan el crecimiento y desarrollo. Cabe destacar que el lenguaje, la socialización, el desarrollo de hábitos, son áreas donde la estimulación tiene efecto muy importante.
La afectividad es otro aspecto esencial, cuya importancia es indiscutible en el desarrollo de un ser equilibrado en sus aspectos emocionales, sociales y laborales posteriores. Cuando el medio circundante es seguro y estable se hace sentir al niño querido y amado, la energía puede dirigirse hacia un desarrollo positivo; en cambio alteraciones del vínculo con los padres o con la familia pueden afectar su desarrollo. Algunas condiciones y características de la familia que favorecen un desarrollo normal son la existencia de una cercanía afectiva, un acuerdo relacional, equilibrio en la cercanía parental (no podemos dejar de señalar que un acercamiento excesivo a uno de los padres genera conflictos en el desarrollo), jerarquía parento-filial definida en cuanto a normas, hábitos, valores, entre otros, normas claras y flexibles, interacción autónoma con iguales, límites claros de los subsistemas familiares.
Todos estos factores tienen gran influencia sobre el proceso y lo pueden afectar positiva o negativamente. Está demostrado que un niño que vive en un ambiente donde las condiciones son favorables tendrá un crecimiento y desarrollo que se manifestará en su máxima expresión; por el contrario, si son adversas se producirán alteraciones, aun cuando las condiciones genéticas sean óptimas.
El conocimiento acerca del crecimiento y desarrollo y su naturaleza predecible, es de utilidad en el cuidado de enfermería. Su comprensión conforma la base para que la enfermera estimule el cuidado adecuado según la edad y prepare a los padres con guías anticipatorias de lo que a su hijo probablemente le ocurrirá.
FASES Y PERÍODOS DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO
Se distinguen dos grandes fases, la preconcepcional y la post-concepcional. La primera está representada por los antecesores de una persona, con todas aquellas condiciones y características que pueden transmitirse a través de la herencia, por ejemplo, alteraciones cromosómicas o genéticas que en algunos casos pueden aparecer saltándose generaciones.
La fase post-concepcional es la que se inicia con la fecundación del óvulo y termina con la muerte. Puede dividirse en varios períodos que representan el ciclo vital de una persona.
La etapa pre-natal comienza en la concepción y termina con el nacimiento, ocurre en el ambiente intrauterino. El primer período de esta etapa es el ovular, que va de cero a catorce días, se caracteriza por una multiplicación y maduración celular y aun cuando es autosuficiente, pues se nutre de sus propias reservas, es de gran labilidad, influido por factores genéticos y del entorno.
El segundo período es el embrionario, el cual se prolonga desde los catorce días hasta la novena semana de gestación (algunos autores postulan que dura hasta la duodécima). Este período se caracteriza por la diferenciación de órganos y sistemas. Al terminar éste, el nuevo ser está completamente formado, sólo le falta crecer y madurar. Es muy sensible a factores adversos como radiaciones, drogas, infecciones, entre otros, que pueden afectar el desarrollo de los órganos, lo que se traduciría en malformaciones congénitas.
El período fetal, último de la etapa pre-natal, se extiende desde la novena semana hasta el nacimiento, el que normalmente ocurre cuando el embarazo es de término, entre las 38 y 42 semanas de gestación. Se caracteriza por un crecimiento muy rápido y el comienzo de la actividad funcional.
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