En esta parte del capítulo se describe algunas de las particularidades de su implementación. Se presenta un breve panorama sobre las dinámicas del conflicto y se documentan rápidamente algunos de los hechos victimizantes y de los daños colectivos que interpelaron el deber del Estado y jalonaron el reconocimiento de esta comunidad campesina como Sujeto de Reparación Colectiva; con posterioridad, se muestra brevemente el desarrollo que ha venido teniendo la implementación de la RIRC 3en el municipio y en cada una de las fases se registran hechos significativos que otorgan singularidad a este proceso en El Dorado.
Breve referencia a las dinámicas del conflicto, hechos victimizantes y daños provocados a la comunidad de El Dorado con ocasión del conflicto armado
Tal como se ha insistido en este capítulo, los orígenes y la persistencia de la violencia en el Alto Ariari y en El Dorado tiene varias dimensiones. Por un lado, viene de la intolerancia del bipartidismo ( ACNUR, s.f.). La violencia se sostiene también por la presencia de las Farc desde hace 40 años, y de los paramilitares desde alrededor de 25. Se acrecienta cuando se instalan en la región y cuando, motivados por sus intereses, con sus acciones buscan hacerse del control por la fuerza y otros medios de coacción de los recursos y del potencial agrícola, minero e hídrico del territorio y del control de la ubicación geoestratégica de este importante corredor vial. La relación entre el conflicto armado con otros fenómenos como el narcotráfico, la cooptación, la complicidad o silencio del Estado, el involucramiento y la estigmatización de la población civil y el arribo de multinacionales dedicadas a megaproyectos de extracción minera y/o energética, terminan por caracterizar el panorama global del conflicto armado en la región.
Recordemos que el Meta fue para las Farc uno de los más importantes centros políticos de organización y concentración de sus fuerzas, e incluso del Estado Mayor del Bloque Oriental y del Secretariado; fue “un epicentro de crecimiento de sus frentes y de sus finanzas y un territorio clave para la comunicación del centro del país con el oriente y las fronteras nacionales” ( ACNUR, s.f., p. 2). De otro lado, como lo sostiene López (citado por Gutiérrez, 2011), la arremetida y expansión del proceso de paramilitarización de la región del Ariari y del municipio fue devastadora y estuvo desde sus inicios respaldada por las autoridades del gobierno central y de las fuerzas armadas del Estado.
Precisamente, desde la década de 1980, se desarrolla para la región una estrategia de militarización, y bajo el amparo del Batallón 21 Vargas, con sede en Granada, y de la Séptima Brigada (Gutiérrez, 2011), irrumpieron las Autodefensas Unidas de Colombia – AUC: algunas venían de Urabá; otras eran organizadas en el mismo municipio El Dorado. Su tarea era cazar a los comunistas y a sus aliados (López, 2004, citado por Gutiérrez, 2011, debido a los importantes resultados electorales de la Unión Patriótica- UP (surgida en el año 1985) en las alcaldías vecinas de El Castillo, Lejanías, Mesetas, San Juan de Arama y Vistahermosa.
De manera particular, como lo sostiene el informe de la Universidad Nacional y De Justicia (2016), hacia 1983, a pesar de la base militar instalada en el caso urbano del municipio, los grupos paramilitares actuaron pública y abiertamente allí. De igual modo, el informe sostiene que el reconocimiento en 1992 de El Dorado como municipio desató
una oleada de violencia, motivada al parecer por los intereses territoriales, políticos y económicos que estaban detrás de esa nueva categoría [y] además, se acentuaron los vínculos entre los grupos paramilitares con las autoridades locales y la población en general, algunos con relaciones de parentesco con comandantes reconocidos en la región (Universidad Nacional de Colombia–De Justicia, p. 5).
Otro hecho importante, con enormes repercusiones sobre la dinámica regional del conflicto y que poco hemos mencionado, fue el despegue, funcionamiento y posterior finalización de la zona de distensión a inicios del siglo XXI, que significó otra etapa en las dinámicas y posicionamiento de los actores armados en la región.
Por ejemplo, luego de la finalización de este territorio de distensión, según lo documenta el CNMH, las Farc, obstinadas en expresar su poderío, ejecutaron una serie de sabotajes y se prepararon para la entrada de las fuerzas militares con la voladura de puentes, antenas repetidoras, estaciones eléctricas, decenas de torres de energía eléctrica; minaron territorios y generaron múltiples enfrentamientos con la fuerza pública ( CNMH-UARIV, 2015).
Como consecuencia de este contexto de conflicto y violencia, los daños e impactos han sido enormes y diversos:
Masacres, asesinatos selectivos, desaparición forzada, desplazamiento forzado, apropiación ilegal de bienes civiles, destrucción de bienes civiles, heridas por atentado, heridas por explosión de minas antipersonal, secuestros, confinamiento, tortura, maltrato físico y psicológico, reclutamiento forzado, amenazas de muerte, violencia sexual, prohibición de circulación, amenazas a líderes, estigmatización, imposición de acciones, control social ejercido por actores al margen de la ley, control de vías, restricción en la compra de remesas y restricción a la libertad de elegir (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014, p. 9).
Patrones
En los ejercicios de memoria para la identificación del daño adelantados por la Unidad de Víctimas junto a algunos pobladores de El Dorado, se reconocieron patrones que caracterizaron la dinámica de violencia en el municipio. Según UARIV & Corporación Escuela Galán, estos fueron:
• Las retaliaciones entre los grupos armados : el conflicto durante sus expresiones más hostiles se ha sostenido en el contexto de las retaliaciones; es decir, actos de venganza o represalias por hechos de violencia realizados por un grupo armado en contra del otro.
• La estigmatización como argumento de exterminio : los habitantes estigmatizados como favorecedores de alguno de los grupos armados en conflicto eran blanco de actos violentos por parte del grupo opositor.
• Las disputas territoriales : los grupos armados en conflicto mantienen enfrentamientos por el control territorial, especialmente de zonas estratégicas por ser rutas de narcotráfico o de movilidad de frentes o bloques.
• Tortura y asesinatos selectivos, generalmente de líderes, para generar terror en la población : la violencia física, psicológica y el homicidio intencional de líderes de veredas fueron usados para ocasionar desplazamientos masivos de los habitantes y para lograr el control y la apropiación de las tierras.
• Extorsiones justificadas como apoyo a la causa : los habitantes han tenido que pagar cuotas o les es arrebatada su ganadería. Argumento: apoyar el sostenimiento del grupo armado asentado en su territorio, o lo contrario, debilitar el sostenimiento financiero del grupo armado enfrentado (en las veredas estigmatizadas como guerrilleras).
• La ofensiva de reclutamiento de adolescentes y jóvenes : el grupo poblacional de adolescentes y jóvenes ha sido foco de reclutamiento por disuasión o por la fuerza, presión ejercida por los dos grupos armados enfrentados al margen de la ley.
• Control social impuesto por los grupos armados : el grupo armado instalado en el territorio impone normas de convivencia y movilidad (UARIV & Corporación Escuela Galán, 2014, p. 16).
La implementación de la Ruta Integral de Reparación Colectiva –RIRC– en El Dorado
El reconocimiento es el punto de partida. Justamente, la condición de víctimas de violaciones sistemáticas de los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario hace que la comunidad de El Dorado sea reconocida como Sujeto de Reparación Colectiva mediante la Resolución 2013-306319 del 25 de noviembre de 2013. La declaración realizada por Rolfen Cháves, líder comunal, señala como hechos victimizantes ocurridos en el municipio los relacionados con confinamiento y restricción a la libre circulación, vulneración del derecho a la seguridad, restricciones a la vida organizativa, impedimentos a la realización de práctica sociales, daños a la propiedad y minado del territorio (Resolución 2013-306319 del 25 de noviembre de 2013). No sobra reconocer que es el único municipio del departamento, y uno de los pocos del país, donde el total de sus habitantes (tanto del casco urbano como de las veredas) hacen parte del Sujeto de Reparación Colectiva.
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