Manuel Echeverría - Las puertas del infierno

Здесь есть возможность читать онлайн «Manuel Echeverría - Las puertas del infierno» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las puertas del infierno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las puertas del infierno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Berlín, 1938. Meses antes de la invasión de Checoslovaquia y Polonia por el ejército de Hitler, que marcaría el inicio de la Segunda Gran Guerra, Bruno Meyer, un brillante estudiante de Derecho, se ve obligado a abandonar las aulas universitarias tras el asesinato de su padre. En busca de los medios para mantener a su familia, Bruno ingresa a la Kripo, la policía criminal de Alemania. En la corrupta institución se enfrentará al laberinto de infamias, engaños y traiciones en que se ha convertido el Tercer Reich: un lodazal de muerte, venganza, avaricia y ambición sin límites, en el que hasta el más virtuoso verá puestos a prueba su honor y convicciones. En los entresijos de la decadencia habrá un resquicio para el amor y la esperanza; ¿serán suficientes para conservar firme la integridad moral de Bruno?El autor de
El abogado del Kremlin y
El amante judío visita ahora el imperio alemán en los albores de una guerra que asolará Europa, y nos entrega una novela poderosa sobre las más altas cimas de la virtud humana y los más bajos sótanos de la inmundicia terrenal.

Las puertas del infierno — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las puertas del infierno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ritter le puso una mano en el hombro.

“Despídete de tu padre y seguimos hablando en el camino.”

La Römerstrasse, que estaba hundida en la penumbra, se había llenado con el recuerdo borrascoso del enfrentamiento y Meyer sintió que su padre se había materializado en la bodega para mirarlo con una intensidad que jamás le vio en vida.

“La noche que se arregló todo —dijo Ritter— se produjo un cambio radical. La policía se dedicó a proteger a las mafias y los jueces no volvieron a recibir ninguna denuncia de las operaciones del crimen organizado. La batalla de la Römerstrasse fue el primer caso del nuevo sistema y por eso no es extraño que no hayas encontrado ninguna referencia en el archivo de la Kripo.”

Meyer recordó los ojos autoritarios de su padre.

“Le dieron un tiro en el estómago y otro en la espalda. Heridas graves, sin duda, pero no me parece que hubieran bastado para matarlo en forma instantánea.”

“Eso pensé.”

“¿Le tomó el pulso?”

Ritter atravesó la Puerta de Brandeburgo y se dirigió al sur de la ciudad.

“Es necesario que trates de imaginar la situación con frialdad. La bodega estaba llena de humo y la balacera había ido disminuyendo en forma gradual pero seguía siendo una balacera. ¿Tú crees que tuve tiempo de tomarle el pulso? Lo importante era llevarlo a un hospital.”

“¿Iban en este coche?”

“Íbamos en el coche de tu padre. Un Audi. Este me lo dieron el año pasado.”

Ludwig Meyer era un hombre macizo y corpulento y Ritter tuvo que hacer un esfuerzo enorme para echárselo a la espalda y llevarlo al coche.

“Lo recosté en el asiento de atrás, le aflojé la corbata y salí disparado a la Röntgen Klinik. Hubiera podido ir al Hospital de la Armada, que se encuentra en la primera esquina de la Kurfürstendamm, pero el único sitio que me vino a la cabeza fue la Röntgen Klinik, quizá porque es el lugar donde nació mi primer hijo.”

Fue un viaje agobiante. Las calles estaban desiertas, pero el estrépito de la Römerstrasse seguía resonando en sus oídos con tal fuerza que por unos segundos sintió que no estaba cruzando las avenidas solitarias de Berlín, sino las trincheras ensangrentadas de Verdún.

“¿Sabes qué hice durante el trayecto? Me puse a hablar con tu padre. Ludwig, mi viejo. ¿Tú crees que valió la pena? Abre los ojos, hermano, respóndeme.”

Ritter hizo una pausa.

“En algún momento encendí el radio para reanimarlo y moví la aguja hasta que empezamos a oír a Édith Piaf, su cantante favorita.”

Atravesó sin detenerse más de diez semáforos en rojo y al llegar a la clínica volvió a cargar a Ludwig Meyer y siguió hablando con él mientras subía la escalinata y atravesaba los pasillos de la planta baja. Ya llegamos, mi viejo, en menos de tres minutos te meten cuchillo y la semana entrante estás como nuevo.

“Estaba tan agitado que me olvidé de que iba cargando a un hombre de noventa kilos y cuando lo dejé sobre un sillón del vestíbulo tuve el presentimiento de que se iba a salvar. ¡Un médico! grité. ¿Dónde están los putos médicos?”

Ritter se había puesto a abrir y cerrar puertas y a gritar a pleno pulmón hasta que vio a un hombre calvo y menudo que surgió de pronto en el fondo del corredor.

“Dígame.”

“Rápido. Traigo un herido grave.”

El hombre, que llevaba un guardapolvo azul, se acercó a Ludwig Meyer y le tomó los signos vitales.

“No está herido —dijo— está muerto.”

Ritter lo empujó contra la pared.

“Llévelo al quirófano y haga lo imposible por salvarlo. ¿Tiene quien lo ayude?”

“Sí, pero no puedo hacer nada. Está muerto.”

“Llévelo al quirófano.”

“Suélteme.”

Unos segundos después llegaron dos enfermeros y tres médicos que examinaron a Ludwig Meyer con el mismo resultado y le pidieron a Ritter que se tranquilizara.

“¡Está vivo! Me tardé veinte minutos en llegar a la clínica y estuvimos hablando todo el tiempo. Llévenlo al quirófano.”

“Es inútil. Cálmese.”

Ritter sacó su credencial.

“Al quirófano, dije. El día que empiece la guerra ustedes van a servir para un culo.”

Los enfermeros alzaron a Ludwig Meyer y lo trasladaron a la mesa de operaciones, donde el jefe de la guardia lo llenó de tubos y sondas y empezó a darle masaje en el corazón hasta que el propio Ritter se convenció de que habían llegado demasiado tarde.

“¿Por qué les dijo que habían estado hablando durante el camino? ¿Era cierto?”

“Mil por ciento.”

“¿Qué le dijo?”

“Rápido, Hugo, no te preocupes. Al llegar a la clínica pensé que se iba a salvar.”

Los médicos envolvieron a Ludwig Meyer en una sábana, lo llevaron al sótano y lo dejaron en un rincón sin más compañía que seis cadáveres que estaban esperando turno para dirigirse al cementerio.

“¡Fuera todos! —gritó Ritter— Necesito hablar con él.”

Ritter pasó frente a los mercados de Charlottenburg y las orillas del Spree y no volvió a detenerse hasta que llegó al edificio de cantera donde vivía Meyer.

“Es muy extraño, pero el momento más duro fue cuando me quedé solo con tu padre en el sótano de la clínica.”

Estaba haciendo un frío de polo norte y tuvo que levantarse el cuello de la gabardina y meter las manos en los bolsillos.

“Me salvó la vida en Verdún y cuando lo vi tendido me pareció increíble que hubiéramos pasado juntos por tantos peligros para terminar de una forma tan estúpida en una reyerta de canallas.”

Ritter había levantado la sábana para ver el rostro de Ludwig Meyer.

“Tenía los ojos cerrados y las mejillas lívidas, pero lo demás estaba en el lugar de siempre. La fuerza, la enjundia, su capacidad de entrega en todos los renglones de la vida. Me quedé inmóvil unos minutos, y luego le agradecí lo que había hecho por mí en la guerra, le pedí que me perdonara y lo perdoné de lo que tenía que perdonarlo.”

“¿A qué se refiere?”

“Es imposible que una relación entrañable que duró tantos años no haya pasado por altibajos y problemas. Le pedí que me perdonara de no haber llegado a tiempo para salvarlo. Y lo perdoné de una serie de pecados menores que me lastimaron un poco y pertenecen de modo exclusivo a la hermandad que nos unió a lo largo de la vida. No quiero elaborar sobre el tema.”

Ritter lo miró a través de la penumbra.

“Le dije que no se preocupara de nada y que sus hijos podrían contar conmigo hasta el final del camino.”

“Usted perdone, capitán, pero no veo cómo nos iba a ayudar si jamás hizo el menor intento de hablar con nosotros.”

Meyer sintió que no podía detenerse en ese punto.

“Por otra parte, el día que murió mi padre no se le ocurrió ir a la casa para informarnos de lo que había sucedido.”

“Te lo dije hace un rato. Estaba tan quebrado que no tuve la presencia de ánimo de hablar con ustedes y decirles que todo era culpa mía. Tu madre siempre me vio con hostilidad y no quise exponerme a que me hiciera algún reproche.”

“No recuerdo los nombres de los agentes que fueron a darnos la noticia.”

“Yo tampoco. Al salir del sótano me dirigí a un teléfono de la recepción, hablé con Scheller y luego hablé a la Kripo y le ordené al oficial de turno que sacara a dos agentes de la cama y los mandara a tu casa. Salí de la clínica como un sonámbulo, me refugié en una taberna y me puse a beber hasta que me caí como un fardo sobre la mesa.”

Meyer abrió la puerta del coche.

“Le agradezco que me haya contado todo. Fue muy duro, pero me sirvió para reconciliarme con mi padre.”

“¿En qué sentido?”

“En el mismo que usted. Las relaciones entre los padres y los hijos son muy complejas y están llenas de altibajos y problemas.”

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las puertas del infierno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las puertas del infierno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Las puertas del infierno»

Обсуждение, отзывы о книге «Las puertas del infierno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x