Índice de contenido
PRÓLOGO EL TEATRO NORTEAMERICANO: UNA SÍNTESIS Espejo del Mundo
INTRODUCCIÓN
I. EL TEATRO ANTERIOR AL SIGLO XX
ANTES Y ALREDEDOR DE LA INDEPENDENCIA
EL TEATRO EN EL SIGLO XIX
II. UN TEATRO NUEVO
LOS PROVINCETOWN PLAYERS
EUGENE O'NEILL
III. UN TEATRO EN DESARROLLO
LOS TREINTA: EL GROUP THEATRE
LA IZQUIERDA Y EL TEATRO
EL FEDERAL THEATRE PROJECT
OTROS DRAMATURGOS
IV. DRAMATURGIA DE LA POSGUERRA
ARTHUR MILLER
TENNESSEE WILLIAMS
UN TEATRO EN CRISIS
EDWARD ALBEE
V. LAS VANGUARDIAS
EL PERFORMANCE THEATRE
EL "TEATRO DE IMÁGENES"
EL TEATRO MILITANTE
VANGUARDIAS DEL FINAL Y HACIA EL NUEVO SIGLO
VI. LA DRAMATURGIA ACTUAL
AL FINAL DEL SIGLO XX
SAM SHEPARD
DAVID MAMET
HACIA EL NUEVO MILENIO
VII. TEATRO E IDENTIDADES 1: LOS GRUPOS ÉTNICOS
EL TEATRO NEGRO
EL TEATRO CHICANO
EL TEATRO LATINO
OTRAS ETNIAS
VIII. TEATRO E IDENTIDADES 2: SEXUALIDAD Y GÉNERO
EL TEATRO GAY
EL TEATRO FEMENINO
BIBLIOGRAFÍA
FUENTES CITADAS
FUENTES ADICIONALES Y LECTURAS RECOMENDADAS
AVISO LEGAL
EL TEATRO NORTEAMERICANO:
UNA SÍNTESIS
Espejo del Mundo
La década de los noventa y lo que va de la primera del siglo XXI han traído al teatro de Estados Unidos un vigor y una variedad que rivalizan con los de otros momentos cruciales de su historia. Así pues, la meta inmediata de una segunda versión de El teatro norteamericano: una síntesis , cuya primera edición apareció en 1993, es llenar el vacío que se ha presentado desde entonces y ampliar el espectro allí necesariamente acotado por el espacio, el tiempo, los recursos y la experiencia, amén de revisar y corregir puntos de vista (y múltiples gazapos) que en aquel momento se entrometían.
En un sentido más general, los objetivos de entonces son muy similares a los de hoy. Tanto en el momento de su primera edición —época en que arrancó un proyecto de integración económica entre los países de Norteamérica cuyos efectos siguen sintiéndose y en ciertos casos apenas revelándose— como en las circunstancias actuales, tal vez menos optimistas y ciertamente igual de conflictivas, el propósito evidente de un libro sobre el teatro de Estados Unidos debía y debe ser contribuir a satisfacer, en lo que corresponda, la exigencia de mejor información y reflexión acerca de nuestros inseparables vecinos, exigencia que sin duda existe en todos y cada uno de los ámbitos de nuestra sociedad y cultura. Dada nuestra problemática relación con una economía y sociedad tan distintas, resulta obligado explorar la cultura que se genera en ese país y la influencia que, quiérase o no, ejerce en nuestros modos de vida.
Empero, un proyecto de divulgación como éste no puede cubrir todos los campos del teatro producido en Estados Unidos; eso corresponde a estudios de mayor extensión y mercados más propicios. Así, por principio, este libro no dará cuenta sólo ni en forma extensiva del teatro más identificado como "norteamericano" por el público en general: el teatro específicamente comercial, el de Broadway, y su producto más reconocible, la comedia musical. Por ello se impone ofrecer una disculpa y una explicación. La disculpa será para la comedia musical, la contribución más evidentemente norteamericana al arte escénico convencional; desde luego no la única, pero sí la más popular. Ese teatro merece una atención que no puedo darle debido a restricciones de espacio y a mi carencia de los conocimientos musicales indispensables. La explicación se refiere a por qué el teatro escrito de manera fundamental para Broadway no es objeto primordial de esta síntesis. Espero que ambas sean satisfactorias tal y como las ofrezco en la introducción. Tampoco he tratado de escribir crítica exhaustiva. Sólo deseo sugerir algunos puntos de vista que pueden ser de interés y servicio para lectores y espectadores de distintas extracciones.
Son varias las cartas de recomendación que siguen siendo válidas para este libro —distintas de las circunstancias originales y actuales de nuestra relación con Estados Unidos—. Por una parte, el tema se enfoca desde una perspectiva extranjera respecto a ese país. Me parece que la visión del forastero interesado en la cultura norteamericana pero independiente de ella es la más apropiada para una introducción como ésta. Por otra parte, el teatro es el más directo, revelador, crítico y variado retrato de sí mismo realizado hasta ahora por los estadounidenses, aunque resulte menos accesible que su cine. A esas ventajas se suma que la presente edición ha contado con recursos tanto de investigación como de organización que hace 14 años no estaban al alcance, al menos no tan eficazmente. He corregido tantos errores como le ha sido posible captar a mi miope vista; algunos eran flagrantes, otros requerían el ojo de verdaderos especialistas, pero todas esas enmiendas hacen de éste un documento menos revelador de mis limitaciones.
El primer capítulo ha sido enriquecido con abundantes cambios y lecturas adicionales, para sugerir, creo que de mejor modo, cuánto del teatro estadounidense mejor conocido, el del siglo XX y el incipiente XXI, descansa sobre la agitada historia de las artes escénicas norteamericanas desde la Colonia hasta la Primera Guerra Mundial. Asimismo, he reorganizado y actualizado gran parte del material, ya fuera porque mantenerlo como aparecía en la versión anterior no tenía sentido, ya porque mi opinión de ese material ha cambiado radicalmente. La bibliografía incluida al final, que representa sólo una selección de las fuentes que creo indispensables en la actualidad, es mucho más extensa y rigurosa. Deseo que se constituya en una guía del interés de quienes hallen atractiva esta materia y, quizá, de las empresas académicas o artísticas. Los últimos 14 años de teatro estadounidense han arrojado tal cantidad de obras de consulta que este volumen, si bien de gran extensión, resulta en realidad más pequeño que el anterior. Con todo, quiere ser más puntual que su antecesor.
Según la costumbre, debo aprovechar el espacio para los agradecimientos y dedicatorias. De los primeros, vayan a Ángela Moyano, por la invitación original hace ya tanto tiempo. A mi alma máter, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y a mi segunda casa, la Modern American School. A la Comisión México-Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural (Comexus), por su irrestricto esfuerzo, respaldo y eficiencia, sin los que no hubiera existido el agradecimiento que sigue. Al programa de becas Fulbright-García Robles, por haber posibilitado la crucial y gozosa estancia que me permitió hacer de este volumen una verdadera nueva edición. A la New York Public Library for the Performing Arts, por su respaldo como institución huésped, por el incondicional acceso a sus invaluables acervos bibliográficos, hemerográficos, electrónicos y, sobre todo, fílmicos y videograbados, así como a sus excepcionales instalaciones. Más grande y afectuoso sea el que debo al personal de ese inmejorable sitio de investigación y continuo asombro, en especial a Christine Karatnystky, bibliotecaria maestra e infalible desfacedora de entuertos. A la Brooklyn Academy of Music (BAM) por darme autorización para estudiar videograbaciones de algunos montajes de Robert Wilson.
Punto y aparte, reciban mención varios queridos nombres propios, a sabiendas de que saben cuán importantes han sido para esto y para mi vida: Dina y Manuel; José Roberto y Celina; y Mayté, Francisco, Magda y Fernando, in memoriam .
A los amigos que entre una y otra versiones me hicieron un poco menos incapaz en el teatro, en especial y en el orden del desorden de mi memoria: José Luis, Ludwik, José, Otto, Claudia, Mónica, Antonio, Rubén, Martha, David, Norma, Diana, Miguel, Peter, Herb, Bernice, Russell, Sonia, Doug, Ruth, Ana, Albert, otra Sonia, José Ramón, Martín, otro David, Laura, Cristina, Silvia, otra Claudia, Enrique, Hugo. Y los que se me hayan escapado. A Lucía, por tanto compartido.
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