IDIOMAS DEL DOLOR CRÓNICO
La migraña es un tipo de dolor crónico que afecta a amplios sectores de la población y, al mismo tiempo, pone en cuestión los modos de reconocer y legitimar socialmente un malestar ya que carece de evidencias empíricas, de respuestas certeras desde los saberes biomédicos, y su diagnóstico emerge luego de realizar estudios que dan bien y de descartar “algo grave”. De esta forma, es en la intersección entre las narrativas de quienes padecen –en los intentos por poner en palabras dicha experiencia–, de sus vínculos cercanos y de los médicos, que la migraña se constituye como un idioma heterogéneo y múltiple. Dentro de este universo de dolor se articulan y tensionan regulaciones corporales/emocionales, de géneros, modos de transitar con dolor diferentes ámbitos laborales y modificaciones en las relaciones yo-otros.
Romina Del Monaco, con su estudio sobre dolores crónicos, aporta nuevas dimensiones para incluir teóricamente y analizar la complejidad de los modos de padecer en la vida cotidiana y las características del sistema de salud y de cuidado en contextos urbanos.
Romina Del Monaco.Socióloga, magíster en Antropología Social y Política (Flacso) y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Investigadora del Conicet y del Instituto de Investigaciones Gino Germani (UBA). Docente de grado en la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y de posgrado (Flacso). Es autora de capítulos de libros y diversas publicaciones en revistas nacionales e internacionales sobre antropología y sociología de la salud (específicamente, dolor crónico, cuerpos/emociones, trayectorias de cuidado y migraña).
ROMINA DEL MONACO
IDIOMAS DEL DOLOR CRÓNICO
Experiencias y saberes a partir de la migraña
Investigaciones y ensayos
A mis padres, Rita y José.
Enfrentémoslo. Los otros nos desintegran. Y si no fuera así, algo nos falta.
Judith Butler,
Vida Precaria: el poder del duelo y la violencia
Si usted compadece a alguien que tiene dolores, es indudable que usted tiene que creer por lo menos que tiene dolores. ¿Pero cómo puedo yo siquiera creerlo? ¿Cómo pueden tener sentido para mí estas palabras? ¿Cómo podría haber llegado yo siquiera a la idea de la experiencia de otro si no hay posibilidad de evidencia alguna sobre ella? Pero ¿no sería extraño hacer esta pregunta? ¿Es que no puedo yo creer que alguien más tenga dolores? ¿No resulta bastante fácil creerlo?
Ludwig Wittgenstein,
Los cuadernos azul y marrón
Este libro, resultado de mi tesis doctoral, es producto de una investigación que comenzó en 2010. Desde ese momento, este proceso estuvo en constante relación con otros, con personas que, directa o indirectamente, acompañaron y son parte de este trabajo, y a las que quiero agradecer.
Hace un tiempo, Virginia Cano –a quien agradezco, entre otras cosas, por la persona que es, por la potencia de sus palabras y por crear un taller de teoría cuir y feminismo que trascendió y se convirtió en un grupo de amistad y de compartir mucho con hermosas personas a las que también tengo muchísimo que agradecer– me dijo: “Hay una frase de Píndaro que retoma Nietzsche que es: cómo se llega a ser lo que se es”.
Este recorrido, con algunos momentos de incertidumbre, miedo, dolor, pero sobre todo de mucha honestidad, verdad y alegría incluye modos de sentir/pensar(me), decir y vivir en pos de intentar y llegar a “ser lo que se es”, y, en ese sentido, agradezco haberme encontrado y encontrarme con personas y situaciones que me enseñan, atraviesan y forman parte de este proceso y de quien soy; a todas ellas, muchas gracias.
María Epele ocupa un lugar central en este trabajo porque mi formación académica en la investigación, docencia y en el aprendizaje en la escritura a través de sus lecturas y comentarios en esa búsqueda de particularidad y creatividad fueron guiadas y acompañadas desde un inicio por ella, quien como una gran maestra me alentó, entre otras cosas, en la realización de este libro. Estoy muy agradecida por su confianza, generosidad y por los encuentros en los que se combinaban discusiones de capítulos de tesis con charlas sobre música, cine y la vida en general.
Quiero agradecer muy especialmente a mi familia, fundamentales para mí; a mis padres, Rita y José, a mis hermanos, Darío y Luciana, y a mis abuelas, Lidia, Ida y Asunta. Muchas gracias por el amor, por el cuidado, por lo compartido, por las enseñanzas y por la presencia y acompañamiento en cada una de las cosas que decido y hago.
Muchas gracias infinitas a cada una de mis amigas, por su compañía, por las escuchas atentas, por insistir, por las risas, por compartir tanto y porque estos lazos de reciprocidad y amor que tenemos ocupan un lugar muy importante en mi vida.
Los inicios de esta investigación (y durante ella) coincidieron con comenzar a estudiar teatro y por eso quiero agradecerles a Soledad Villamil y Federico Olivera porque la actuación se convirtió en un espacio muy especial en el que, a través de improvisaciones, escenas y devoluciones generosas y precisas aprendí de teatro pero, sobre todo, de mí misma, y conocí grandes personas y amigas/os.
Muchas gracias a Paula Lobariñas, gran fotógrafa, por permitirme incluir en la tapa de este libro su hermosa y significativa foto titulada “Tu tiempo es ahora una mariposa”. También, gracias por escuchar, por compartir y por ser parte de un momento importante para mí.
Quiero agradecer a otros investigadores y grupos en los que he participado durante estos años y que me han dado su apoyo. A Patricia Schwarz por las charlas, por su generosidad y estímulos constantes tanto en lo personal como en lo académico, entre otras cosas, para publicar este libro. También a las integrantes del grupo de estudios sobre tecnologías psi, malestares y capitalismo dirigido por María Epele. Muchas gracias a Adrián Scribano y al grupo de estudios sobre sociología de las emociones y los cuerpos por los diálogos, intercambios y trabajos colectivos durante todos estos años.
Finalmente, quisiera agradecer a las personas entrevistadas –pacientes y familiares– por su tiempo y por compartir conmigo experiencias de sus vidas cotidianas que me permitieron desarrollar esta investigación, y a los médicos por la información brindada.
María Epele
La interrogación sobre el sufrimiento social y el subjetivo irrumpió abruptamente para conmover de forma indeleble los modelos de inteligibilidad contemporánea en ciencias sociales y antropología en general, y en salud en particular. En lugar de ser un neologismo o una noción técnica dentro de un horizonte teórico inédito y en emergencia, la diversidad de aproximaciones al sufrimiento está marcada por las ambigüedades y las vaguedades que arrastra de sus cargadas y diversas genealogías en la vida cotidiana, en el sentido común.
Por un lado, la multiplicación y la diversificación de desarrollos sobre el sufrimiento social y el subjetivo han transformado las aproximaciones teóricas, los métodos y las técnicas, y la agenda de las intervenciones sobre los padecimientos. Por otro lado, el ingreso del sufrimiento en las coordenadas de inteligibilidad de las sociedades contemporáneas no se ha restringido al dominio académico. Desde un primer momento, el sufrimiento social viene participando de los discursos y los programas políticos que buscan mitigar las consecuencias de las transformaciones del capitalismo, la violencia rutinaria y extraordinaria, y las crisis económicas, políticas en diferentes regiones del mundo. Al categorizar como sufrimiento una diversidad de experiencias y prácticas, el repertorio de acciones e intervenciones políticas, sanitarias y sociales ha modificado sus características y sus objetivos. Además, la multiplicación de imágenes de sufrimiento y dolor en lugares cercanos o lejanos, a través de los medios de comunicación, viene promoviendo no sólo su mercantilización y su naturalización. También, viene modificando las sensibilidades, los umbrales y las categorías emocionales, de sentido y de respuestas sociales y políticas.
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