La búsqueda de la verdad : laberintos, ilusiones y expectativas / Carlos Beristain [y otros] ; Michael Reed-Hurtado, Camilo Umaña Hernández (editores). – Bogotá : Universidad Externado de Colombia. 2020.
370 páginas : ilustraciones; 21 cm.
Incluye referencias bibliográficas.
ISBN: 9789587902877
1. Conflicto armado – Colombia -- Relatos personales 2. Comisiones de la verdad – Colombia -- Relatos personales 3. Jurisdicción especial para la paz – Colombia 4. Víctimas -- País Vasco (España) – Investigaciones 5. Justicia transicional -- Argentina I. Reed Hurtado, Michael, editor II. Umaña Hernández, Camilo Eduardo, editor III. Universidad Externado de Colombia IV. Título
303.66SCDD 21
Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca. EAP.
Febrero de 2020
ISBN 978-958-790-287-7
©2020, MICHAEL REED-HURTADO (editor)
©2020, CAMILO UMAÑA HERNÁNDEZ (editor)
©2020, UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
Calle 12 n.º 1-17 Este, Bogotá
Teléfono (57-1) 342 0288
publicaciones@uexternado.edu.co
www.uexternado.edu.co
Primera edición: febrero de 2020
Imagen de cubierta: El jardín de las delicias , por El Bosco, pintura al óleo sobre tabla, Museo del Prado
Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones
Corrección de estilo: Alfonso Mora Jaime
Composición: Karina Betancur Olmos
Impresión: Xpress Estudio Gráfico y Digital S.A.S. - Xpress Kimpres
Tiraje de 1 a 1.000 ejemplares
Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad de los autores.
Diseño epub:
Hipertexto – Netizen Digital Solutions
PROLEGÓMENO
Carlos Beristain
INTRODUCCIÓN LA VERDAD EN SU LABERINTO
Camilo Umaña Hernández
Michael Reed-Hurtado
VERDADES INSATISFACTORIAS, VERDADES INCÓMODAS: RELATOS RELEGADOS DEL CONFLICTO ARMADO
Camilo Umaña Hernández
Diana Durán
LA VERDAD SIN HECHOS SOBRE LA EROSIÓN DE LA FUNCTION INVESTIGATIVA DE LAS COMISIONES DE LA VERDAD
Pablo de Greiff
MENTIRAS QUE CAMUFLAN UNA EXPLORACIÓN TENTATIVA SOBRE EL USO DE LA MENTIRA COMO RECURSO PARA NEGAR LA ATROCIDAD
Michael Reed-Hurtado
INTERSECCIONES DE VERDADES SOBRE EL PASADO VIOLENTO ALGUNAS CONSIDERACIONES DESDE LA INVESTIGACIÓN VICTIMOLÓGICA EN EL PAÍS VASCO
Gema Varona Martínez
LECCIONES DE LA EXPERIENCIA ARGENTINA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NARRATIVA TRANSICIONAL EN COLOMBIA
Valeria Vegh Weis
VERDAD EN UNA COLOMBIA TRANSICIONAL: ESTÁNDARES DESDE LOS SISTEMAS REGIONALES DE DERECHOS HUMANOS EN EL MARCO DE LA JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ
Javier Alejandro Pantoja
Jairo Enrique Lucero
LAS FORMAS DE LA VERDAD EN LA JUSTICIA TRANSICIONAL: JUSTICIA Y PAZ, UN PUNTO DE PARTIDA PARA LA JEP
Ángela María Buitrago Ruiz
LOS AUTORES
NOTAS AL PIE
CARLOS BERISTAIN
El informe Guatemala Nunca Más, un esfuerzo colectivo auspiciado por la Iglesia católica de Guatemala entre 1995 y 1998 en el que recogimos 5180 testimonios de víctimas del conflicto armado interno, comenzaba con una cita del escritor John Berger, que dice que la promesa es que la experiencia ha encontrado al lenguaje que necesitaba, que pedía a gritos . Para mucha gente el solo hecho de darle nombre a lo intolerable constituye en sí mismo una esperanza, ya que cuando se dice que algo es intolerable, resulta inevitable la acción.
Esta es una esperanza que está a punto de perderse en un mundo donde la verdad se ha convertido en una versión más de la historia, o incluso la llamada posverdad quiere enseñarnos que ni siquiera importa. Y, sin embargo, estas palabras resumen dos de los sentidos de la verdad en contextos sociales que tratan de hacer frente a un pasado de graves violaciones de derechos humanos: el reconocimiento de lo vivido y la transformación presente, porque el problema del pasado es que tiene tendencia a no querer dejar de serlo.
La verdad es, en primer lugar, una demanda de las víctimas y sobrevivientes, quienes se han visto casi siempre señaladas, estigmatizadas o culpabilizadas por la violencia sufrida. De esa forma se legitima la agresión, se justifican los hechos y se invisibilizan las responsabilidades. Esta es la experiencia de los familiares de los desaparecidos en México hasta las víctimas del genocidio maya en Guatemala de los años ochenta o de las dictaduras del Cono Sur. Y en todos esos casos la demanda de la verdad ha sido central. Cuando trabajamos en el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, en que la versión oficial había sido que fueron confundidos con narcotraficantes y quemados en un basurero por un grupo rival después de ser entregados por la policía, cosa que resultó ser falsa, lo primero que nos dijeron los familiares fue: dígannos siempre la verdad… y, por favor, no se vendan . La importancia de la verdad, aunque duela, y la centralidad de la confianza que la hace posible.
En países donde las responsabilidades de la violencia contra la población civil son múltiples, este proceso supone la creación de una verdad incluyente en la que las diferentes víctimas de distintos perpetradores se sientan incluidas, y su historia sea parte de una verdad colectiva. Frecuentemente se construyen memorias defensivas, en donde se enfatizan las propias víctimas y se desprecian o se invisibilizan las “del otro lado”. Pero la base sobre la que puede construirse esa verdad no es la relativización de lo sucedido, la comparación del dolor o el reparto de responsabilidades, sino la cultura de derechos humanos.
Una Comisión de la Verdad es en realidad un marco social de reconocimiento para las experiencias individuales o colectivas que no han sido tenidas en cuenta. La negación supone en muchos casos que las víctimas quedan en la cuneta de la historia. Además, el trauma conlleva que su experiencia quede atada a ese pasado traumático del que no pueden desprenderse si no hay reconocimiento y apoyo social. La fórmula del olvido sin leer la historia y sin aprender de lo vivido es coherente con quienes quieren seguir manteniendo su poder, pero no permite sanear ni limpiar las heridas de una sociedad. Las heridas solo pueden curarse con el bálsamo del respeto. En términos de la construcción de una democracia, el poder de coacción de los perpetradores que se mantiene en numerosas transiciones políticas conlleva un legado de miedo o indiferencia que condiciona el futuro de las comunidades y los países.
Una Comisión de la Verdad es también un espacio para hacer procesos para los que nunca hubo tiempo. En los contextos de violencia y persecución, lo importante es defender la vida, la denuncia y la protección. El silencio se convierte en una contención para enfrentar la emergencia, pero después se transforma en un tipo de vínculo que no permite asimilar los hechos. Socialmente se impone, porque hablar es peligroso. En el marco personal o familiar, se convierte en algo de lo que no se encuentra cómo hablar o se trata de proteger al otro. Las nuevas generaciones no pueden siquiera entender su propia experiencia ni aprender de lo vivido. Trabajando con víctimas colombianas en el exilio, en el marco de la Comisión de la Verdad de Colombia, los jóvenes dijeron a sus padres y madres que ni quiera sabían por qué estaban en otro país, más allá de que había persecución o peligro. Cuando hablaron con ellos no estaban solo interesados en conocer lo que pasó , sino también en saber cómo lo vivieron. Esas cosas nos acercan a comprender al otro y a reconstruir los lazos.
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