3Codex Maximilianeus Bavaricus Civilis (1756), Allgemeines Landrecht (1794), Code Civil (1804), Austrian Bürgerliches Gesetzbuch (1881).
Fundamentos
económicos
“I am convinced that if it were the result of deliberate human design, and if people guided by the price changes understood that their decisions have significance far beyond their immediate aim, this mechanism would have been acclaimed as one of the greatest triumphs of the human mind. Its misfortune is the double on that it is not the product of human design and that the people guided by it usually do not know why they are made to do what they do”
F. A. Hayek (1945)
I. ANÁLISIS ECONÓMICO
La economía estudia, en términos generales, las decisiones que adoptan las personas, las organizaciones y los Estados en torno a la producción y a la asignación de “recursos valiosos de naturaleza finita” (Becker, 1976, pp. 4-5). Estos recursos pueden ser materiales (p.e. automóviles, terrenos) o inmateriales (p.e. ideas, algoritmos).
No existe parámetro objetivo alguno que defina qué recursos tienen valor. Las diversas y cambiantes preferencias personales definen, en cada momento, qué recursos tienen valor.
La economía parte de una serie de supuestos.
Primero: las personas actúan para obtener beneficios, sea de naturaleza material, sea de naturaleza emocional (Wheelan, 2002, p. 6)1. Si B decide pagar $1’000,000 a C por las acciones representativas del capital de X, B obtiene un beneficio de naturaleza material: el derecho de recibir dividendos de X. Empero, si B decide donar $10,000 a D con el fin de cubrir el costo de la intervención quirúrgica Y, B obtiene un beneficio de naturaleza emocional: el alivio de la angustia causada por el deterioro de la salud de D2.
A pesar de que actúan para obtener beneficios, las personas no siempre logran lo que se proponen.
Las personas requieren tener acceso a información relevante para poder tomar decisiones adecuadas, beneficiosas3. ¿Debe C vender las acciones representativas del capital de X al precio ofrecido por B? A fin de poder tomar una decisión adecuada, beneficiosa, C requiere tener acceso a información sobre los precios ofrecidos por compradores de “acciones comparables”. Si resulta que el precio ofrecido por B es inferior a los precios indicados, C debe efectuar una contraoferta o simplemente esperar la oferta de algún otro comprador. Aceptar la oferta de B sin antes obtener la información referida no parece prudente.
El acceso a información relevante no garantiza, empero, la toma de decisiones adecuadas, beneficiosas.
Los mercados suelen ser extremadamente dinámicos e intensos. Por tal razón, vendedores y compradores suelen exigir respuestas inmediatas. Sin embargo, obtener y procesar información relevante requiere tiempo; realizar un análisis comparativo de los costos y de los beneficios de las diversas opciones disponibles también. Desafortunadamente, los mercados no siempre conceden a vendedores y compradores el tiempo que requieren para estar en condiciones de tomar decisiones adecuadas, beneficiosas.
Existe una circunstancia adicional que puede afectar la toma de decisiones adecuadas, beneficiosas: la presencia de sesgos cognitivos.
El cerebro de las personas opera de dos modos distintos. A veces lo hace de forma rápida y automática, sin esfuerzo (o con muy poco esfuerzo), sin contrastar la información, sin evaluar la evidencia, sin considerar los costos y los beneficios. En estos casos, el cerebro confía en el pasado, por lo que activa un mecanismo que asocia situaciones presentes (A,B) con experiencias pasadas (X,Y). Debido a que las situaciones presentes pueden diferir sustancialmente de las experiencias pasadas, el cerebro puede obtener conclusiones incorrectas y, por consiguiente, tomar decisiones incongruentes, irracionales. Otras veces, empero, lo hace de forma pausada, invirtiendo esfuerzo en la labor de contrastar la información, de evaluar la evidencia, de considerar los costos y los beneficios. En estos casos, el cerebro no confía en el pasado, por lo que, en lugar de activar el mecanismo de asociación indicado, activa un mecanismo alternativo: el de la reflexión analítica. Debido a que las situaciones presentes son analizadas sin el condicionamiento de las experiencias pasadas y a la luz de la reflexión analítica, el cerebro puede obtener conclusiones correctas y, por consiguiente, tomar decisiones congruentes, racionales (Kahneman, 2011, pp. 20-21)4.
El hecho que algunas veces las personas (i) no accedan a la información relevante, (ii) no cuenten con el tiempo suficiente, o, (iii) sufran los efectos de los sesgos cognitivos, no implica, empero, que aquellas no intenten, con los recursos que poseen y bajo las circunstancias que las rodean, obtener beneficios. Las personas actúan en función de un impulso básico: incrementar su nivel de bienestar, satisfaciendo sus demandas materiales, emocionales y morales. Algunas veces logran lo que desean, otras no.
Segundo: las personas consideran tanto costos como beneficios (Wheelan, 2002, p. 10). Debido a que todas las acciones imponen costos y otorgan beneficios (ciertos o potenciales), las personas prestan atención, sea de modo explícito o de modo implícito5, a ambos factores de la ecuación. F desea adquirir una computadora personal. La tienda A, ubicada a pocas cuadras de su casa, ofrece la computadora PC a $500. La tienda B, ubicada a 250 km de su casa, ofrece esa misma computadora a $450. Para tomar una decisión adecuada, beneficiosa, F no solo requiere comparar los precios ofrecidos por las tiendas, sino también los costos de desplazamiento a cada una de ellas. Si F se desplaza a la tienda A, no usará su auto y dedicará X minutos de su tiempo. En cambio, si F se desplaza a la tienda B, sí usará su auto y dedicará X+N minutos de su tiempo. Intuitivamente, podemos concluir que el costo de desplazarse a la tienda B es más alto que el costo de desplazarse a la tienda A, pues F tendrá que adquirir gasolina y tendrá que renunciar a realizar actividades alternativas en el lapso N. Solo si el costo de la gasolina y el costo de oportunidad de las actividades en cuestión ascienden a $49 o menos, la decisión de comprar la computadora en la tienda B será correcta6.
El análisis costo-beneficio es realizado por cada persona de manera explícita o de manera implícita (sobre la base de la experiencia)7. Obviamente nada garantiza que el análisis en cuestión sea correcto siempre. Las personas cometen errores (Wheelan, 2002, p. 9).
Tercero: las personas responden a incentivos (Wheelan, 2002, p. 27). Desde la niñez, las personas aprenden que los padres recurren a premios y a castigos para incentivar y desincentivar, respectivamente, ciertos comportamientos. B desea que B1, su menor hijo, obtenga mejores notas en matemáticas. B ofrece un premio: un iPhone de última generación si es que B1 logra una “A” en matemáticas. Como este aparato es valioso para los niños, B1 se dedica a estudiar matemáticas y logra una “A”. Sin embargo, luego de recibir el iPhone, B1 no se dedica a estudiar matemáticas y solo logra una “C”. Esta vez B no ofrece premio alguno. Esta vez B anuncia una amenaza: si las notas no mejoran, B1 pierde el iPhone.
Por razones monetarias, emocionales y morales no es posible recurrir siempre a premios, ni siempre a castigos. Las personas, las organizaciones y los Estados requieren recurrir tanto a incentivos como a desincentivos.
Como las personas actúan para incrementar su nivel de bienestar, aquellas responderán a los incentivos y a los desincentivos en función de los beneficios y de los costos comparativos. Imaginemos que el Estado desea incentivar el pago anticipado del Impuesto Predial ofreciendo un beneficio: descuento por pago anticipado. Si la deuda por el impuesto en cuestión asciende a $100 y el descuento indicado asciende a $5, B realizará el pago anticipado solo si tiene $100 en un depósito bancario a una tasa efectiva anual menor a 5%. Imaginemos, ahora, que el Estado desea desincentivar el no pago oportuno del Impuesto Predial imponiendo una sanción: multa por no pago oportuno. Si la deuda por el impuesto en cuestión asciende a $1,000 y la multa indicada asciende a $200, C realizará el pago oportuno solo si tiene $1,000 en un fondo que genera una ganancia menor al 20%8.
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